El fiscal pidió prisión perpetua para el acusado
La pena de prisión perpetua solicitó ayer el fiscal Christian Long para Sergio Pérez (36), quien es juzgado por haber asesinado a puñaladas a su madre, durante un hecho de sangre ocurrido hace poco menos de cuatro años en una vivienda de Villa Moresino.
El titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 5, reclamó la condena en la etapa de alegatos del debate que tiene a su cargo el Tribunal en lo Criminal Nº 1, que integran, como subrogantes, los jueces Alejandro Salvador Cantaro, Daniela Fabiana Castaño y Claudia Cecilia Fortunatti.
Pérez está procesado por el crimen de Carmen Alicia Flores, de 65 años, hecho registrado el 25 de enero de 2008, en la casa que ambos compartían en Bahía Blanca.
Long solicitó la misma sanción que, en marzo de 2009, le aplicaran al encausado los jueces Hugo De Rosa, Enrique Montironi y Mario Lindor Burgos, pero ese fallo fue anulado por el Tribunal de Casación bonaerense, que ordenó la realización de un nuevo juicio, al considerar que no se había establecido fehacientemente si Pérez era responsable de sus actos.
Por su parte, la defensora oficial Fabiana Vanini no cuestionó la materialidad del delito, aunque planteó el sobreseimiento de su pupilo, por entender que en el hecho actuó en un completo estado de ebriedad.
Luego de escuchar a las partes, los jueces dispusieron un cuarto intermedio hasta el próximo martes a mediodía, cuando darán a conocer el fallo.
Según el fiscal Long, la responsabilidad de Pérez en el homicidio se acreditó mediante el testimonio de su cuñado, Claudio Brendel, testigo presencial del sangriento suceso ocurrido en el inmueble de Brickman 2980.
El hombre, yerno de la víctima, explicó que esa noche habían compartido un asado y que, durante la sobremesa, se inició un entredicho entre Flores y su hijo, ya que la mujer lo recriminaba por la suciedad de su habitación.
El testigo aseguró haber visto el momento en que Sergio Pérez apuñalaba reiteradamente a la víctima, quien terminó con el arma blanca clavada en la cara.
También destacó la declaración de Luciano Pérez, hermano del procesado, quien dijo que al ser alertado por Brendel, fue hasta la casa de su madre y en la puerta se encontró con Sergio, quien le pidió que llamara a la policía, porque "se había mandado una c..."
Después ingresó en la casa y en el patio encontró a su madre tendida boca abajo, con varias heridas punzantes y el cuchillo clavado en un ojo.
En su breve exposición, Long refirió que el psiquiatra Enrique Grimi y la doctora Sandra Marini, manifestaron no haber advertido alguna patología mental en el encausado.
Grimi, quien examinó al detenido días antes del debate, sostuvo que Pérez no padece ninguna patología mental. Para ello tuvo en cuenta, además, que en la cárcel tiene excelente conducta, trabaja, estudia y no ha sido sancionado.
Por su parte, la doctora Sandra Marini, quien entrevistó al acusado tres días después de su detención, dijo haberlo visto tranquilo y afirmó que mantenía un diálogo coherente.
Declaró que no detectó un cuadro psiquiátrico y que el individuo no quiso hablar de lo sucedido.
Por ello, el fiscal consideró que el procesado es autor responsable del delito de homicidio calificado por el vínculo.
Estaba ebrio.
La defensora oficial Fabiana Vanini, en tanto, solicitó la absolución de Pérez, por considerar que actuó en un completo estado de ebriedad, que le impidió controlar su impulso y adecuar su conducta.
Para ello se basó en el artículo 34, inciso 1º, del Código Penal, que indica que no es punible el sujeto que "no haya podido, en el momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas de las mismas o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho no imputables, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones".
Vanini señaló que el testigo Brendel declaró que antes y durante el asado habían tomado junto a Pérez "cuatro o seis cervezas", entre las 20 y las 23.15, aproximadamente.
Resaltó también el testimonio de la vecina Mirta Vera ante la instrucción sumarial, cuando dijo haber visto a Pérez caminando por la calle en forma tambaleante, llevando tres botellas de cerveza en una bolsa.
Dijo que Brendel tenía un recuerdo perfecto de lo ocurrido, por lo que podía inferirse que su defendido habría tomado más que el testigo esa noche.
Explicó que Pérez presentaba dos gramos de alcohol en sangre, dosaje que provoca en una persona la incoordinación de movimientos, la desinhibición de impulsos y la falta de conciencia.
"Acá (por el debate) no se zanjó la cuestión del estado mental de Pérez. No se sabe si está bien o tiene una patología mínima que se pueda haber conjugado con el estado de ebriedad que tenía y provocado el hecho", continuó.
"Estamos situados en la misma posición del juicio anterior, por lo que el debate debe ser superador", destacó Vanini.
Finalmente, la letrada sostuvo que a lo largo de la causa hubo actos y diligencias que se hicieron mal y otras que no se llevaron a cabo.