Tarjebus, el fin de la historia
Mañana llegará el final para el tarjebus, forma de pago del transporte urbano que marcó una época en la ciudad. A partir de este martes, primer día de marzo, las 16 líneas de la ciudad utilizarán de manera exclusiva la tarjeta recargable Bahía Urbana, que funciona por aproximación ante la máquina lectora ubicada en cada micro.
Quienes posean tarjebus con carga podrán transferir la misma a las nuevas tarjetas en las oficinas de Bahía Urbana, en Moreno 9, o en el quiosco barco de la esquina de Chiclana y Colón.
El nuevo método de pago incluye una instalación informática que permitirá al municipio y las empresas controlar distintas variables, como las frecuencias, la cantidad de pasajeros que se transportan cada día y la ubicación en tiempo real de las unidades, entre otros aspectos.
La decisión de dejar de lado la tradicional venta y cobro del pasaje comenzó a discutirse en agosto de 1993, cuando la Provincia adhirió a la decisión del Ejecutivo nacional de exigir sistemas de expendios automáticos en los colectivos urbanos.
La medida se relacionaba con cuestiones operativas por la falta de monedas; de seguridad, debido a la posesión de dinero por parte de los choferes; y de la incompatibilidad, cada vez más notoria, entre conducir y atender el corte y cobro de pasajes.
En Bahía la discusión se planteó de inmediato, con una primera idea de utilizar monedas o cospeles.
En 1994, las compañías de transporte locales conformaron una Unión Transitoria de Empresas (UTE), llamada Tarjebus, tomando a su cargo la administración del sistema y la financiación de la compra de los equipos necesarios.
Así se comenzó a perfilar el uso de la tarjeta magnética. Para ello se analizaron sistemas similares utilizados en Italia, Francia y España.
Mientras Tarjebus adquiría las máquinas, los choferes dejaron de cortar y cobrar boletos, mientras aparecía en escena la figura del "guarda-boletero", que se encargaba de esa operación.
El 21 de julio de 1995, el intendente Jaime Linares presentó oficialmente el sistema, el cual comenzó a tener vigencia el 19 de agosto de ese año. Bahía Blanca fue la primera ciudad de la provincia en incorporar esa forma de pago.
Tarjebus funcionó sin mayores complicaciones hasta mediados de 2009, cuando la renovación del sistema de transporte y el desembarco de nuevas empresas le generó --según manifestaron sus directivos-- serios inconvenientes económicos.
Ante la amenaza concreta de retirar las máquinas de los ómnibus, el municipio intervino la empresa, asumiendo el manejo de la misma. Fue el punto de partida para un camino que tendrá su punto de inflexión en las próximas horas para dar lugar a la tarjeta por aproximación, recargable, administrada por una sociedad mixta (Sapem) de la cual el municipio posee el 90 por ciento de las acciones.
Adiós
150 millones de tarjebus, aproximadamente, fueron vendidos durante sus casi 16 años. A partir de los próximos días será difícil encontrar una sola tarjeta que dé cuenta de su existencia.
Las frecuencias, en la web
La secretaría municipal de Gobierno confirmó que a partir de mañana entrará en vigencia el nuevo programa de frecuencias del transporte público de pasajeros. Todo el cronograma está disponible en la página www.bahiablanca.gov.ar.