Bahía Blanca | Martes, 30 de septiembre

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De la red del arco a la red del aro

Por Enrique Nocent/"La Nueva Provincia".

 De purrete correteaba junto a sus amiguitos del barrio y pateaba la pelota en las calles y potreros de General Cerri. En los entreveros hacía valer su talla y corpulencia, aunque terminó jugando de arquero. En Sansinena, naturalmente.


 Atajaba bien y de arriba era casi impasable. Cortaba los tiros desde las esquinas adelantándose a los atacantes que intentaban cabecear, y con el cuerpo cubría la trayectoria de la pelota en los mano a mano a ras del suelo.


 Primero en la octava y luego en la séptima, participó en dos torneos completos de la Liga del Sur. Aún muy jovencito, ya empezaba a soñar con cubrir el puesto en la primera división del rojiblanco.


 "Con Hernán (Montenegro) comencé a cruzarme en las inferiores. El era el `6' de Libertad de Villa Rosas. Tenía un año menos que nosotros pero ya mostraba la clase natural de los bien dotados para hacer cualquier deporte", comenta.


 Sin embargo, el destino de Sergio Marcelo Pettorosso ("doble t y doble s", por favor) sufrió un brusco e inesperado cambio de rumbo.


 "Durante un partido, en una acción me quebré tibia y peroné. Dada las características de mi lesión, me llevaron de inmediato al Maternidad, en Bahía".


 El destino habría de depararle un encuentro fundamental, aunque no casual.


 "Beto" (Alberto Cabrera) se había enterado, no sé cómo ni por quién, de que en el sanatorio había un chico de 2 metros, tratándose de una grave lesión. Así que, de improviso y sin anunciarse, se me presentó".


 --Me dicen que por un tiempo largo no podrás volver al fútbol. ¿No te gustaría intentar con el básquetbol?, me inquirió-- Y sin esperar respuesta, volvió a la carga.


 --¿No probaste hacerlo, porque con tu altura debiste sentirte tentado?.


 "Le respondí que sí, que algunos tiros al aro había practicado en la vieja canchita de Sansinena (que hoy ya no está), pero que había sido de manera improvisada, informal. Que me parecía que era un `tronco".


 Todo el ambiente conocía que "Beto" Cabrera era un infatigable buscador de nuevos talentos. Y que cuanto más grandes, tanto mejor... así que insistió.


 --No te preocupes, de eso me ocupo yo si es que estás dispuesto a acompañarme-- le replicó el astro.


 Y así, de esa manera extraña o, al menos, inusual, surgió en la historia el primero y, hasta hoy, único basquetbolista de trayectoria del poblado cerrense.

Ausencia llamativa




 Fuera del radio urbano e, incluso, de las cercanías de Bahía Blanca nuestro básquetbol ha sido permanentemente nutrido por jugadores que llegaron a destacarse. Están los casos de Ingeniero White, Punta Alta, Coronel Pringles, Médanos, Tornquist...


 --Pero, Sergio, explicame porqué de Cerri no llegan en igual cantidad. Ni equipo de básquetbol han formado...


 --La verdad, no conozco la razón. Podría provenir de la falta de tableros y aros y que el fútbol es el que despierta, por lejos, más pasión entre los chicos. Aunque, por ahí, algunos han venido a jugar en menores y llegaron a juveniles. También aparecieron atletas, ajedrecistas y hasta softbolistas, pero basquetbolistas no. Acaso a futuro se podría hacer algo...

Echa raíces




 De que el "tronco" echara raíces se ocupó Alberto Cabrera.


 "Cuando "Beto' salía de su trabajo me llevaba al gimnasio. Allí permanecíamos, qué se yo... dos, tres horas. Primero me insistía mucho en la técnica, en los fundamentos, y luego inició a darme nociones del juego. No, no era impaciente ni exigente. En realidad su habilidad consistía en llevarte a ser autoexigente. No me resultó difícil el aprendizaje. Fue el mejor entrenador que conocí. Más te digo, fue el mejor entrenador que hubo, ni hablar. Era impresionante, más allá de que en general no tuvo suerte desde el banco", ponderó Pettorosso.


 Como tantos de su camada, el producto "made in Cabrera" tuvo frutos inmediatos.


 "Fuimos campeones de infantiles, cadetes menores, cadetes mayores y juveniles de la ABB. Estuvimos cinco años sin perder ningún juego".


 Desde luego, "Peto" (tal su apodo) siendo infantil fue llamado a integrar el combinado bahiense de cadetes y, posteriormente, "Juanqui" Alonso lo convocó para el de juveniles.


 En enero de 1980 fue campeón argentino de cadetes en Catamarca y, en esa misma ciudad capital, tres temporadas después lo vieron conquistar el título de juveniles al imponerse a Capital Federal por 81 a 78.


 "De los que recuerdo, en ese plantel estábamos Jorge García, Flavio Serra, Hernán Montenegro, Rubén Scolari, Jorge Zulberti, Julio Ariel Rodríguez y Esteban Pérez. Era un equipazo. Nos dirigió Raúl Belcuore", apuntó Sergio, quien nos dio constantes muestras de tener una memoria fresca.


 A los 15 años de edad debutó en la Primera de Estudiantes. Ya medía 2m03.


 "Chiche' Scheines se estaba retirando y la pareja estable de interiores la conformábamos con Claudio Severini. Si bien éramos de estilos distintos, nos complementábamos bien. Yo era "5" y él "4" pero resultaba común que intercambiáramos funciones", explica.


 Fue jugador de rol e invariablemente le tocó defender sobre los hombres grandes del rival de turno.


 "En la ofensiva, siendo diestro podía manejar la izquierda que solía utilizar para probar el ganchito. ¡Ah! y también tenía mi `tirito' desde 4 metros...¿eh?"


 Carlos Spaccesi fue el director técnico que lo incorporó al combinado mayor bahiense y, trascartón, pasó a alistarse en el de provincia de Buenos Aires, con cuya casaca disputó cuatro campeonatos argentinos.

Preciado nombramiento




 A todo esto, Alberto Trama lo había incluido en la selección juvenil de la Argentina.


 "Fue para el Sudamericano de Montevideo y también estaban Mauro Grippo, Marcelo Richotti, Claudio Severini y Ariel Medina, junto a Héctor Campana, Sebastián Uranga, Héctor Haile, Hugo Belli, Gerardo Secrestat, Juan José Perisinotto y Ricardo Palacios. En el Cilindro perdimos la final contra Uruguay".


 Un par de años después, en el Sudamericano de Pereira, Colombia, el coach Trama le confió a Sergio Pettorosso la capitanía del equipo nacional.


 "Fue una distinción tremenda. La verdad que me conmovió", admitió orgulloso.

Un paisaje distinto




 Con rodaje de seis años de actividad y 19 de edad, Sergio atravesó la etapa de jugador semi aficionado a profesional neto, porque en 1984 irrumpió la Liga Nacional aunque en su tramo de transición.


 "Fue un cambio casi salvaje, porque a partir de esa temporada nada fue igual en el básquetbol argentino. A mí me gustó. Y creo que estaba preparado porque captaba bien y rápido los sistemas por cómo `Beto' me abría la cabeza".


 La dedicación exclusiva, con entrenamientos diarios y en doble turno, potenciaron las aptitudes de los jugadores. Obviamente, Pettorosso no fue la excepción.


 Estuvo presente en once temporadas, del '84 a la del '95.


 "Tengo los mejores recuerdos de esos momentos no tan lejanos en el tiempo. Los partidos que más disfrutaba eran los clásicos contra Olimpo y contra Pacífico porque, para mí, en Liga contra Pacífico era también un clásico", se siente obligado a aclarar.


 Cuando le preguntamos por una derrota que más le dolió, apareció precisamente la casaca verde.


 "Ocurrió en 1987 en un playoffs que nos ganó Pacifico, que jugó sin extranjeros. Y nosotros teníamos tres...".


 Sin embargo tuvo compensación.


 "Señalan que el deporte siempre da posibilidad de revancha y con nosotros se cumplió. Al año siguiente, se dio exactamente al revés: lo derrotamos sin refuerzos".


 De todas maneras, fue en la temporada '90-91 cuando llegaron las a granel las máximas satisfacciones ligueras.


 "Pese a que ya no teníamos a Alvin Frederick, a mi gusto el mejor americano que pasó por Bahía, llegamos a la final contra GEPU. La pareja de refuerzos la integraban Dwayne Bryant, base, y Darrell Pickney, centro. Con ellos y Juancito Espil hicimos una campaña excepcional y jugábamos siempre a estadio lleno. Mismo, al año siguiente clasificamos terceros, en otra muy buena performance".

Juego interior




 Lo que sigue son recuerdos dispersos que afloraron en la memoria de Sergio Pettorosso y de los cuales tomamos los siguientes apuntes.




 * "Era sanguíneo dentro de la cancha y jugaba como lo sentía, es decir fuerte. A veces esa característica me jugaba en contra porque caía en faltas personales o me iba del juego por algún roce. Pero nunca fui expulsado, como tampoco jamás me cobraron un técnico ni falta antideportiva. Sí, por cinco salía seguido".


 * "Fuera del rectángulo siempre fui y sigo siendo tranquilo".


 * "Otra de mis grandes alegrías fue el título de campeón provincial de clubes, en 1982. Perdimos el primer juego contra Olimpo por 93 a 90, ganamos el siguiente por 92 a 78 y forzamos un tercero, que hicimos nuestro por 82 a 74, con Roberto Juanpataoro, Juan Carlos Merlini, Jorge Faggiano, Alberto Cabrera, Claudio Severini y Flavio Serra".


 * "Pasé por un momento muy difícil cuando padecí un esguince severo en el tobillo izquierdo a un mes de haber fallecido mi papá. Por esa misma razón no pude ir con la selección juvenil argentina al Mundial de Mallorca. Fue realmente duro".


 * "Jugando por Estudiantes a nivel local el principal rival era Olimpo, por la consabida rivalidad. Ya en Liga, lo fueron Olimpo y Pacífico".


 * "Como durante la pretemporada era medio vago, solía tener problemas con la balanza. Recuerdo que, estando en Olimpo, vino a buscarme el entrenador Néstor García para que retornara a Estudiantes, pero con una condición: `Peto', te necesitamos (hacía dupla técnica con el puertorriqueño Julio Toro) pero tenés que bajar de peso, porque si no quedo pegado yo'. Y me hicieron bajar 35 kilos. Sí, como escuchaste: 35 kilos".


 * "Durante los viajes me resultaba más agradable compartir habitación con Jorge Faggiano o con Juan Espil. También con `Josi', pero en general tenía buena onda con todos".


 * "Jugando para la selección bahiense el triunfo deportivo que más festejaba era ganarle a Pergamino. También a Junín".


 * "¿En cuántos clubes jugué? Estudiantes, Brown de Puerto Madryn, Olimpo, Argentino, Unión de Río Colorado y Deportivo Sarmiento de Coronel Suárez, después de lo cual tomé la determinación de dejar el básquetbol".


 * "En el orden local, un árbitro que respetaba en particular era Rodolfo Gómez. En Liga, el santiagueño Eduardo Alagastino".


 * "¿Un quinteto inicial ideal, integrado sólo con bahienses? Eeeh... qué pregunta brava. ¿Puedo jugar con 4 chicos y un grande? Bueno, ahí va: Cabrera, `Pepe', Espil, `Manu' y Hernán, A ver... bueno, todo no se puede. Poné que una vez pondría a `Pepe' y otra al `Puma".


 * "Dejé de ir a las canchas por un largo rato, pero últimamente me acerqué un par de veces para ver a Estudiantes".


 * "Cabrera, el `Leche' Merlini, Hernán (Montenegro) e Ipucha eran los jugadores que admiraba en mi primera época".


 * "Ya te di mi preferencia por Alvin Frederick como mejor extranjero. Después elegiría a Eugene Lewis, un tremendo escolta que bajó del avión en Ezeiza, viajó enseguida a Córdoba y le aplicó 50 a Atenas. Era medio diablo pero tenía una condiciones increíbles. Infortunadamente, me enteré que murió, de muerte violenta, en un barrio de los Estados Unidos".


 De acuerdo con las estadísticas del ingeniero Seibane, el pivote Sergio Pettorosso jugó ocho temporadas en primera división de la ABB, habiendo cumplido en la de 1986 su mejor prestación, con 16 puntos de promedio.


 También estuvo en cinco en segunda de ascenso de las cuales, en 1998, alcanzó su mejor performance con 26,42 puntos de media.

Un poco de humor




 Tres anécdotas de tinte gracioso escogió Sergio Pettorosso de su largo trajinar por el básquetbol.




 * "Provincial en Pergamino, año 1984. Con Bahía disputábamos la final contra el local y teníamos que imponernos por cinco, pero restando segundos sólo ganábamos por tres. Hubo un salto en la bocha rival entre Esteban Pérez y yo. Pedido de tiempo muerto y preparamos la jugada. La acción terminó en doble del `Mofle' Horvath... y nos quedamos con el título. Eso sí, hay un detalle que aclarar. La jugada que habíamos preparado daba por descontado que yo perdía el salto, y lo gané...".


 * "En otro partido estábamos jugando mal y perdiendo. `Tite' Boismené pide minuto para lavarnos la cabeza y reclamarnos airadamente una defensa más firme. Para hacerlo gráfico se agacha y, como estaba muy gordo, se le rajó el pantalón en donde deja de llamarse espalda. Volvimos al juego y no podíamos parar de reírnos".


 * "Tras un clásico caliente Esteban Pérez y el uruguayo `Tato' López se desafían a encontrarse fuera de la cancha principal de Estudiantes. Se cruzan en el gimnasio Nº 3 y se trenzan. Me interpongo para separar y López se la agarra conmigo. Estuvimos un rato a las piñas. ¿Esteban? Miraba... el maldito es todavía hoy que se acuerda y se ríe de mí".

Personal




 Sergio Marcelo Pettorosso por atención de parto nació en Bahía Blanca el 21 de enero de 1965, pero se crió y vivió en General Cerri (calle Belgrano 44) por espacio de 37 años.


 Desde 2002 se encuentra radicado en Tornquist.


 Está casado con Yanina Lagonegro de cuyo matrimonio nacieron Carla (14) y Brunella (7).


 Tiene una hermana, Mariela.


 Cursó sus estudios primarios en la Escuela 14 y secundarios en Fortín Cuatreros, ambos en Cerri.


 Trabaja en la papelera Interpac, de Tornquist y, además, atiende la escuelita municipal de básquetbol de Tornquist.

Enrique Nocent/"La Nueva Provincia"