Vandálico acto en las instalaciones del Jardín Nº 950
En una actitud que no resulta fácil aceptar o entender, vándalos provocaron ayer importantes destrozos en las instalaciones del Jardín de Infantes Nº 950, blanco reiterado de delincuentes.
Indignada y a la vez preocupada por la situación, se mostró la docente Leticia Malvestiti, directora del establecimiento ubicado en Gorriti 2290.
"La verdad es que estoy muy indignada, porque esto es un desastre y la de hoy (por la víspera) es la tercera vez que intentan entrar", comentó la docente a "La Nueva Provincia".
Indicó que en el edificio se brinda educación y alimentación a una importante cantidad de chicos del sector, por lo que no entiende esta clase de episodios.
Porteras y preceptoras del jardín se encontraron con la ingrata novedad que los intrusos habían cortado la electricidad del edificio y destrozaron una importante cantidad de vidrios mediante la utilización de piedras y ladrillos.
"Quiero suponer que esto no es obra de gente del barrio, porque lo único que nos interesa es que los chicos sean felices durante esas cuatro horas y brindarles igualdad de oportunidades", señaló Malvestiti.
Por su parte, Marcela, quien trabaja en la portería del jardín, fue una de las primeras en constatar la situación.
"Cuando llegamos vimos que había un chorro de agua y pensamos que nos habían robado por tercera vez la canilla, aunque nos acercamos y advertimos que estaban los vidrios rotos".
La mujer aclaró que en los últimos días también les sustrajeron el medidor de agua y rompieron un ventiluz que había pedido colocar el Consejo Escolar en el sector de los baños.
"Saltaron el alambrado perimetral y una vez dentro del predio hicieron desastres y rompieron todo; la verdad es que es algo increíble", comentó la mujer.
A su turno, Mabel, quien se desempeña como preceptora, explicó que pese a que el jardín cuenta con un sistema de alarma, el principal riesgo se corre durante los fines de semana cuando queda vacío.
"Nosotros nos vamos el viernes y cuando venimos el lunes no sabemos qué nos podemos encontrar".
Otra trabajadora que estaba en el lugar comentó que no sólo las instalaciones resultan perjudicadas, ya que muchas veces los automóviles particulares de docentes y empleados son blanco de los vándalos.
"No es cuestión que el Concejo Escolar pague las reparaciones y listo. La verdad es que ya no tengo cara para ir a informar todas las semanas por hechos de este tipo. Lo único que espero es que esto se solucione, porque están dañando un lugar donde solamente se busca brindar educación e igualdad de oportunidades", expresó Malvestiti.
Incautaron joyas
A partir de un allanamiento en una joyería céntrica, personal de la comisaría Primera logró aclarar, aunque de manera parcial, un hurto de joyas en perjuicio de María Susana Río, del domicilio de 25 de Mayo 27.
Se pudo establecer, en el marco de la causa, que una allegada a la mujer, identificada como Esther Espinoza, podría tener relación con la sustracción, aunque no fue aprehendida.
Incluso, según informó el capitán Bianchettín, también se allanó el domicilio de la misma, en el barrio Patagonia Norte.
En el negocio --cuya denominación y lugar no se dio a conocer porque sería ajeno a la maniobra--, se lograron recuperar distintos objetos reconocidos por la damnificada como propios, entre anillos, algunos con diamantes, y utensillos de cocina de plata y alpaca, que supuestamente la otra mujer habría empeñado allí.
Este procedimiento también fue dispuesto por la jueza Calcinelli, aunque con injerencia de la UFIJ Nº 3, a cargo de los fiscales Oscar Bautista Duizeide y Eugenio Casas.
Cabreadas de hierro. Gonzalo Juan Cruz (19), domiciliado en Belisario Roldán 2043, y dos menores, fueron arrestados por efectivos de la comisaría Quinta, acusados de sustraer una importante cantidad de cabreadas de hierro del galpón ubicado en Enrique Julio y Bolivia. Para tal fin, habrían empleado un carro tirado a caballo. En el caso resultó damnificado Hernán Alejandro Feipeler.
Daños y tentativa de robo en una farmacia
Un sujeto destrozó el cristal de una vidriera, ayer a la mañana, para ingresar con fines de robo a una farmacia del microcentro, aunque al activarse la alarma se vio obligado a huir con las manos vacías.
La tentativa ocurrió poco después de las 6, en el local denominado Carabelli, ubicado en la esquina de Mitre y Rodríguez.
Según las fuentes consultadas, el delincuente, presumiblemente menor de edad, rompió de un puntapié un importante vidrio del frente del comercio y accedió a su interior, pero en ese momento se activó la alarma y lo obligó a marcharse sin poder llegar a sustraer elemento alguno.
Una vecina de un edificio lindero habría advertido la situación y se comunicó con el teléfono de emergencias 911, dando cuenta de lo que estaba ocurriendo.
Poco después arribó al sitio un móvil de la comisaría Segunda, aunque no se logró dar con el paradero del malviviente.