Bahía Blanca | Martes, 30 de abril

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Federico Andahazi fue sobreseído por plagio otra vez

El escritor Federico Andahazi fue nuevamente sobreseído en una causa en la que se lo había denunciado porque supuestamente había plagiado en su libro El Conquistador a otro autor, el dramaturgo Agustín Cuzzani, en su obra Los indios están cabreros. De esta manera, el juez de Instrucción Jorge López sobreseyó por segunda vez a Andahazi, ya que había dictado una medida similar en junio de este año que luego la Sala I de la Cámara del Crimen había dejado sin efecto ordenando profundizar la investigación.

 BUENOS AIRES (NA) -- El escritor Federico Andahazi fue nuevamente sobreseído en una causa en la que se lo había denunciado porque supuestamente había plagiado en su libro El Conquistador a otro autor, el dramaturgo Agustín Cuzzani, en su obra Los indios están cabreros.


 De esta manera, el juez de Instrucción Jorge López sobreseyó por segunda vez a Andahazi, ya que había dictado una medida similar en junio de este año que luego la Sala I de la Cámara del Crimen había dejado sin efecto ordenando profundizar la investigación.


 Para el magistrado, Andahazi "utilizó ideas que se conocían, que se utilizan y que se seguirán utilizando", pero "combinándolas de un modo distinto", lo cual "no implica la afectación de los derechos de propiedad intelectual" de Cuzzani.


 La denuncia había sido realizada por el hijo de Cuzzani, con el patrocinio del abogado Roberto Damboriana, pero ahora el juez determinó que "la idea utilizada en ambas obras ya ha sido planteada en libros de historia contrafáctica".


 "(El juez) no llegó a ver en profundidad los argumentos de las pericias presentadas por la defensa", opinó Damboriana.


 Explicó que la pieza teatral escrita por Cuzzani, estrenada en 1958 en Buenos Aires con las actuaciones de Héctor Alterio y Juan Carlos Puppo, "no era un relato histórico, sino una creación del autor".


 "Ambas obras tienen como basamento ideas y estudios centenarios, de lo cual deriva que ambos textos se nutren a su vez del aporte de otros escritores que también han abordado el mismo tema con antelación, y en consecuencia no debe olvidarse que toda creación se apoya en mayor o menor medida en el patrimonio cultural existente en una sociedad", sostuvo el magistrado.


 Así, luego de que los camaristas Jorge Rimondi, Gustavo Bruzzone y Alfredo Barbarosch, integrantes de la Sala I, ordenaron profundizar la pesquisa, el escritor fue nuevamente sobreseído, medida que puede ser apelada por los denunciantes.


 El conquistador, que ganó en Argentina el Premio Planeta de Novela 2006, relata la historia de Quepza, un americano que descubre Europa y que, al ver la barbarie en esas tierras y la avidez de sus gobernantes, comprende pronto que cruzarán el océano para dominar su continente.


 Quepza concibe entonces un plan para evitar la conquista y el exterminio de su pueblo, lo que convierte la novela en un relato de aventuras.


 La obra de Andahazi fue premiada por su "originalidad argumental y por el excelente oficio narrativo" por un jurado integrado por los escritores argentinos Osvaldo Bayer y Marcos Aguinis, la novelista chilena Marcela Serrano y el director del Area Editorial de Planeta, Carlos Revés.


 Andahazi es autor de El anatomista, novela finalista del Premio Planeta 1996, Las piadosas, El árbol de las tentaciones, El príncipe, El secreto de los flamencos, Errante en las sombras y Pecar como Dios manda.

Suiza compró dos manuscritos de Borges




 Dos raros manuscritos autógrafos de Jorge Luis Borges fueron adquiridos por la fundación Martin Bodmer cerca de la ciudad de Ginebra, donde murió el escritor argentino: Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, y un cuaderno de escolar con tres ensayos literarios.


 "Hoy hemos adquirido un manuscrito mítico", declaró entusiasmado el profesor Charles Mela, director de la Fundación, al presentar las 26 páginas de Tlön, Uqbar, Orbis, Tertius, un texto del libro Ficciones publicado en 1940. Es en este cuento en el que Borges lanza su célebre anatema sobre los espejos.


 La Fundación compró también un cuaderno de escolar que contiene tres ensayos literarios.


 Estos documentos, por los que pagó 240.000 euros, se añaden a otro manuscrito de Borges que ya posee la fundación Martin Bodmer, El Sur.


 Los manuscritos comprados pertenecían hasta hace poco a un célebre anticuario de Buenos Aires, Víctor Aizenman, ex director de una revista literaria en la que Borges, que quedó ciego en 1965, había publicado algunos textos.


 Los manuscritos de Borges, redactados con tinta negra y una letra fina y precisa en cuadernos de contabilidad con márgenes, cuentan "las etapas muchas veces ignoradas de la creación", como lo describe la Fundación Bodmer.


 "Se aprecia la respiración del autor, los desvíos de sus arrepentimientos", según los coleccionistas. "Borges escribía con fluidez, pero muchas veces volvía sobre los textos, los modificaba, incluso los que ya había publicado, los cambiaba antes de nuevas ediciones", comenta Víctor Aizenman.


 El anticuario, que conoció personalmente a Borges y copió varios de los poemas que le dictó, posee otros manuscritos del gran maestro argentino que dijo antes de morir: "Soy un viejo poeta anarquista que se apaga suavemente en la susurrante Ginebra".