"Luciana no quiso matar a nadie"
Su total apoyo para con Luciana León, la joven empleada de una pollería de Villa del Parque que anteanoche, al tratar de impedir el robo de su motocicleta, ultimó de una cuchillada a un ladrón y lesionó a un cómplice, quien huyó malherido, expresaron ayer comerciantes y vecinos del sector circundante con la calle Eduardo González y la avenida Alem.
De hecho, los entrevistados ratificaron, una vez más, que ese sector es a diario castigado por el accionar de delincuentes y hasta se animaron a dar apellidos de "personajes" vinculados con esas fechorías, en una muestra cabal del hartazgo que marca estos tiempos de creciente inseguridad.
El transitado sitio mantenía ayer una tensa calma, con un móvil policial realizando una custodia fija en el frente de la pollería Libertad, cuya empleada se erigió en protagonista del lamentable episodio. Medidas similares fueron adoptadas en los domicilios de la empleada y de una amiga que, circunstancialmente, había llegado al local para visitarla.
En ese contexto, Eduardo se mantenía firme ayer en el locutorio del cual es propietario y que atiende su hija, en Eduardo González y Alem, aunque no ocultó su conmoción por el suceso de la noche anterior, que culminó con el deceso de Juan Manuel Molina (25), soltero, albañil, domiciliado en Felipe Varela 350; con heridas en un cómplice, quien podría ser hermano del occiso; y con la muchacha presa de una crisis nerviosa y vinculada con un proceso penal.
El jefe de la Policía Distrital, inspector Adrián Otero, confirmó que, hasta ayer a la mañana, no se había registrado el ingreso de ninguna persona con lesiones de arma blanca en los nosocomios de la ciudad, tanto públicos como privados.
Por otro lado, fuentes judiciales aseveraron que, según surgió de la autopsia que practicó el médico de policía Mauro Sueldo, Molina dejó de existir casi en el acto como consecuencia de la fractura de la aorta, a la altura del segundo espacio intercostal, lo que le produjo una hemorragia masiva.
Como se informó en la anterior edición, todo comenzó poco después de las 20, cuando dos sujetos irrumpieron en el negocio situado en los primeros números pares del 700 de Eduardo González.
Tras amenazar a León, de 21 años, y a una amiga de la dependiente con sendos cuchillos, los malvivientes se apoderaron de dinero en efectivo, de los teléfonos celulares de ambas y de las llaves de la motocicleta roja, de 110cc., estacionada en la vereda, que hacía pocos días y con el fruto del esfuerzo había adquirido Luciana.
De acuerdo con distintas fuentes allegadas a la investigación, al advertir que los amigos de lo ajeno pretendían llevarse su rodado --el cual se encontraría pagando mensualmente en cuotas--, León salió a la vereda y, empuñando el cuchillo con el cual se encontraba fileteando pollo para milanesas, procuró a su modo impedir la sustracción.
"La chica les dijo que no le lleven la moto y se produce un altercado que está siendo investigado y en ese marco uno de los malvivientes, según refiere la joven, sufrió una herida de arma blanca en uno de sus brazos y el otro resultó con una herida mortal, muy probablemente en la región lumbar", señaló en los primeros minutos de la pesquisa el inspector Otero.
La motocicleta quedó tirada en el sector de tierra de la vereda contigua a la pollería y, a unos treinta metros de ese lugar, sobre la calzada y a un metro del cordón de los números pares, cayó muerto, de cúbito ventral y con el cuchillo clavado en el cuerpo, el robusto delincuente.
La misma chica admitió espontáneamente su intervención ante el personal policial e hizo entrega de la cuchilla empleada en el ataque.
"Le dijo 'me robaste la plata de toda la semana. Estoy cansada que me roben. Yo te conozco', y lo nombró por el apellido", trascendió de un testigo consultado en el lugar.
De acuerdo con el archivo de este diario, Molina registra al menos dos antecedentes por delitos contra la propiedad. En diciembre fue apresado junto con otro individuo en el barrio Avellaneda, sospechados de haber participado de un violento robo en un supermercado y en febrero de 2001 cayó junto con otros dos sujetos, imputados de asaltar una despensa de Villa Serra.
Bronca contenida.
"Hay bronca en el barrio, porque los robos son permanentes y a cualquier hora. A mí me robaron y yo fui a la comisaría Segunda con el nombre, apellido y domicilio del que me robó y no tuve respuesta", expresó Eduardo, quien, desde hace un año, regentea el locutorio ubicado en Eduardo González y Alem.
El comerciante aseveró que en los atracos los malvivientes utilizan para amedrentar a sus víctimas armas de fuego, cuchillos y hasta palos.
"Acá al lado tenemos un ciber que cerró por la inseguridad. Tuvieron veinte robos, el último de una bicicleta, y se cansaron; no sé si no habrá otros comerciantes que, hartos de que les roben, no están pensando lo mismo", explicó, para describir la realidad que le toca vivir al negocio del cual es propietario.
"Al dueño anterior le robaron diez veces en once años", dijo Eduardo, para añadir que "la policía sabe quiénes son y nosotros no sabemos de quién es la culpa: si de la policía, de la justicia o de quién".
Cuando se le solicitó que describa a Luciana, comentó que "hace nueve meses que trabaja en la pollería y es una piba muy macanuda...la moto hace 25 días que la compró cero kilómetro...Luciana no quiso matar a nadie".
Tras reconocer que en los alrededores prácticamente no hay negocio que se "salve" del accionar de la delincuencia, Eduardo advirtió que luego de conversar con otros comerciantes, evaluarán la posibilidad de realizar una manifestación o marcha en apoyo de la empleada.
"Estamos tratando de ubicar a algún abogado para ver qué se puede hacer para ayudarle a esta chica; no queremos que se quede sola en este tema tan terrible", culminó.
"Inseguridad total".
Olga, quien salió de testigo del secuestro del arma que detentaba el maleante abatido, ratificó las condiciones que hacen de Villa del Parque un barrio "inseguro".
"Yo iba a hacer una carga de celular en el locutorio de la esquina, donde mis amigas atienden a puerta cerrada porque las asaltaron un montón de veces. En eso veo un despliegue inusitado de patrulleros, crucé la calle y vi a mi amiga encerrada en el locutorio con los ojos fuera de órbita", afirmó la mujer.
Olga continuó caminando hasta toparse con un efectivo policial, quien la convocó para que saliera de testigo del secuestro del arma que quedó junto a un canasto de residuos y a pocos metros del difunto.
Acerca de la situación de Luciana, la informante aseguró que los malvivientes "la tenían harta".
"Esta chica conoce a los delincuentes del barrio donde ella vive, y esa gente tienen conexión con los ladrones de esta zona. Luciana había dicho que en un momento le iba a pasar a ella y que esperaba poder reaccionar de acuerdo con las circunstancias. Si yo, siendo testigo, estuve dando vueltas, me imagino ella de acá en más...", enfatizó.
Según expresó, "la mayoría de los negocios chicos del sector atienden a puerta cerrada todo el tiempo, porque la gente tiene pánico y es horrible vivir así. Ni hablar que a uno, como cliente, también es una incomodidad e inseguridad total".
Olga reveló seis apellidos de personas que tendrían vinculación con los robos que tienen a maltraer a Villa del Parque y barrios aledaños.
Posible causal de justificación
El adjunto de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 5 informó ayer a "La Nueva Provincia" que aún no definió la fecha en que le recibirá declaración indagatoria a Luciana León, por su intervención en la muerte de Juan Manuel Molina.
El doctor Gustavo Zorzano aclaró, por otro lado, la situación legal en la que se encuentra actualmente la joven empleada.
"Está vinculada al proceso, tiene la condición de imputada, se le hicieron saber el contenido del artículo 60, se la fichó como a cualquier otra persona que tiene un proceso judicial, se puso en conocimiento a la defensora oficial (doctora Claudia Fortunatti) para que la asista, tuvo que constituir domicilio en su vivienda, en el cual deberá permanecer, con custodia policial, y debe presentarse ante la fiscalía inmediatamente de requerírsele el fiscal para ser indagada en los términos del artículo 308", indicó el funcionario.
Zorzano advirtió, en el supuesto caso de incumplir con alguna de las citadas disposiciones, el ministerio público podrá solicitar a la justicia de Garantías "alguna otra medida", entre las que podría hallarse la detención, que permita asegurarse el procesamiento de la sospechosa.
El instructor judicial enumeró las circunstancias que tuvo en cuenta a la hora de resolver la situación de Luciana.
"Esta chica en ningún momento intentó fugarse, estuvo en el lugar del hecho, inmediatamente avisaron y pusieron en conocimiento de la policía y estuvo en la sede policial todo el tiempo necesario para quedar vinculada al proceso", afirmó y citó un ejemplo que diferencia al caso de León del de un típico homicidio en ocasión de robo.
"(El caso de la empleada) no es aquel del que va a robar y mata, intenta fugarse y es aprehendido", aclaró, sin pretender hacer un juicio de valor por adelantado.
Ratificó el instructor que "hubo un ataque a la propiedad (de hecho, existió el robo de los celulares, de dinero y las llaves de la motocicleta), una reacción frente a dicho ataque y se da una circunstancia muy particular de cómo fue el hecho, que hace pensar en la posibilidad concreta de alguna causal de justificación, sin perjuicio de la prueba que debe seguir produciéndose en la investigación".
"Estamos analizando todas las circunstancias para establecer el grado de responsabilidad y esta medida (la de no ordenar el arresto de la muchacha) no quita que en el futuro pueda solicitar algún tipo de medida cautelar cuando entienda que los fines del proceso no están debidamente asegurados", expresó Zorzano.
Grisado
Consultas. Desde la UFIJ Nº 5 se realizaban ayer a la mañana distintas consultas a los fines de determinar la existencia de otras causas penales en las que podría aparecer involucrado el delincuente abatido anteanoche. A su vez, una versión indicaba que Juan Manuel Molina habría egresado recientemente de la cárcel de Villa Floresta, luego de cumplir una condena por robo calificado, trascendido que no pudo ser certificado en fuentes penitenciarias.