El paradero de Sonia Toro sigue siendo un misterio

Redacción de La Nueva.

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 No se habían registrado, hasta el cierre de esta edición, novedades sobre la misteriosa desaparición de una mujer bahiense en la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia, hecho que se produjo hace quince días y sobre el que se informara en anteriores ediciones.

 Sonia Ester Toro (34) fue vista por última vez el pasado día 17, a las 9, desencadenándose a partir de entonces una serie de episodios que hacen temer por la suerte que pudo haber corrido la mujer.

 El vehículo de la desaparecida, un Ford Galaxy, fue encontrado incendiado intencionalmente en una cantera ubicada en el norte de aquella ciudad.

 Luego de confirmarse que no se había realizado ninguna denuncia por la desaparición del coche, los investigadores lograron establecer la identidad de la dueña, alrededor de las 20, y ubicar la casilla rodante que Toro ocupaba con sus hijas, donde incluso se dispuso una vigilancia que se prolongó hasta las 4 del día siguiente.

 Poco más de dos horas después de retirarse la guardia, una vecina advirtió que la casilla se estaba incendiando y, como en el sector no hay conexiones telefónicas, mandó a un hijo hasta la vivienda del albañil Augusto Nowasenki --con quien Toro habría mantenido una relación afectiva--, para que alertara a los bomberos.

 Extrañamente, los servidores públicos arribaron al lugar recién dos horas después.

 Precisamente, Nowasenki está siendo investigado por la policía y, al decir de algunas fuentes, sería el principal sospechoso, ya que podría sentirse despechado por la intención de Toro de terminar con la relación que mantenían.