Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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"Si dicen que Raponi es un asqueroso me la banco"

Y un día se despachó. Juan Pablo Raponi, habitualmente introvertido y poco amante de las notas, se abrió y habló de su hermetismo para dejar acceder a la prensa, de su producción en el primer semestre y de su particular forma de sentir y vivir el fútbol. El mediocampista -con un perfil muy distinto al típico futbolista argentino- dijo, entre otras cosas, que prefiere la vida de campo, que sufrió en las inferiores de River y que no se siente culpable por el desempeño de Olimpo en la era Juan José López.
"Si dicen que Raponi es un asqueroso me la banco" . El país. La Nueva. Bahía Blanca


 Y un día se despachó. Juan Pablo Raponi, habitualmente introvertido y poco amante de las notas, se abrió y habló de su hermetismo para dejar acceder a la prensa, de su producción en el primer semestre y de su particular forma de sentir y vivir el fútbol.


 El mediocampista -con un perfil muy distinto al típico futbolista argentino- dijo, entre otras cosas, que prefiere la vida de campo, que sufrió en las inferiores de River y que no se siente culpable por el desempeño de Olimpo en la era Juan José López.


 A su vez, también aclaró que no cambiará su forma de ser y confesó que su imagen de "asqueroso" -según el mismo lo calificó-- lo perjudicó en su carrera.


 Ante "La Nueva Provincia", "Cachete" -como se lo apoda en el plantel aurinegro- contó su otra historia, la que transcurre afuera de una cancha de fútbol y que, dicho sea de paso, es bastante singular.


 --¿Cuál es tu desafío para el Clausura 2005?


 --Poder jugar y mantenerme, que es lo que me faltó en el semestre pasado. Queremos arrancar bien, cosa que no nos sucedió en el torneo pasado. Y espero que se den los resultados.


 "Uno sabe que no falta mucho para que comience el campeonato. Y debo esforzarme en los entrenamientos de fútbol para ganarme la titularidad".


 --¿Por qué no te fue bien en el Apertura 2004?


 --Pero no sólo a mí no me fue bien. Acá no me va bien a mí y mal a mis compañeros o al contrario, acá nos va bien a todos o mal a todos. No se sacaron resultados y esa fue la única realidad. De esa manera se hace muy difícil revertir una situación y más cuando perdés cuatro o cinco partidos seguidos, que fue lo que nos pasó a nosotros.


 --Pero a modo personal, ¿a qué conclusiones llegaste?


 --Obviamente yo tengo mi balance, que por ahí no te lo puedo decir. Sé lo que rendí, en qué fallé y nada más.


 --Y en ese balance, sin entrar en detalles que no vienen al caso, ¿estás conforme con tu producción?


 --No. Nunca voy a estar conforme, incluso por más que me haya ido muy bien. Pero soy realista; tampoco me hago responsable de la campaña que hizo Olimpo.


 --No creo que alguien te haya hecho responsable porque, de hecho, es un deporte grupal. Sí, en cambio, había muchas expectativas en lo que le podías aportar al equipo. ¿O no?


 --Seguro. ¡Ojo!, yo acepto la responsabilidad de lo que puedan opinar. Pero yo sé si rendí o no rendí. Y claro que tengo que mejorar, pero también tiene que mejorar el equipo; porque no sirve de nada que un jugador ande bien y el equipo pierda. Acá o nos hundimos todos o nos salvamos todos; es muy simple.


 --Pero interiormente, ¿no querés tener cierto protagonismo en el equipo?


 --Sí, pero si perdés no te vas a destacar. Además te tengo que ser sincero: no me interesa destacarme, vengo, hago la función que tengo que hacer y listo; y al que le gusta bien.


 "A algunos le debe gustar más que Raponi se tire de cabeza y a otros que Raponi la pise. Es así; y nunca vas a conformar a todos. Yo también soy hincha y lo acepto. Tampoco trabajo para sobresalir; si el equipo anda bien, después suben las notas de todos los jugadores".


 --Pero vos no sos de detenerte en los puntajes.


 --Por supuesto que no y te estoy siendo sincero. No me interesa. De hecho, tengo un padre que siempre me marcó los errores y nunca fue de decirme que era un fenómeno porque hice un gol. Yo no como vidrio y sé cuando jugué bien y cuando jugué mal.


 "No me gusta que me palmeen la espalda y tampoco me creo un desastre porque jugué mal un partido. Soy consciente de lo que soy, de dónde jugué y de por qué estoy acá. Y me tomo mi cuota de responsabilidad".


 --Ahora, coincidamos que en el fútbol no hay grises. Lamentablemente, o sos un fenómeno o sos un desastre. Y a vos te debe molestar bastante.


 --Es así, como lo decís. Por eso hay que tomárselo con calma, porque de lo contrario no podría vivir. Yo digo que lo que importa es dormir tranquilo, aunque lamentablemente si el equipo pierde el hincha va a estar molesto y te va a reclamar, y si el equipo gana cuando vas a comer no te cobran, por ejemplo.


 "Cuando te va bien todo es color de rosa y se suben al caballo; y después te bajan demasiado rápido. No podés creerte un fenómeno, ni un desastre".


 --No todos los jugadores lo interpretan de esa manera, al menos para los medios.


 --Yo hablo por mí, no sé qué pensarán los demás. Insisto, no me creo un fenómeno, como tampoco pienso que soy un desastre porque las cosas no se dieron o no me salieron como yo quería. Trabajo de esto, tengo que seguir entrenando y debo colmar las expectativas del hincha, de los dirigentes y de los que confiaron en mí.

El juego de "Rapo"




 --¿Sentís que muchos esperan que explotés en este certamen como le pasó a Diego Galván en el Apertura 2004?


 --No sé. Explotar depende de muchas cosas y no de dos entrenamientos. Diego tuvo un gran torneo y no es que antes no tenía condiciones, pero tuvo el respaldo del entrenador, que es fundamental. Si vos jugás mal un partido y al otro el técnico te banca, es clave para rendir. Y a él le pasó eso, además de las condiciones que tiene y que nadie las puede negar.


 --¿Lo más difícil es mantener un nivel?


 --Seguro. Pero depende de un montón de cosas.


 --¿Por ejemplo?


 --Del resultado, del técnico que está, etcétera. Hay jugadores que juegan bien y por "h" o por "b" no se les da. Esto no es sólo llegar al domingo, hay muchas cosas detrás. Realmente es así y siempre digo que lo voy a interpretar como es: un juego. Sino, el día que vaya a sufrir a una cancha o que me largue a llorar porque uno me p... cuelgo los botines y no juego más.


 "Hay que entender a todos, cada uno tiene su opinión: hinchas, periodistas, técnicos y dirigentes; y el jugador tendrá que aceptar el lugar que ocupa".


 "Y en mi caso, siempre digo que hay que disfrutar, más allá de que te vaya bien o mal. Y hasta cuando te toca perder podés disfrutar porque, en definitiva, la derrota enseña más que la victoria".


 --¿Y qué aspectos te molestan del ambiente?


 --No se si hay algo que me j..., porque soy muy cerrado. No me gusta dar notas y me incomoda que alguien me pida un autógrafo porque me da vergüenza. No me gusta todo lo que está alrededor del fútbol.


 --En un par de ocasiones intenté hacerte una nota y te escabulliste sin siquiera decir que no querías hablar. Y, sinceramente, me pareció una actitud prepotente. Pero respeto tu decisión porque siempre te manejaste de esa manera.


 --Es que siempre es así. Entreno, me voy y me encierro en mi casa a tomar mate. Me olvido de todo y no me interesa si alguien me critica. Yo soy feliz así y no lo voy a cambiar. Pero es mi trabajo, vivo de esto y a mi familia le tengo que dar de comer.


 --¿Y por qué sos tan introvertido?


 --Porque es mi forma de ser. Hoy te doy una nota, pero si venís mañana te digo que no, porque te voy a decir que hablamos ayer, por ejemplo. No soy de esos que hablan todos los días. Tampoco me gusta opinar después de un partido, decir cómo fue el partido cuando hay diez más que te lo van a decir. Pienso de esa manera, entonces peco de que soy asqueroso y yo lo entiendo.


 "Si me dicen que Raponi es un asqueroso me la banco. Mi amigos, mi novia y los que me conocen saben que soy así; y mirá que me lo dicen a cada rato. Soy cerrado, fastidioso, me gusta estar en mi casa y por eso no me agrada todo lo que rodea el fútbol".


 --En resumen, la antítesis del futbolista.


 --Es que no me creo un monstruo cuando ando bien y vienen las cámaras, ni un desastre cuando nadie me para a pedirme una nota.


 --¿Esta forma tan particular de vivir el fútbol no te jugó en contra?


 --Creo que te juega en contra no estar todo el día riéndote para la foto, pero a mí no me pasó porque en River había cada fenómeno que no me paraban ni para un autógrafo.


 "Mi novia siempre me dice que sea más simpático y mi Viejo me avisó que me va a jugar en contra. Pero es la forma de ser que tengo y, más allá del fútbol, me acostumbré a vivir de una manera y no la voy a cambiar. Pero hay que ver lo que quiere ser uno en la vida. Después de los 35 años nadie te va a venir a pedir una nota".


 --¡Cómo estás con los periodistas!


 --No. Yo tengo una hermana que es periodista y tiene un diario en Alvarez. Está todo bárbaro con ella, pero le dije que no me gustan ciertas cosas del periodismo. Aunque también la respeto y entiendo el trabajo de ustedes. En definitiva es un "laburo" como el nuestro.


 "Tampoco digo que nunca te voy a dar una nota, fijate que ahora estamos hablando tranquilamente. Y me pasó con periodistas que venían a hacerme una nota y nos quedábamos toda la tarde tomando mate. Y no tengo problemas que apagues esto (por el grabador) y seguir la charla después".

De Alvarez a Bahía




 A Juan Pablo le cambia el rostro cuando tiene que recorrer su infancia en Alvarez, ciudad de unos ocho mil habitantes a 30 kilómetros de Rosario, que lo vio nacer.


 El volante es hijo de Juan Manuel y de Zulma. Y tiene tres hermanos Andrea (la dueña del medio Convicción), Juan Manuel (juega en San Telmo) y María Celeste (quien comparte un negocio de indumentaria para adolescentes con el jugador de Olimpo).


 "Jugaba en Unión de Alvarez y a los 14 años me fui a las inferiores de River, donde debuté a los 19 años en Primera".


 --De acuerdo a tu personalidad, no debe haber sido fácil adaptarte a River.


 --Muy difícil. Hasta el día de hoy, y lo cuento siempre, no sé cómo aguanté. Ahora es otra cosa, porque uno ya juega en Primera, pero cuando tenés 15 o 16 años nadie te da bola, vivís en una pensión y no hay un peso ni para hablar por teléfono con tus familiares. No tenía la posibilidad de ir y comprarme lo que quería y es j...


 --¿Y eso te endureció el rostro?


 --Yo creo que sí. Me hizo más insensible, digamos. Siempre lo digo, cuando todo el mundo se pone a llorar, a mí no se me mueve un pelo. Tal vez es por todo lo que pasé, aunque agradezco a Dios haberlo vivido, porque el día de mañana tenés que seguir viviendo y tenés que contarle a tus hijos o a tus nietos lo que pasaste.


 --Por todo lo que dijiste, seguro que el día que te retires no vas a seguir ligado a la actividad.


 --No sé qué voy a hacer. Si fuera por mí tendría una casa en el campo, pero también mi novia María Fernanda tiene opinión y entonces habrá que charlarlo. A mí me gusta mucho la tranquilidad, el mate, estar debajo de los árboles, los asados, y no me agrada el ruido. Aprendí a disfrutar de las cosas simples, que son las más importantes.

Aquel gol, aquel gesto




 Juan Pablo convirtió un solo tanto en Olimpo. Fue la tarde del 2-4 ante Colón y "Rapo" se descargó tras anotar de tiro libre con un gesto para los simpatizantes de la tribuna que da a la calle O'Higgins. Y habló del tema.


 "Yo entiendo a la gente y la gente me tiene que entender a mí. Lo dije en varias oportunidades: fue para uno solo. Lo que me molestó es que la campaña la hicimos mal todos, no sólo Raponi. Tomo la responsabilidad que me corresponde, pero no me gusta que sólo me hagan responsable a mí, porque fuimos varios los que vinimos de afuera".


 "Igualmente, ya quedó como una anécdota y terminó allí".


 --¿Te equivocaste en el gesto?


 --Sí. Se le dio una importancia mayor de lo que se le debía haber dado. Yo no soy ni desagradecido ni soberbio, como dijeron. Fue una descarga, un intercambio de palabra con el hincha que estaba allí.


 
De la cabeza



 --¿Qué tan decisivo es lo mental en un equipo?


 --Creo que es un 70 por ciento. Y nosotros tuvimos ese gran problema, porque nos hacían el primer gol y ya perdíamos el partido. Hasta que en los últimos partidos mejoramos un poco. Pero creo que es fundamental estar bien de la cabeza.


 --Y vos, ¿sos de caerte anímicamente?


 --Más o menos. Lo que sí necesito es tener continuidad, si no tengo continuidad no voy a rendir como yo quiero. Pero para tenerla, me tengo que ganar el lugar. Es todo una cadena.


 "También me ha tocado estar bajoneado por ni siquiera ir al banco. Es difícil estar afuera, pero hay que bancársela y aceptarlo. Además, no se podía decir nada porque el equipo no ganaba. Y ahora, cuando las cosas anden mal, hay que sobreponerse y salir adelante".

Con "La Banda", en Chile y con el "Taladro"




 --¿Por qué no pudiste mantenerte en River?


 --Si se hubiera quedado Ramón Díaz podría haber seguido en el club. El siempre me dio la posibilidad de mostrarme y hasta jugué algunos partidos en la Copa Mercosur.


 --¿Y la experiencia en Chile?


 --Primero te hacen sentir que no nos quieren y que sos extranjero. El primer mes fue muy duro, hasta que vinieron mi Viejo, mi novia y mi hermana. Y en lo futbolístico me fue bien hasta que empecé a sentir dolores en la rodilla derecha y me tuve que operar.


 --¿Qué pasó en Banfield?


 --Tuve un primer semestre muy lindo, en el que jugué muy bien. Después, creo, molestó que yo haya querido irme para volver a River y sólo jugué los primeros partidos. También me equivoqué al decir las cosas de frente, creyendo que también me iban a ir de frente y parece que no fue así. Y no tuve posibilidades.

12. Son los partidos que jugó Raponi en Olimpo en el Apertura, en el que marcó un gol. En Primera acumula 37 cotejos (5 en River y 20 en Banfield). También jugó 3 en la Copa Mercosur por los "millonarios" y 8 en Universidad de Chile.

Fabián Osvaldo Rodríguez/Enviado especial