Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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"Se canta más que lo que muchos creen"

La directora del Museo Histórico Municipal, profesora Emma Vila, aseguró que el Himno a Bahía Blanca es bastante más cantado que lo que muchos creen, en especial en las escuelas. Según explicó, esto ocurre desde que a partir de la supresión de una estrofa aprobada en 1998 por el Concejo Deliberante, a propuesta del subsecretario de Cultura, Ricardo Margo, se entregaron grabaciones a todos los establecimientos educativos de nuestro partido.


 La directora del Museo Histórico Municipal, profesora Emma Vila, aseguró que el Himno a Bahía Blanca es bastante más cantado que lo que muchos creen, en especial en las escuelas.


 Según explicó, esto ocurre desde que a partir de la supresión de una estrofa aprobada en 1998 por el Concejo Deliberante, a propuesta del subsecretario de Cultura, Ricardo Margo, se entregaron grabaciones a todos los establecimientos educativos de nuestro partido.


 "Es cierto que hubo un tiempo en que se descuidó la enseñanza de las canciones oficiales, pero en el caso del Himno a Bahía Blanca, espero que hayamos revertido ese proceso negativo. Están todas las condiciones dadas para que los alumnos aprendan a cantarlo sabiendo su contenido", señaló la funcionaria.


 En ese sentido, Vila se esperanzó en que la nueva grabación del grupo Solasol también llegue para poner su granito de arena a la hora de edificar una identidad bahiense.


 "Creo que se le ha hecho una injusta fama de difícil. No creo que cantarlo sea más complicado que Aurora", comparó.


 Docente de alma cómo es --por más que por estos días se esté acogiendo al beneficio de una merecida jubilación, tras una formidable trayectoria áulica-- para la directora del museo, el cercano 175º aniversario de la fundación constituye una magnífica oportunidad para que los niños y los jóvenes se asomen al pasado de su ciudad.


 Al respecto, invitó a la comunidad a acercarse a la sede del museo que conduce para observar la muestra alusiva a la celebración, la cual se inaugurará el próximo viernes 4, como parte del cronograma oficial de actos por el 11 de Abril, la cual se denominará "La Fundación".


 "Alrededor de la maqueta de la Fortaleza Protectora Argentina con la que contamos, montaremos una serie de exhibidores con interesante material sobre todo lo que se conoce sobre los orígenes de la ciudad, desde los primeros avistajes a cargo de navegantes europeos en el siglo XVI, hasta la llegada de la Legión Agrícola Militar", adelantó.


 Como conclusión, Emma agregó que una de las primeras alusiones a estos parajes en la historia de la civilización corrió por cuenta del legendario Hernando de Magallanes, quien en su afán por encontrar un paso entre el Atlántico y el Pacífico, se internó --muy ilusionado-- en los intrincados vericuetos de la ría hasta que se topó con los cangrejales y se dio cuenta de que por allí no se llegaba al otro océano.


 "Lamentablemente no quedan registros de las cosas que habrá dicho esa gente cuando después de sortear todos los islotes y canales de agua marrón y salada, se encontraron con una infranqueable barrera de barro", bromeó Vila.

Un poco de historia en solfa




 Tal como dicen que hizo casi toda su obra Johan Sebastian Mastropiero, el célebre compositor de la ficción al que los geniales Les Luthiers le atribuyen muchas de sus ocurrencias, puede decirse que la ciudad de Bahía Blanca tiene su himno como respuesta a un encargo.


 En realidad, muchos himnos (en especial latinoamericanos) reconocen un origen similares, incluyendo el de nuestro país, el cual fue "encargado" a Vicente López y Planes y Blas Parera, como forma de sumar un nuevo símbolo de consolidación de la independencia.


 Allá por mediados de 1927, cuando comenzaron a prepararse los actos celebratorios del centenario, se resolvió solicitar al maestro Pascual de Rogatis (uno de los músicos más cotizados de su época) que compusiera la partitura para un himno a nuestra ciudad.


 Para ponerle palabras a esa música, se llamó a un concurso público, tal vez con la saludable intención de que fuera algún lugareño el encargado de plasmar su sentido de pertenencia con versos acordes, pero la competencia se declaró desierta sin que nunca se explicitaran con amplitud los motivos de tal resolución.


 Urgidos por el tiempo, los organizadores de los actos por el centenario resolvieron recurrir a los beneficios de la "contratación directa" y --a sugerencia del propio De Rogatis-- se contactaron con el escritor Carlos Leumann, también bastante renombrado por aquellos días.


 Se convino un precio entre las partes y en el tiempo y la forma pautados, el escritor entregó la letra.


 Lo llamativo es que no existen noticias de que el señor Leumann, para efectuar tan entusiasta y briosa descripción de la geografía del lugar, haya pasado alguna vez aunque sea cerca de la ciudad a la que su nombre pasaría a deberle para siempre algo de perdurabilidad.


 En tiempos en que este diario no llegaba a Buenos Aires y no existía la completa página web del municipio para allanarle en algo tan labor, acaso haya preguntado a algún conocedor del paisaje bahiense sobre las características y haya dado rienda suelta a su romántica inspiración con cierta exactitud.


 Es que, salvo la ciertamente discutible licencia poética que se tomó al considerar a los barrancos del Napostá como "mensajero" de unos Andes con los que no tienen absolutamente nada que ver, en el resto, acertó bastante.


 Hasta, sin conocernos, se habrá dado cuenta de la recurrente tendencia --¿algún complejo no resuelto?-- en que solemos caer los bahienses de considerarnos el ombligo del mundo: el himno culmina asegurando que en la imagen de luz de su nombre, se presiente la gloria mundial de esta ciudad.


 Y eso que en 1928, aún no habían nacido ni Cabrera, Fruet y De Lizaso, vencedores de Yugoslavia; ni Olimpo estaba en Primera, ni César Milstein ganaba el Nobel ni "Manu" Ginóbili se asomaba volcándosela en la cara a Kobe Bryant, por mencionar algunas irrefutables corroboraciones de tan pomposo vaticinio.