La primera medalla de la Selección, con Juan Espil como goleador
Se cumplen hoy 25 años del título en Mar del Plata.
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Por Fernando Rodríguez / ferodriguez@lanueva.com
La noche del 25 de marzo de 1995 el Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata contuvo uno de los triunfos más festejados del básquetbol argentino: el primer oro en un Juego Panamericano.
Coincidió con la inauguración del estadio construido para ese torneo y en el que el público presente fue testigo del triunfo más valioso después del primer Mundial, también disputado en nuestro país, en 1950.
En esa curva ascendente que tuvo el básquetbol argentino, con la continuidad de la Liga Nacional y los mejores emigrando para seguir desarrollándose, hoy un resultado toma un estado casi natural.
Por entonces, contrariamente, ganarle a Estados Unidos, con jugadores de la CBA (seis con experiencia NBA), resultaba todo un logro. Y dos veces, ¡aún más!
El torneo comenzó con un 68 a 67 contra los estadounidenses, con un doble de Diego Osella a falta de un segundo y tres décimas.
Acaso, ese cierre fue un anuncio de cómo podía terminar el torneo para nuestra Selección.
Aunque, claro, el equipo tuvo que remar y remar, con rendimientos poco confiables y resultados que demuestran lo duro que fue: 83-81 ante Uruguay, 90-80 contra México y 87-86 frente a Puerto Rico.
El despertar, no obstante, llegó contra Brasil, con un contundente 95 a 75, para meterse en semifinales y despachar a Uruguay: 90 a 74.
La pregunta era si Estados Unidos tendría memoria de lo que había pasado la noche inaugural.
No pareció mientras Argentina ganaba 76-63, con 13 minutos por jugar. Era una verdadera fiesta. Todo lo contrario después del 14-0 en contra y quedando un punto abajo: 77-76.
“Ahí apareció Esteban De la Fuente, que fue fundamental. Lo mejor que tuvo la Selección fueron los cierres”, resumió Espil ese día que, curiosamente, se cumplían siete años de su debut en la Liga Nacional.
Y el 90 a 86 a favor de la Argentina había ratificado la visión de Juan.
Así, entrada la madrugada del 26 de marzo, encontró a Esteban Pérez festejando el título y su cumpleaños número 29.
“Es la alegría más grande mi vida. En estos momentos creo que empiezo a volar. Cuando vinieron los partidos difíciles levanté y pude darle al equipo los puntos que necesitaba”, dijo el Gallo, rosarino de nacimiento y que echó raíces bahienses.
El torneo fue previo al Preolímpico de Neuquén, clasificatorio para Atlanta ’96.
Juan Espil convirtió 143 puntos, siendo el goleador del torneo, con promedio de 20,4 por juego.
“Uno siempre piensa que cada día puede aprender algo y entrena para eso. A pesar que este básquetbol es profesional, siempre se practica para mejorar, llegar a una selección, para jugar un Mundial, un Panamericano y una Olimpiada”, señaló Juan.
El participó de todos esos torneos. Y en este, una vez más, ratificó lo que todos ya sabían: se trataba de un temible goleador.
La síntesis de la final:
Argentina (90): M. Milanesio (8), E. De la Fuente (13), E. Pérez (16). D. Osella (16), L. Villar (9), fi; J.A. Espil (22), F. Oberto, C. Aragona (2), R. Wolkowyski (4), D. Maggi y J. Racca. DT: Guillermo Vecchio. Asistente: el bahiense Guillermo López.
Estados Unidos (86): S. Gay (4), B. Davis (12), C. White (6), S. Paddock (6), A.J. Wynder (9), fi; R. Roberson (18), E. Martin (15), K. Weems (4), M. Williams, D. Jamerson (1), C. Thomas (8) y L. Lewis (3). DT:M. Thibault.
Primero tiempo: Argentina 60, Estados Unidos 51.
Arbitros: Luis Santoro (Brasil) y Eduardo Becerra (Chile).