Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

¿Por qué el aumento del precio internacional de los granos es la mejor noticia para la mesa de los argentinos?

El fisco recaudará más de U$S 2.400 millones por encima de lo presupuestado en materia de retenciones, así como el Banco Central (BCRA) se beneficiará con más de U$S 5.000 M por mayores exportaciones.

/  Fotos: Rodrigo García, Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “No existe país donde el aumento de los precios de sus exportaciones sea considerado un problema; por el contrario, es una bendición”.

   Para los dirigentes de la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales, no hay maldición que valga en cuanto a la producción y a la comercialización de los alimentos (ver aparte).

   Según Acopiadores, por el incremento del precio internacional de los granos, el fisco recaudará más de 2.400 millones de dólares por encima de lo presupuestado en materia de retenciones.

   Asimismo, ingresarán al Banco Central más de U$S 5.000 millones adicionales por mayores exportaciones agroindustriales.

   En un sector convulsionado por el cierre, y posterior cancelación, de las exportaciones de maíz; con regulaciones que, luego, debieron modificarse y con un paro de comercialización de parte de la entidades gremiales del campo, que incluso no llegó a concretarse en su totalidad, desde Acopiadores proponen un análisis con percepciones y cifras, no exento de mitos y realidades, desde los cereales hasta la carne vacuna nacionales.

El contexto

   Desde la entidad gremial se asegura que la sociedad está sufriendo por la presencia de un hecho imprevisto, como es el Covid-19, y los costos de su lucha. También que esto ha trastocado la vida cotidiana de todos y “ha hundido profundamente” a la economía. 

   “Muchos años de recesión; aumento sostenido de la pobreza; caída fortísima del PBI; elevadísimo desempleo; éxodo de empresas; niños sin clases; inversión neta negativa y toda una Argentina en estado de agotamiento físico y psíquico, exigen a la clase política y a los dirigentes la mayor mesura en sus actos, equilibrio en las palabras y un profundo conocimiento de los problemas que se deben enfrentar”, indican.

“La historia juzgará quiénes fueron los que apostaron por la cordura, la paz social, la defensa de los intereses comunes y del futuro de los argentinos por encima de meras prebendas sectoriales”.

El conocimiento

   Acopiadores entiende que el presidente de la Nación, Dr. Alberto Fernández, debería apartar de su cargo a quien le comenta que un argentino paga el asado igual que un ciudadano alemán, cuando Argentina ocupa el quinto puesto, entre 103 países, de la carne más barata del mundo.

   “También falsean la verdad y generan discordias quienes afirman que los productores argentinos venden los granos en dólares a los precios internacionales, cuando por el maíz reciben 17.900 pesos por tonelada y el precio internacional FOB es de 253 dólares por tonelada. En tanto, por la soja cobran $ 29.900 la tonelada con un precio internacional de U$S 550 por tonelada”, explican.

   También aseveran que estas afirmaciones “atentan claramente contra la figura y envergadura presidencial”, además de generar enconos y enfrentamientos estériles.

La realidad

   Según Acopiadores, haber cerrado las declaraciones de ventas al exterior durante los meses de enero y febrero con el propósito de asegurar el abastecimiento interno cuando, según el ministerio de Agricultura, hay más de 10 millones de toneladas de maíz y una necesidad interna de 5,7 M/T (según los privados una necesidad de 3,4 M/T), exime de cualquier comentario sobre la razonabilidad de la medida.

   “El problema no radica en los stocks o precios elevados; lo verdaderamente importante es el quebrantamiento de los mecanismos de ahorro e inversión y la crisis de confianza entre actores del mercado interno.

“Ambos factores inducen a ahorrar en mercadería y a comercializar con actores que minimicen los riesgos y plazos de cobranza. Nadie quiere vender sus granos en pesos y cobrar a los 60 días”.

   “Por otro lado, debemos resaltar que hay muchos consumos que no tienen problemas de abastecimiento al haber armado redes de confianza y provisión.

   “No se pueden sostener mecanismos de comercialización ‘just in time’, de acuerdo a las necesidades de los compradores. Los abastecimientos a la industria deben ser estratégicamente programados”, expresan.

La comunicación

   La entidad sostiene que la suba del precio de los granos es la mejor noticia que podría recibir nuestra economía y la mesa de los argentinos, (ya que) “no hay país donde el aumento de los precios de sus exportaciones sea considerado como un problema”.

   Como ejemplo, y como dato para dimensionar y tomar conciencia sobre los efectos positivos del aumento de los precios de los granos, Acopiadores afirma que, con el 5 % del aumento extra del ingreso por retenciones, se les puede regalar a las empresas avícolas el maíz equivalente a dos meses de actividad.

Al mismo tiempo, se pueden diseñar mecanismos que defiendan la mesa de los argentinos vulnerables sin distorsionar, ni achicar, los mercados granarios y evitando los inexplicables derroches de subsidios al consumo de quienes no lo necesitan.

   “No debemos ver un problema donde está la solución. Demos la bienvenida al aumento de los precios internacionales; consolidemos el proceso de incremento de la producción de maíz y generemos mecanismos inteligentes de ayuda a los necesitados”, aseguran.

La maldición de exportar alimentos

   Utilizando su cuenta de Twitter, la diputada nacional María Fernanda Vallejos dijo que el hecho de que “Argentina sea exportador de alimentos es una maldición”, debido al impacto que los movimientos de precios internacionales tienen sobre los costos locales.

   El razonamiento de la economista zarateña, del Frente de Todos, es el siguiente:

   —“Tenemos la maldición de exportar alimentos, de modo que los precios internos son tensionados por la dinámica internacional. Es imperioso desacoplar precios internacionales y domésticos, ya que los domésticos deben regirse por la capacidad de compra (en pesos) de los argentinos”.

María Fernanda Vallejos, diputada nacional del Frente de Todos.

   —“La maldición es que los precios de los productos indispensables, que tenemos que consumir los argentinos, terminan muy tensionados por la dinámica de lo que ocurre con el comercio internacional. Allí hay una serie de medidas a adoptar para desacoplar la evolución de los precios internacionales de los precios domésticos”.

   —“Los precios internacionales deben regirse por la capacidad de compra de los argentinos. Si los salarios están en pesos, los precios de los alimentos dentro de la Argentina tienen que estar regidos por lo que ocurre con los ingresos en pesos”.