Bahía Blanca | Sabado, 06 de septiembre

Bahía Blanca | Sabado, 06 de septiembre

Bahía Blanca | Sabado, 06 de septiembre

Sembrando Bibliotecas: una semilla que, desde Bahía Blanca, va más allá de los libros

“La idea principal es agradecer al personal que trabaja en sitios aislados y representativos, donde se dispone de tiempo para disfrutar de la lectura”, dijo Diego Promenzio, uno de los referentes de la agrupación.

Biblioteca Península Haush, en la Isla de los Estados. / Fotos: Gentileza Sembrando Bibliotecas.

El proyecto de un grupo de bahienses —y de la región— es concreto: crear, establecer y consolidar bibliotecas en ubicaciones significativas y remotas de la Argentina.

“El objetivo no es crear bibliotecas públicas masivas, sino proporcionar un regalo, o una forma de agradecimiento, al personal que trabaja en estos sitios, a menudo aislados y con la disponibilidad de tiempo para disfrutar de la lectura”, dijo Diego Promenzio, uno de los responsables de Sembrando Bibliotecas, una agrupación formada en 2023 con la intención de establecer en distintos lugares del país, elegidos por alguna razón en particular, desde lo histórico, social, educativo y cultural, comprometiendo a sus comunidades locales en la gestión y la transmisión del espíritu a las futuras generaciones.

“Se trata de sitios emblemáticos, alejados de las grandes ciudades y donde haya argentinos realizando tareas importantes para el país. He recorrido bastante la Argentina, especialmente la Patagonia, y noté que muchos sitios están aislados y, a veces, no tienen ni siquiera una biblioteca”, añadió.

También dijo Promenzio que las bibliotecas no son temáticas sobre cada zona en particular, sino que se trata de bibliografía en general. “Apuntamos a que el personal de esos lugares tenga algo para leer, especialmente porque no todos cuentan con internet”, indicó.

“¿Cómo nació todo? A principios de 2023 volví de un viaje por península Mitre, en la punta de Tierra del Fuego. Allí había fundado una biblioteca con otro grupo de gente en un refugio para caminantes, en el que se realiza el trekking más extremo de la Argentina. Originalmente, se instaló en un refugio llamado Aguirre. De hecho, mi hermano Fernando y mi sobrino Bruno, que ahora también pertenecen al grupo, fueron a llevar los libros”, relató.

Biblioteca La Vicuñita, en la provincia de Jujuy.

“Luego, como ese lugar quedó deshabitado, decidimos donarla a la Armada Argentina y se instaló en la Isla de los Estados. Es donde está el famoso faro del fin del mundo de la obra de Julio Verne. Allí hay un destacamento naval, llamado Piedra Buena, que cuenta con sólo cuatro personas que rotan a lo largo del año. Los conocí en una expedición en velero en 2019; no tienen nada, ni internet, ni teléfono, ni siquiera una lancha. Realizan un trabajo muy importante de control marítimo y sobre meteorología, pero a veces se torna aburrido. Y la enviamos ahí; fue la primera biblioteca de la agrupación”, sostuvo.

—Ya gestionaron la instalación de 10 bibliotecas en el país. ¿Cuál es la meta?

—La idea, en principio, era llegar a una por provincia. Si bien concretamos 10, en alguna provincia hicimos más de una. Tampoco es una condición que si ya instalamos una, no hacemos más. A medida que conseguimos un lugar, o que alguien nos pide la donación de una biblioteca, nos ponemos a trabajar para conseguir los libros que hagan falta. Y si nadie nos pide, nosotros buscamos y la ofrecemos por cuenta propia.

—¿Así funciona la elección de cada lugar?

—Tal cual. pero siempre buscamos sitios especiales. Por ejemplo, hemos mandado a la Base Esperanza, en la Antártida; a una escuela en el medio de la provincia de Chubut o al Parque Nacional Talampaya, en La Rioja. A veces nos han llamado porque se enteraron del proyecto, ahí evaluamos si nos parece correcto y las enviamos.

—¿Las donaciones son sólo a instituciones?

—Sí. No son a personas en particular. La idea es que la biblioteca trascienda a las personas. Por ejemplo, la que fue a Base Esperanza en realidad no era para una nueva, sino que ellos ya tenían una, aunque pequeña. Nosotros les mandamos bastante material y así la duplicamos.

Biblioteca Ruca Chilca, de Paso del Sapo, en Chubut.

“No solamente enviamos libros en papel, sino electrónicos, PDFs y audiolibros, porque ahora hay distintas maneras de leer y diferentes circunstancias, como gente con algún tipo de disminución visual, para quienes los audiolibros son una buena alternativa”.

—Hay una idea, no generalizada, de que la gente acude menos a las bibliotecas. ¿Cuál es tu visión sobre el tema?

—Entiendo el punto y, probablemente, algo de eso sea real. De todas maneras, soy un convencido de que el libro no se va a morir, más allá que a futuro haya distintas maneras de leer. A nosotros, como grupo, nos gusta el papel. Y lo cierto es que la gente sigue leyendo, más allá de que antes quizás era un poco más difícil acceder a la información y la biblioteca era el único lugar para acudir. 

Biblioteca Montaña de Libros, de El Chaltén, Santa Cruz.

“Y como nosotros tomamos esto como una cuestión de agradecimiento a la gente que se encuentra presente en ciertos lugares, a veces difíciles de estar o de trabajar por el clima y por la lejanía, seguimos creyendo en que debería volverse a leer como antes”.

—Esto también responde a por qué no crean bibliotecas en grandes ciudades…

—Sí, porque la verdad es que implicaría gestionar un volumen de ejemplares muy importante. Uno no puede hacerla con 1.000 libros para una ciudad, pero 1.000 ejemplares para un grupo de 5, 10 o 50 personas es un montón. Por otro lado, la idea es sembrar (sic) la biblioteca. Es decir, no hacemos una gigante, ya que la idea es poner el granito y que después cada institución la haga crecer”.

La primera en la ciudad, con Malvinas en el horizonte

—Algo diferente pretenden hacer con Sembrando Bibliotecas en Bahía Blanca…

—Sí, la mayoría somos de acá. Y surgió la idea de hacer algo diferente a partir de una biblioteca temática y para eso elegimos la sede del Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas, que se está construyendo en La Falda y Cuyo (NdR: uno de los responsables de la dirección de la obra es, justamente, Diego Promenzio). Aunque todavía no se terminó, esperamos tener suficiente material para cuando se inaugure.

Arq. Diego Promenzio.

“La idea es conseguir libros que tengan que ver con las islas, no solamente con la guerra de 1982, ya que el lugar excede el conflicto militar y también se las puede estudiar de otras maneras en cuanto a la naturaleza, la fauna, la historia, los recursos económicos y demás”.

—¿Ya tienen algo de material?

—Sí, de a poco vamos reuniendo, aunque nos cuesta porque es una temática un poco acotada. Los VGM también están juntando. Esperamos contar con la mayor cantidad posible para cuando se inaugure y por eso siempre tenemos los contactos abiertos para recepcionar material, ya que estará en el mejor lugar posible.

La bandera que se adjunta a los envíos.

El equipo de trabajo de Sembrando Bibliotecas está integrado por el Arq. Diego Promenzio, quien es el director. El Lic. Juan Sassi es el secretario, en tanto que el Ing. Ind. Juan Abrego es el tesorero.

En los demás cargos están el Cr. Ricardo Lorenzo, protesorero; la Abog. Mariana Gueguén y el Abog. Franco Martín, vocalía en Asuntos Legales; el Arq. Sergio Promenzio, vocalía de Logística; el Ing. Civil Fernando Promenzio, vocalía de prensa y el diseñador Luis Fernando Sierra Gullini, vocalía de gráfica.

El correo electrónico de la agrupación es [email protected], en tanto que contacto telefónico se puede hacer al 291 4135968.

En Facebook están es en proyectosembrandobibliotecas

Hasta el momento, los destinos de las bibliotecas son los siguientes:

—Primera: Se llama Península Haush. Fue entregada a la Armada Argentina para ser trasladada y fundada el 8 de diciembre de 2023 en el Apostadero Naval Luis Piedra Buena, en Puerto Parry, Isla de los Estados, provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Es, acaso, la biblioteca más austral del país (descontando la Antártida).

—Segunda: Biblioteca Punta Norte. Fue enviada a fines de 2023 para ser instalada en el puesto de guardafaunas del Área Natural Protegida Punta Norte, en la Península Valdés, provincia de Chubut.

—Tercera: Ngpun Currha. Se fundó en el Paraje Mamuel Choique, en la provincia de Río Negro, en enero de 2024.

—Cuarta: es una ampliación de la Biblioteca Soledad, ya existente en la Base Esperanza de la Antártida Argentina. Se enviaron varias cajas con casi 400 libros (papel), más un pen drive conteniendo 250 audiolibros y más de 550 libros electrónicos.

—Quinta: Ruca Chilca. En realidad, es una donación de libros para ampliar la biblioteca ya existente ubicada en la Escuela N° 134 Marcelo Eliseo Duflós, de la localidad chubutense de Paso del Sapo, a fines de julio de 2024.

—Sexta: Montaña de Libros. Fue fundada en la Escuela Primaria Provincial N° 59 Los Notros, en la ciudad de El Chaltén, en la provincia de Santa Cruz.

—Séptima: Tristán Narváez. Se creó a principios de octubre de 2024 y se ubicó en las instalaciones del Parque Nacional Talampaya, La Rioja.

—Octava: Biblioteca La Vicuñita. Se encuentra en un pueblo jujeño llamado Llulluchayoc.

—Novena: José Mariano Gómez. Se instaló en Yavi, en la provincia de Jujuy.

—Décima: La Guerra del Chaco. Se instalará en Los Toldos, en la provincia de Salta.