Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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La Nueva: 127 años siendo testigo de la historia y voz insustituible en la ciudad

Su primera edición vio la luz el lunes 1 de agosto de 1898. Es la única publicación local que ha puesto sus pies y sus letras en tres siglos distintos.
 

Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

La celebración de los 127 años de trayectoria de La Nueva es motivo de orgullo, un medio que no solo ha consolidado el periodismo en la ciudad con su estilo, seriedad y continuidad, sino que también ostenta la distinción de ser la única publicación local que ha puesto sus pies y sus letras en tres siglos distintos. Su primera edición, bajo el nombre de La Nueva Provincia, vio la luz un lunes, el 1 de agosto de 1898.

Desde entonces, cada ejemplar, incluido el de hoy (número 42.014), es un documento de valor incalculable para Bahía Blanca, considerado el "primer borrador de la historia", escrito por el periodista, "un historiador del instante".

La relevancia de La Nueva como fuente esencial de información se manifiesta en cada una de sus páginas, que sirven como testimonio y consulta para investigadores, historiadores, vecinos, amantes de la lectura y buceadores de datos. 

No se limita a reflejar los grandes acontecimientos, sino que también narra historias mínimas de la vida cotidiana, desde un estreno de cine hasta el desborde de un arroyo o la inauguración de un barrio.

La Nueva ratifica día a día su compromiso con la independencia periodística, el pluralismo, la democracia, el federalismo y los valores republicanos y constitucionales, buscando certificar buenas prácticas que protejan la confianza de los lectores a través de la exactitud, imparcialidad e independencia editorial. 

En situaciones extremas, como el temporal de diciembre de 2023 que dejó 13 fallecidos, o la devastadora inundación de marzo de 2025 que causó 18 muertes, la necesidad de información se evidenció como tan urgente como el cuidado de la salud o la alimentación, demostrando que el periodismo es un insumo para la supervivencia y la promoción de la resiliencia.

El periodismo profesional, especialmente en estos tiempos, nunca fue tan relevante para los ciudadanos.

Es, como se suele decir, "el libro de actas de la sociedad".

Sin embargo, La Nueva, como todos los medios del mundo, atraviesa una profunda y ardua transformación impuesta por el denominado "tsunami digital". 

Esta situación, que comenzó como una brisa de cambios tecnológicos hace 30 años, se aceleró a una velocidad impensada con los dispositivos móviles.

El periodismo actual enfrenta el desafío de adaptarse a un ecosistema donde influencers, pódcasts y videos cortos dominan el consumo informativo, especialmente entre los jóvenes. 

Precisamente, la transformación digital se ha convertido en una necesidad estratégica para la supervivencia, llevando a cambios significativos en la forma en que se consumen, producen y distribuyen las noticias. Y lo más grave: no todas son ciertas o bien carecen de fundamentación.

Entre los principales desafíos que se encuentran los medios profesionales figura la lucha contra las noticias falsas (fake news) y la desinformación, un riesgo global exacerbado por el avance de la Inteligencia Artificial (IA), que genera desconfianza y afecta la libertad de expresión y hasta los Derechos Humanos. 

El Informe de Riesgos Globales 2024 del Foro Económico Mundial señaló a la desinformación por IA como el principal riesgo percibido por expertos mundiales. Mientras algunas grandes cabeceras globales prosperan con modelos de suscripción, el periodismo clásico enfrenta una mayor incertidumbre financiera.

La era digital ha traído consigo una sobrecarga de estímulos y un vértigo constante, donde las redes sociales se imponen y los jóvenes, junto a gran parte del público, prefieren espectáculos, películas, series o videos en lugar de la prensa estructurada. 

En Argentina, aunque organizaciones como Adepa abordan el tema de la desinformación, el gobierno nacional propicia la descalificación a medios y periodistas, generando condiciones óptimas para la circulación de informaciones falsas.

Presente y futuro

Aunque los medios tradicionales no desaparecerán, sí deberán transformarse para mantener su relevancia en la sociedad.

La Nueva ha respondido a estos cambios, invirtiendo en recursos para atender las necesidades de sus lectores tradicionales y digitales, adaptándose a los diferentes formatos como la computadora de escritorio, el teléfono o la tableta. También lanzó iniciativas como La Nueva Play, un espacio multiplataforma para contenido digital que puede ser visto como televisión, oído como radio o usado como complemento web. 

Este proceso de adaptación tecnológica ha sido constante en sus 127 años, desde la impresión en off-set y la incorporación del color, hasta el lanzamiento pionero de su página web en 1996. 

A pesar de los avances tecnológicos y las nuevas oportunidades que ofrece la IA (como la automatización de la recolección y organización de datos o la adaptación de formatos de texto a audio o diferentes idiomas), la labor del periodista sigue siendo insustituible. La cobertura directa de lo que aún no ha ocurrido es algo que la IA no puede ofrecer. 

El reportero es una persona, un vecino, alguien en quien se puede confiar, alguien que ha estado presente allí, en el lugar de los hechos. Y ese valor humano sigue siendo enorme. 

Los periodistas, impulsados por la vocación de servicio, superan incluso su propia condición de afectados en emergencias para brindar información vital a la sociedad. 

Por ello, La Nueva renueva su compromiso con el periodismo de calidad y con la verdad, manteniéndose en constante transformación para escuchar a sus audiencias y contribuir a los valores democráticos. 

Honrar ese compromiso con sus lectores es un desafío constante, manteniendo la voz de la ciudad en las mesas de discusiones, incluso más allá de sus fronteras.

La confianza es un activo diferencial en tiempos de desinformación, y los medios de comunicación deben potenciar su rol como referentes de confianza.

Ese es el camino que sigue La Nueva...