Los voluntarios: la fuerza violeta que sostuvo la fiesta panamericana
Detrás de cada detalle estuvieron estos jóvenes y adultos que, con su esfuerzo silencioso, hicieron posible los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025.
Periodista y técnica en Comunicación Digital. Desde 2022, integra el equipo de redacción de La Nueva., donde cubre eventos sociales y políticos a nivel local, regional y nacional para la edición impresa y digital.
En cada pasillo, en las tribunas, en la zona mixta e incluso en el transporte, un mismo color dominó el ambiente: el violeta de los voluntarios.
No figuran en las estadísticas ni suben al podio, pero sin su esfuerzo silencioso los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025 —como tantos otros grandes eventos deportivos internacionales— serían imposibles de llevar adelante.
La mayoría son estudiantes universitarios que ven en esta experiencia una oportunidad para practicar idiomas, sumar horas de campeo en organización de eventos o, simplemente, vivir de cerca una fiesta deportiva que pocas veces se repite. "Llego muy cansada, pero acá estoy", contó entre risas Florencia, de 21 años.
Otros voluntarios son adultos que pidieron vacaciones o redujeron sus jornadas laborales convencidos de que valía la pena participar. También hay jubilados que, con la misma ilusión que los jóvenes, sienten orgullo de aportar su granito de arena para que Paraguay se muestre al continente con su mejor cara.
Las tareas que asumieron fueron múltiples y variadas: guiar delegaciones, asistir a periodistas, entregar acreditaciones, traducir en diferentes idiomas, orientar al público o resolver imprevistos en tiempo récord. Su aporte, muchas veces invisible, resultó esencial para que la maquinaria logística no se detenga.
El desafío no es sencillo. Deben afrontar turnos extensos, presión constante y, en ocasiones, capacitaciones breves que los obligan a aprender sobre la marcha. En la zona mixta (el espacio donde los periodistas dialogan con los protagonistas después de cada encuentro), por ejemplo, algunos no sabían cómo priorizar entrevistas, lo que generó tensiones entre equipos de prensa.
Sin embargo, la voluntad y la pasión suelen compensar esas falencias. "Al principio sentí que todo era un lío, después me fui acomodando", dijo a La Nueva. Marlen, de 19 años.
Más allá de esas anécdotas, que se repiten, lo que más valoran los voluntarios es la posibilidad de convivir con atletas internacionales, disfrutar del compañerismo y sentirse parte de un acontecimiento histórico.
También suelen tener otras "contraprestaciones", como la indumentaria, el acceso a la comida de todos los días que trabajen, el transporte y obsequios que van recibiendo día a día a manera de motivación para lo que viene.
En muchos eventos deportivos, son descritos como el "alma invisible" que permite que todo funcione. Así ocurrió en Juegos Olímpicos, Mundiales de fútbol o Copas América, y Asunción 2025 no fue la excepción. Su labor refleja valores que trascienden las medallas: solidaridad, entrega desinteresada y hospitalidad.
Cuando se apaguen las luces de la Ceremonia de Clausura y el público recuerde las hazañas deportivas, quedará también la certeza de que, detrás de cada récord y de cada celebración, hubo miles de manos anónimas que sostuvieron la fiesta.