Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

Bahía Blanca se proyecta como hub exportador de líquidos del gas

Iniciativas de Mega, TGS y Pluspetrol potenciarían el rol de la ciudad como centro clave para despachar propano, butano y gasolina, a partir del gas de Vaca Muerta.

Sin grandes titulares, de manera casi imperceptible para el grueso de la población, Bahía Blanca se posiciona como el nuevo eje logístico argentino para la exportación de líquidos del gas natural (NGLs, como se los conoce también según su sigla en inglés).

Gracias al crecimiento de la producción de Vaca Muerta y al desarrollo de una infraestructura industrial integrada, el puerto y estuario local apuntan a transformarse en un hub exportador con impacto regional e internacional.

La elección de Bahía Blanca no es casual. Desde hace décadas, la ciudad se ha consolidado como un polo energético e industrial de primer nivel, con infraestructura portuaria de aguas profundas y capacidad para recibir buques de gran calado.

Su ubicación estratégica en el sur bonaerense la convierte en el punto natural de salida de la producción hidrocarburífera neuquina hacia los mercados globales. 

Además, cuenta con una red ferroviaria y vial que facilita la conexión con las cuencas productoras y con la industria petroquímica local, asentada desde hace más de medio siglo.

En la actualidad hay varios proyectos en danza, y la mayoría de ellos podrían comenzar a definirse a partir de noviembre próximo.

Proyecto en marcha

Compañía Mega, integrada por YPF, Petrobras y Dow, lleva adelante un ambicioso proyecto en Bahía Blanca: el Nuevo Tren de Fraccionamiento (NTF), con una inversión estimada en 400 millones de dólares. 

La obra, que estará operativa a principios de 2026, permitirá elevar la capacidad de procesamiento en un 50 por ciento, pasando de unas 4.700 toneladas diarias a más de 7.000, lo que equivale a unos 2 millones de toneladas anuales de líquidos como propano, butano y gasolina natural. 

Actualmente, cerca de la mitad de esa producción se destina a exportaciones, pero con la ampliación ese porcentaje podría crecer de manera significativa.

La incorporación de nuevas columnas debutanizadoras y deetanizadoras, junto con sistemas de bombeo y almacenamiento de última generación, consolidará a Mega como uno de los actores más relevantes del sector en Sudamérica e incluso podría ir por más.

TGS y el poliducto

Por su parte, Transportadora de Gas del Sur (TGS) tiene en sus planes un proyecto estratégico que contempla la construcción de un poliducto de 600 kilómetros para conectar su planta de procesamiento en Tratayén con el puerto bahiense. 

El objetivo es trasladar líquidos desde Neuquén hacia la costa atlántica para su exportación.

Además, la compañía analiza ampliar su capacidad de tratamiento en origen y desarrollar una planta de fraccionamiento en Bahía Blanca, con potencial para recuperar hasta 2,8 millones de toneladas de líquidos por año. 

Esta obra se complementaría con el desarrollo de una terminal para gas natural licuado en Puerto Galván, que permitiría despachar entre 4 y 5 millones de toneladas anuales en trenes de licuefacción, sumando una nueva dimensión a la estrategia exportadora.

Pluspetrol y el ambicioso Vaca Muerta Liquids

En paralelo, Pluspetrol impulsa el megaproyecto Vaca Muerta Liquids, que prevé comenzar obras en 2026 y alcanzar su plena operación en 2029. 

Con una inversión superior a los 2.000 millones de dólares, incluye una planta procesadora en Neuquén, un poliducto de 600 kilómetros y una terminal de fraccionamiento en la costa atlántica, que bien podría ser el mismo de TGS, pero utilizado por ambas compañías.

Aunque aún no se definió el lugar exacto, la opción más probable es que utilice el corredor logístico de TGS para desembocar en Bahía Blanca o bien en algún otro punto del estuario.

Con este esquema, la empresa proyecta exportaciones por hasta 5.000 millones de dólares anuales, posicionando a la Argentina como uno de los mayores proveedores mundiales de líquidos con alto valor agregado.

El impacto económico de estas iniciativas será profundo. Además de incrementar de manera sustancial las exportaciones, generarán miles de puestos de trabajo directos e indirectos en la región, desde la construcción de poliductos y plantas hasta la operación portuaria y los servicios vinculados. La cadena logística, que incluye a transportistas, contratistas y proveedores locales, se verá fortalecida, potenciando el desarrollo de Bahía  y su área de influencia.

La infraestructura portuaria de Bahía Blanca ya muestra avances que la colocan a la altura de estas ambiciones. 

La terminal petrolera de Puerto Rosales, la llegada de buques de gran calado como los Suezmax y las mejoras en los muelles multipropósito confirman la capacidad del estuario para absorber el crecimiento. 

También se registran obras de ampliación ferroviaria y vial, fundamentales para sostener el volumen adicional que generarán Mega, TGS y Pluspetrol. Se prevé además la instalación de nuevas unidades de almacenamiento y sistemas de seguridad para operaciones a gran escala.

Aspectos claves

El financiamiento de largo plazo, las aprobaciones ambientales y la implementación de marcos regulatorios como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones resultan indispensables para asegurar la viabilidad de estos planes. 

También será necesario garantizar infraestructura de almacenamiento, bombeo y seguridad, junto con una logística aduanera ágil que permita atender buques de gran porte con destino a Asia, Europa y América del Norte.

Si se cumplen los cronogramas, Mega podría estar duplicando exportaciones en 2026, mientras que el proyecto de Pluspetrol alcanzaría su madurez hacia 2029 y el de TGS también estaría en ese rango.

De concretarse, Bahía Blanca seguirá desempeñando un papel central en la estrategia energética nacional, pero a otra escala, transformando los enormes recursos de Vaca Muerta en productos de alto valor con fuerte demanda global.

De esta manera, el puerto y estuario bahiense no solo se consolidan como un centro logístico clave, sino que emergen como el símbolo de una Argentina capaz de multiplicar sus exportaciones energéticas y competir en el exigente escenario internacional. Bahía Blanca, con su infraestructura y ubicación estratégica, está en condiciones de convertirse en el hub exportador de NGLs más importante del Cono Sur.