Bahía Blanca | Martes, 12 de agosto

Bahía Blanca | Martes, 12 de agosto

Bahía Blanca | Martes, 12 de agosto

"Un mapa para lo frágil": inauguran una muestra en CABA con obras de bahienses y dorreguenses

Luego de los recientes acontecimientos climáticos en la región, las piezas se acercan al paisaje no como fondo, sino como interlocutor: lo escuchan, lo atraviesan, lo traducen. Se podrá visitar hasta el 5 de octubre.

Este jueves quedará inaugurada la exhibición "Un mapa para lo frágil", con obras de la bahiense Julieta Cantarelli, y las dorreguenses Romina Tejerina y Graciela San Román, junto con la porteña Ana Laura Amante, curadas por Ana Larrere, también nacida en nuestra ciudad.

Conformada por once trabajos en diversos soportes —instalaciones site-specific, frottages, piezas textiles, esculturas cerámicas, obra sonora, pintura y obra sobre papel—, la muestra propone una reflexión sobre los modos de habitar, cuidar y percibir los territorios.

En diálogo con los recientes acontecimientos climáticos en la región, las piezas se acercan al paisaje no como fondo, sino como interlocutor: lo escuchan, lo atraviesan, lo traducen.

La curaduría plantea una cartografía que se deja atravesar por afectos, memorias, materias y silencios. A través de una disposición que articula lo interior y lo exterior del espacio expositivo, Un mapa para lo frágil invita a pensar el territorio desde la fragilidad como potencia de relación y transformación.

La exposición se podrá visitar hasta el próximo 5 de octubre, en el cuarto piso de la Casa Nacional del Bicentenario (Riombamba 985, CABA), de miércoles a domingos de 15 a 20, con entrada libre y gratuita.

Sobre la muestra

"¿Qué sucede cuando el mapa deja de ser un instrumento de control y se vuelve una forma de atención? ¿Qué tipo de cartografía emerge si en lugar de marcar caminos buscamos registrar aquello que tiembla, se transforma, se pierde?

"Un mapa para lo frágil propone un recorrido donde las obras no ilustran el paisaje: lo escuchan, lo habitan, lo traducen. Gestadas en el sudoeste bonaerense —entre Sauce Grande, Coronel Dorrego Bahía Blanca y su estuario—, estas piezas nacen de un vínculo directo con los territorios que las alojan. No hay distancia: hay implicación. No se parte de una mirada sobre, sino de una experiencia con.

"Inspirada en el pensamiento de Vinciane Despret, esta muestra entiende el territorio como una red de relaciones activas entre cuerpos, memorias, materiales y gestos. Aquí, habitar no es ocupar un lugar sino comprometerse con él: atender sus ritmos, responder a sus señales, involucrarse en sus procesos. Las artistas trabajan desde allí. Con barro, con viento, con hollín, con gasa, con sonidos, con rastros que no buscan fijarse, sino dejarse afectar.

"La fragilidad, en este contexto, no se presenta como debilidad sino como una forma de vínculo: permite percibir lo que está en riesgo y actuar desde la cercanía. Las obras no representan catástrofes; las bordean, las presienten, las acompañan. Frente al incendio, la crecida del agua, la migración de las aves o la tala de un árbol, lo que aparece es una forma de conocimiento situada, una práctica de cuidado, una memoria que insiste.

"El mapa que se traza aquí es inestable. Cambia con cada mirada, con cada paso. Se construye a partir de bordes que no separan, sino que conectan.

"Un mapa para lo frágil no propone certezas, no es una síntesis ni una guía. Es una trama en movimiento, hecha de materiales, memorias, gestos y silencios. Se despliega como una invitación a detenerse, a registrar lo mínimo, a pensar el paisaje no como telón de fondo, sino como interlocutor".

Es un mapa que no delimita, sino que se deja atravesar. Que no organiza el territorio, sino que lo escucha. Como la escritura, no busca trazar límites, ni capturar lo real. Es un modo de perderse. Una forma de imaginar por dónde ir. Un ejercicio de atención. Un ensayo sobre otras formas de habitar.