La primera (y olvidada) velada del teatro Municipal
Pese a ser un espectáculo de jerarquía y con artistas locales, se lo consideró inadecuado para ser tomado como acto oficial de inauguración del lugar,
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 112 años, en julio de 1913, se realizó la primera velada de su historia en el flamante teatro Municipal, la cual quedó olvidada cuando su señaló que no estaba a la altura de ser considerada como “inauguración oficial” del lugar.
Si bien faltaban detalles menores, luego de dos años de trabajos el teatro estaba en condiciones de ser utilizado. Fue entonces que el Tiro Federal lo solicitó a la municipalidad la sala para realizar una entrega de premios. Atento que el acto sería un 9 de Julio y daría el primer uso de la sala, la entidad decidió organizar una gran Velada Patriótica, en cuyo intermedio haría esa premiación.
Preparó, junto con el Conservatorio Williams, un amplio programa musical, recurriendo a músicos y artistas locales.
La presentación comenzó a las 20.30 con el Himno Nacional a cargo de un coro de cien voces del conservatorio. Luego abrió el espectáculo la señorita Celia Barone, interpretando Segresto, Caro mío Bene y Mignon y el violinista Virgilio Panisse, acompañado por el pianista Luis Bilotti, presentando Humoresque, Minuett y Variaciones.
La segunda parte sumó a María Esther Geddes, Julio Oscar Pinto y Víctor Lottero, con obras de Chopin, Massenet y Meyerbeer, para luego actuar Margarita Tellarini y Pía Esandi, con temas de Eagner, Rossini y Cattalani.
Sobre el cierre regresó el coro para interpretar la canción Marcial y A mi Bandera.
Ante una sala colmada, una ovación cerró aquel primer uso de la sala, rebosante de música clásica, con todos artistas locales.
A pesar de eso, hubo quienes consideraron que la propuesta no estaba a la altura de las circunstancias y la municipalidad organizó una “inauguración oficial” el 9 de agosto de ese mismo año, con la presentación de la compañía Marranti, que interpretó la ópera Aída, en una actuación que la crítica calificó de pobre.