Bahía Blanca | Sabado, 19 de julio

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“En Comercial soy el pibe de los mandados, cuando no llevo nada para el mate me cargan toda la semana”

Leandro Martorano “sufre” las consecuencias de trabajar en una distribuidora de golosinas y, sin buscarlo ni quererlo, es el responsable de que en el vestuario verdiamarillo no falte nada dulce a la hora de calentar el agua, armar la ronda y preparar los termos. “También soy el encargado de llevar la yerba”, avisa el talentoso volante bahiense de 30 años y con amplio recorrido en el fútbol liguista.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva. y Facebook Lea Martorano

Instagram: @sergiopeysse

Twitter: @elpeche1973

(Nota ampliada de la edición impresa)

Y de golpe, el vestuario de Comercial se convirtió en un kiosco.

“Ja, ja, ¿vas a empezar por ahí la nota? No seas malo, el hecho de trabajar en una distribuidora de golosinas implica que todos los días tenga que cumplir con algo dulce para el mate después de cada entrenamiento”.

Aunque Leandro Esteban Martorano, el 10 del conjunto portuario, me lo haya pedido por favor, no podía dejar de preguntarle por el cambio de apodo que viene siendo viral en el plantel verdiamarillo desde los primeros meses de este 2025 y que algunos de sus “chismosos” compañeros me hicieron saber apenas me vieron en la previa del choque frente a Rosario, el domingo que pasó.

--¿Sos el pibe “Fantoche”?

--No, en Comercial soy el pibe de los mandados, el encargado de abastecer con yerba a mis compañeros, que mañana, tarde y noche me viven “mangueando” caramelos, chicles, chocolates o lo que sea como si yo fuera el dueño de la distribuidora (Peyssé SRL, Castelli 349), que como bien vos lo sabés es de tu tío (Juan Carlos). Yo cumplo tareas en el depósito, preparo órdenes y pedidos, pero si saco mercadería la tengo que pagar.

--Eso es lo que no deben saber algunos de tus “compas”.

--Sí, saben todo. En el grupo, las multas se pagan con yerba, así que todos los lunes, a comienzo de semana, me aparezco con un bolsón de 20 paquetes porque es seguro que alguno quede en falta (casi siempre por no llegar a horario a la práctica). La mayoría me transfiere a mi cuenta y otros me abonan por Mercado Pago.

--A full la pyme.

--Ja, ja... Sí. Los más dulceros, los “gorditos” del equipo, piden alfajores todo el tiempo. ¿Quiénes son? Nazareno Romero, Luca Orozco, Roque Armario, Juanse Sáez y Mateo Silenzi, los que se juntan alrededor del mate para comer algo dulce después de entrenar. El encargado de cebar y de respetar la ronda es Orozco. Y hacele caso, porque si se enoja...

--Arde Troya.

--Es que ya está ardiendo con toda la data que te dieron.

--Es más, me “soplaron” que hay días que el vestuario se llena de cajas de golosinas: ¿pedidos o regalos?

--(Más risas). ¡Son tremendos! Algunos no tienen nada que hacer y se fijan en lo que hace el otro; hay un dicho para definir a esa persona, ya sabés, pero lo vamos a dejar ahí... Cuando llevo galletitas o algo de la Distribuidora no es para vender, pero me cargan porque a veces aparezco con rifas de mi hermanita, que juega al vóley en Olimpo. Les pido una colaboración y se enojan, y como los trato de “ratas”, se toman represalias ventilando convivencias del vestuario, porque no es la primera vez que escucho “El Pofe siempre te vende algo”... (risas).

--A propósito, ¿por qué “Pofe”?

--Me lo pusieron a los 7 años, en la Escuelita de La Armonía, que fue donde me inicié. No me salía la palabra “Profe”, entonces le decía “Pofe” al técnico que teníamos en ese momento (Juan Quilincheo) y eso motivó a los que se reían a mi alrededor para que me empiecen a llamar así. El apodo pasó del club al barrio (Mara, a dos cuadras del estadio velezano), y se multiplicó entre familiares, amigos y vecinos. El que no me conoce por “Pofe” me dice “Lea”. Ahora hablo bien, la “r” es parte de mi vocabulario...(risas).

A los 12 años, desde “Larmo” se fue a las Infantiles de Olimpo, se proyectó en las menores de AFA y debutó en la elite del fútbol argentino el 5 de diciembre 2015, 0-4 ante Estudiante LP, en cancha de Arsenal por la Liguilla Pre Sudamericana. Ese, en definitiva, fue su único compromiso a nivel profesional.

Después, siempre en el ámbito local, siguió por Rosario, Comercial, Tiro, Huracán, Libertad y otra vez el verdiamarillo que agiganta su figura en la entrada a Ingeniero White. En total (en el olimpiense se cuentan los partidos de Reserva de AFA) son 319 presencias, 50 goles y 8 expulsiones.

Hoy, a los 30 años, este volante creativo nacido en nuestra ciudad cree que el “tren” ya pasó, que es tarde para intentar dar el salto de calidad a una categoría superior.

--¿Por qué no te consolidaste en un Federal A, por ejemplo?

--Las oportunidades las tuve, pero nunca me animé a irme de Bahía, siempre prioricé mi bienestar y el de mi familia. Y al ir creciendo el trabajo paralelo al fútbol me fue sacando ganas y motivación como para insistir con vivir de este deporte. En otros momentos considero que no tomé las mejores decisiones o no valoricé que algunos clubes se fijen en mi. Hoy recuerdo que Cipolletti y Ferro de General Pico me hicieron propuestas concretas y no avancé. Pasó el tiempo y ya no me genera remordimientos, aunque en ese entonces me arrepentí.

“En 2015, cuando estaba en Olimpo, surgió la chance de ir a Independiente, pero Walter Perazzo (DT de la Primera del aurinegro en AFA) me pidió que me quede porque me iba a tener en cuenta e iba a sumar minutos. Después no se dio, pero ese es otro tema”.

“Hoy pienso en el futuro de mi propia familia junto a mi pareja (Carolina Fariña). Compramos un terreno en Güemes al 3000 y pensamos construir, por eso no priorizo jugar en otra divisional o irme fuera del país. Voy a seguir en la Liga, a donde me siento cómodo y donde siempre tengo la posibilidad de jugar.

--¿Querés ser papá?

--No está en los planes ni lo estamos buscando, pero con Caro sabemos que sería maravilloso y dos por tres lo charlamos. Por el momento estamos enfocados en tener nuestra casita y seguimos disfrutando de viajar en vacaciones, algo que nos apasiona desde que estamos juntos.

--¿Por qué a Comercial volviste y a otros clubes no?

--En el Puerto siempre me trataron bárbaro, la paso muy bien, hice amigos y hay un grupo fantástico. Con Naza, Luca, Roque, a los que maté (risas), decidimos volver y “Cacho” (Gustavo Silenzi, el DT) nos aceptó, así que imaginate como la pasamos.

--¿Siempre tuviste tendencia a engordar?

--Sí, cuando dejo de entrenar aumento de peso como si nada. Me gusta comer asados, me cuesta cuidarme y dejar las harinas, pero trato de mantenerme en forma aún sabiendo que en mi caso no es nada sencillo. Esa es otra de las cuestiones que me imposibilitaron escalar categorías en el fútbol.

--La última: ¿qué puede suceder este domingo, Comercial va con el 1: La Armonía?

--Es un equipo que nos respeta bastante y, pese a que tuvo un bajón en la última parte de la etapa clasificatoria, no deja de ser el gran candidato. Tiene un poderío espectacular, aunque nosotros contamos con buenas armas como para ir a darle batalla, como lo hicimos en el último partido (0-0) en cancha de ellos.