Bahía Blanca | Viernes, 18 de julio

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Puentes sobre el canal Maldonado: ¿qué se hizo y qué falta?

El municipio habilitó el segundo paso sobre calle Zelarrayán, pero únicamente para uso peatonal. Se comenzará la demolición de los irreparables.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

La municipalidad completó la reparación del segundo puente de calle Zelarrayán, sobre el canal Maldonado, aunque el mismo resignó su condición de paso vehicular y ahora sólo tendrá uso peatonal. 

De esta manera se finalizó la recuperación de los puentes vehiculares dañados por la inundación del pasado 7 de marzo que resultaban factibles de reparar.

“Los que todavía se encuentran cerrados al tránsito son irrecuperables, por lo cual se procederá a su demolición para dar lugar a nuevas construcciones”, confirmó a este medio el secretario de Obras Públicas, Gustavo Trankels.

El funcionario anticipó que la primera obra a realizar será la del puente de calle Don Bosco y el puente ferroviario ubicado a pocos metros, el cual fue reacondicionado por FerroExpreso Pampeano, concesionario de las vías, manteniendo un diseño de arcos considerado inadecuado, ya que en caso de una crecida del arroyo se convierte en un obstáculo. 

Lo mismo ocurre, en menor medida, con el cruce ferroviario ubicado a la altura de calle Catamarca, la vía a Neuquén, una estructura de hierro sostenida por dos pilares de ladrillos apoyados sobre el fondo del canal, lo cual también dificulta el escurrimiento del agua cuando aumenta su caudal.

Todo a cambiar

La decisión del municipio de poner en operatividad los 15 puentes vehiculares sobre el Maldonado responde a la necesidad de recuperar la movilidad vial afectada por la crecida del 7 de marzo último.

De hecho hay puentes que desde la inundación funcionan con doble mano, con una precaria separación de carriles indicada con bastones y la particularidad de tener el sentido de circulación por la izquierda (como los casos de Zelarrayán y Alvarado).

Calle Zelarayán, de vehicular a peatonal.

Si bien en principio hubo un compás de espera relacionado con el posible rediseño del canal, intervención confirmada la semana última, la realidad es que el tiempo que llevará concretar esa obra –entre dos y tres años— invalida esa postergación y obligará a, una vez materializado el nuevo canal, a construir nuevos puentes para salvar un canal que será ensanchado pero cuyo proyecto está en preparación, es decir que se carece de la documentación necesaria que permita construirlos de modo que puedan adaptarse a esa futura modificación.

El panorama

A tres meses del fenómeno meteorológico que hizo colapsar los desagües de la ciudad, el panorama a lo largo de los 6 mil metros del derivador sigue siendo desolador. 

En particular desde calle Don Bosco hacia el lado de la desembocadura del arroyo. Por un lado, por el daño sufrido por el revestimiento de hormigón, que ha dejado al canal completamente expuesto ante una eventual crecida.

Incluso se pueden detectar varias pilas de escombros en las calles anexas producto de la demolición de las placas rescatadas, a la espera de ser transportadas a algún sitio donde puedan tener algún uso.

Por otro lado, hay además todavía daños en las calles adyacentes al canal, muchos de cuyos tramos siguen intransitables por el arrastre de material que provocó grandes socavones.   

Un renglón adicional para los puentes fuera de servicio, por caso los de calles Don Bosco, Pampa Central, Catamarca y Sixto Laspiur. Si bien su estado impide el paso de automóviles, sí lo hacen motociclistas, ciclistas y peatones, que han generado sus propios caminos entre los tambores, cintas o pilones de tierra, en una situación que tiene su costado de riesgo.

Las motos encuentran su camino en el puente cerrado

En el caso de calle Catamarca, los vecinos han colocado un precaria escalera de madera para salvar la altura existente entre la calle y el tablero, lo cual da una idea de cómo se van generando alternativas para permitir un cruce que es necesario para el normal desarrollo de las actividades.

Una improvisada escalera permite salvar el desnivel

Por último, quedan en carpeta el arreglo de uno de los puentes del parque de Mayo, recostado sobre el partidor, así como la reposición de los pasos peatonales sobre el Napostá.

Los primeros puentes

Antes de construirse el canal Maldonado –obra realizada entre 1948 y 1951— el Maldonado era un arroyo tan modesto que no era necesario puente alguno para cruzarlo. Salvo cuando llovía, que recibía agua de los campos vecinos y algo del propio cauce, cerrado en el parque de Mayo, se convertía en un obstáculo. 

Sin embargo hubo dos lugares que por necesidad exigieron la construcción de los primeros puentes. Uno fue a la altura de calle Vieytes, por ser parte “del camino adoquinado a los mataderos municipales”. En 1926 se ubicó “sobre el antiguo lecho” un puente de hormigón.

Puente sobre calle Don Bosco, 1949

El segundo fue habilitado en enero de 1932 en calle Don Bosco, cuando todavía se llamaba Río Colorado, punto de “intenso tráfico” ya que era parte del camino que conducía a General Cerri, localidad todavía llamada Cuatreros.

El acto inaugural de esa obra dio lugar a una verdadera fiesta, con la presencia del intendente municipal, autoridades provinciales, funcionarios y vecinos.

“La duración de los gobiernos es pequeña comparado con la duración eterna de estas obras que quedan para inmortalizarlos”, dijo Justo Jonás, jefe comunal. El puente resistió menos de un año: la inundación de abril de 1933 lo arrasó. 

Los puentes definitivos datan de 1949, realizados como parte de la canalización.