Isabelita y Massera en la Base Naval
Junto encabezaron el acto por el Día de la Armada en la base Naval Puerto Belgrano.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 50 años, en mayo de 1975, Isabel Martínez de Perón, presidenta de la Nación, y Eduardo Emilio Massera, comandante general de la armada, presidieron los actos del día de la armada en la base naval puerto Belgrano.
Un año antes Isabelita había acompañado a su marido --Juan Domingo Perón-- en el mismo acto celebratorio, ocasión en la cual el fotógrafo Omar Morán logró la que sería la última foto del presidente con uniforme militar, apenas 42 días antes de su fallecimiento.
Ahora la que llegaba a presidir los actos era Isabel Martínez, que había asumido el cargo como vicepresidente que había sido de su fallecido marido.
Llegó a bordo del avión Patagonia y de allí se trasladó en helicóptero a la Base Naval. La acompañaban el ministro de del interior, Alberto Rocamora, el de Cultura, Oscar Ivanissevich, el de Bienestar Social, José López Rega y el gobernador bonaerense, Victoriano Calabró.
Fue recibida con la marcha de San Lorenzo y el público en el estadio vivó su nombre. Isabel realizó el saludo protocolar, abrió el acto, y a continuación hizo uso de la palabra el comandante Massera.
El marino puso énfasis el fuerte compromiso de la Armada “en la defensa del sistema republicano” y reiteró su apoyo al proceso institucional. “Tenemos todo el respeto y subordinación a las autoridades legítimamente elegidas por el pueblo”, señaló.
Por otro lado, refirió que la Armada cumplía el pedido del gobierno de intensificar la lucha contra el extremismo “el cual compromete la seguridad interior con su secuela de crímenes, atentando con la esencia misma del ser argentino”, señalando que esa fuerza “vive en guerra y participa en esa lucha con energía”.
A fin de ese año Massera se convertiría en el principal referente del golpe de estado que en marzo de 1976 derrocó a Isabel y sería además protagonista de una de las páginas más oscuras de nuestra historia.