Anécdotas, el penal “mentiroso” a Champagne y el guiño a Olimpo: “Acá la pasé muy piola”
El “solidario” Gustavo Bou pasó por Bahía y, entre varios recuerdos de una campaña que llevó al equipo dirigido por Walter Perazzo al ascenso a Primera en la temporada 2012-2013, reconoció: “El mejor gol de mi carrera lo hice con la aurinegra en cancha de Sarmiento de Junín”.
Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.
“¿Cómo está todo por allá?, ¿bajó el agua en los lugares que faltaba?, ¿la ciudad recuperó su movimiento habitual?”, son las preguntas frecuentes, y lindas de escuchar, que en el inicio de cada semana suele realizar el ex Olimpo Gustavo Bou, quien el 20 de marzo, trece días después de la trágica inundación que azotó a nuestra ciudad, hizo llegar desde Concordia un camión repleto de donaciones que él mismo acompañó durante los 1.044 kilómetros y las casi 20 horas de viaje hasta pisar suelo bahiense.
“Antes por nosotros, ahora por Bahía”, fue el lema de la gran movida que el delantero organizó en el club donde se formó futbolísticamente, Defensores del Barrio Nebel, donde distintos espectáculos musicales promovieron que la gente de los barrios concordienses se acerque con el fin de disfrutar pero también de colaborar con alimentos no perecederos, muebles, artículos de limpieza, colchones, calzado y camas para los afectados en nuestro medio.
“En el 2015, cuando mi ciudad se inundó, Bahía nos ayudó mandando un montón de ropa y alimentos, por eso ahora que ellos sufrieron una catástrofe similar no podíamos mirar para otro lado”, declaró la “Pantera”, hoy “tranquilo, liberado y orgulloso” por haber devuelto el “favor” diez años después.
“Mi papá (José, quien lo acompañó en el viaje a Bahía) me enseñó a ser feliz con lo que había en mi casa, me inculcó valores y me dio una educación que me sirvió para desenvolverme como persona y futbolista a la vez”, remató el 7, quien después de “romperla” en Racing siguió por el Tijuana de México y el New England Revolution de los Estados Unidos.
“Ver lo que sucedía acá en Bahía me movilizó, es una ciudad que me acobijó y Olimpo fue un club que me hizo sentir jugador de fútbol otra vez”, idealizó, conmovido por la empatía de todo Concordia hacia sus pares bahienses.
Gustavo, que en el aurinegro disputó 35 cotejos (8 goles) en la temporada 2012-2013 de la B Nacional, la que finalmente coronó con el ascenso a la elite del fútbol argentino, desde hace dos años es el presidente del Club Defensores del Barrio Nebel, ubicado a 300 metros del río Uruguay, sobre la avenida Chajarí y a 20 cuadras del centro concordiense.
“Fue muy emocionante ver llegar a la gente aportando lo que pudieron rescatar o conseguir”, comentó el entrerriano, sin olvidarse que Concordia fue declarada como la segunda ciudad más pobre del país, solo por detrás de Resistencia, Chaco.
Después de dejar a Olimpo y a Bahía a mediados de 2013, su nombre sonó en reiterados mercados de pases, pero mientras su carrera iba en ascenso (Liga de Quito, Gimnasia La Plata, Racing, Tijuana de Méjico, la MLS de Estados Unidos y un paso fugaz por Talleres en 2024), la insistencia del aurinegro en el plano profesional se iba desvaneciendo.
“Alfredo (Dagna, presidente olimpiense) me llamó en varias oportunidades y me hubiese gustado venir, pero nunca se dieron las condiciones. Hoy, a los 35 años, le puse fin a mi carrera como futbolista profesional; solo sigo jugando con mi club en la Liga local. Estoy en otra faceta y por suerte no extraño estar compitiendo al máximo nivel”.
--Ser presidente y jugador al mismo tiempo no es muy común en los tiempos que corren.
--Es cierto, pero ser el líder de un club no significa sacarte fotos todos los días o levantar un cartel que diga “Acá estoy”. Al menos yo no soy así, trabajo de domingo a domingo, sin horarios, siempre por y para Nebes. Estamos reconstruyendo la cancha de Primera, conseguimos poner el césped sintético y la gente se acerca porque ve que hay un proyecto y ganas de trascender.
“A los chicos del barrio hay que ofrecerles herramientas para que se acerquen al club y se queden, que tengan oportunidades de jugar y divertirse. Hoy siento que el formador y el dirigente es lo más importante para que una institución crezca, y en ese paso estoy, aprendiendo, luchando y disfrutando”.
--¿Qué tipo de club es Nebes?
--Un entidad barrial, amateur y que brinda contención a pibes y familias. Para nosotros el fútbol es una materia y no una obligación, y el deporte y la cultura son esenciales para poder educar. Me fui de Nebes a los 12 años, pasé a River, mi vida giró completamente, pero siempre mantuve el sueño de volver a mi casa, a saldar la deuda pendiente de no haber podido jugar en Primera división. Hoy, 23 años después, cumplí con eso que tenía postergado. No fue fácil, me emocioné, estaba nervioso, se me escapaba la pelota de los pies, pero me llenó el alma ver que en la cancha estaba mi familia, mi gente, mi barrio y todos los que me quieren ver bien.
“Mi sueño es el mismo que el de muchos chicos que hoy arrancan en Escuelita, eso es lo que hay que alimentar, porque muchos chiquitos que prometen no llegan porque no pueden y no porque no quieren”.
--Dagna siempre dice que las puertas de Olimpo están abiertas para un posible regreso.
--Yyy, como entrenador puede ser...(risas). Hoy vivo el presente y me siento más dirigente que jugador, por eso mi cabeza está lejos de retomar el plano profesional.
“Olimpo, pese a estar en el Federal A, se sigue manejando como un club de Primera. El estadio está igual y me trajo hermosos recuerdos el reencuentro con los utileros, con ex compañeros y con hinchas que me mostraron fotos de hace doce años. Salir de entrenar y comprar las empanadas en la esquina de avenida Colón y Almafuerte, matear en el parque de Mayo, los asados con la Noroeste 74, ¡qué lindo fue todo!. Igualmente, lo que más me queda es que me hayan valorado como persona más allá de haber hecho bien o mal mi trabajo como futbolista.
--¿Qué es de la vida de quien fue tu coequiper en Olimpo y entrerriano como vos: Nahuel Benítez?
--Está en Concordia, retirado y colaborando con el club Real Concordia. El fútbol pasa, pero la vida sigue, por eso es muy importante dejar una huella en los lugares donde pasaste. Me retiré convencido, y eso es lo que le inculco a los chicos hoy: para vivir de desafíos hay que tomar buenas decisiones. La psicología en el fútbol es fundamental, ayuda al jugador casi en un 95 por ciento, porque si no estás equilibrado mentalmente no podés conseguir nada.
--Una vez te escuché decir que tu deuda pendiente en el fútbol fue no haber jugado en la Selección, pero estuviste cerca.
--Si, moría por una convocatoria para el Mundial de Rusia 2018, aunque en ese momento Argentina contaba con jugadores de excelente nivel que la rompían en Europa. Entre 2015 y 2017 fui campeón y goleador en Racing, estaba diez puntos física y futbolísticamente, pero no se dio. Que al menos me hayan tenido en cuenta o que haya sonado mi nombre fue un orgullo. Mantenerse en un nivel alto en el fútbol argentino no es fácil, y yo lo puede lograr, por eso estoy muy conforme con el trayecto que recorrí.
--El mejor gol de tu carrera, ¿fue con la camiseta de Olimpo?
--Si, en Junín, cuando se la piqué al arquero (2 de abril de 2013, victoria olimpiense 3-0, fecha 27 de la B Nacional) desde un ángulo cerrado. La jugada del equipo fue estupenda, con varios toques y una habilitación perfecta --al vacío-- que me dio Sánchez Sotelo. En Racing convertí lindos goles, pero ese en Olimpo fue especial porque estábamos encaminados hacia el ascenso.
--Ahora que estás retirado te quiero preguntar sobre el penal que le “regalaste” a Champagne en el Cilindro de Avellaneda, cuando te habías ido de Olimpo y ya eras ídolo en Racing. Hubo risas, miradas de ambos lados y Nereo atajó la pelota casi sin esfuerzo: no lo quisiste hacer, ¿esa es la verdad?.
--Ja,ja... Se habló mucho de ese penal. Vos me conocés, soy un chico agradecido, pero siempre jugué a ganar. Nereo me dijo “Negro, te adiviné la punta”, y por eso nos reímos. Amagué a un palo y ejecuté al otro, y Champagne hizo lo mismo. Es cierto que el disparo salió despacio, pero no le regalé nada a nadie. El arquero adivinó mi intención y me quedé con eso. Al final del partido me amargué un poco, pero cuando me crucé con Nereo le comenté: “Te la hice fácil ehhh”.
--¿Qué te dejó el paso por Olimpo y por Bahía?
--El cariño de la gente y que pidan que vuelva. Conocí a mucha gente con la que me sigo hablando, que quiero mucho, como el “Chinito” Enepan, que estaba de utilero en aquel momento y hoy sigue en el cargo. Ojalá y Dios quiera que Olimpo vuelva A Primera, es el deseo de todos los que pasamos por el club.