Bahía Blanca | Sabado, 28 de junio

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Un cerrense que construye solidaridad en los peores momentos

En los dos golpes más duros que recibió la ciudad, Pablo Martín Cid extendió su mano a quienes necesitan ayuda.

Fotos: Pablo Cid y Emmanuel Briane-La Nueva.

“Todo sale del corazón, es algo que viene de familia…"

Pablo Martín Cid tiene 30 años, nació y vive en General Daniel Cerri, y asegura que la palabra solidaridad la aprendió en su casa.

“Cuando era pibe y volvíamos de Bahía, si mi viejo veía un auto parado en la banquina era el primero en frenar para intentar solucionar el problema o se lo traíamos a tiro”.

Está casado con Candela Martínez hace casi dos años y tiene una empresa dedicada a la construcción en seco.

Tras el trágico temporal del 16 de diciembre de 2023 no dudó un segundo en utilizar las redes sociales para ofrecer ayuda a aquellas personas que la necesitaran.

Tras la tormenta del pasado 7 de marzo, y pese a resultar damnificado, volvió a extender sus manos a los demás.

“Durante el temporal aquel, y teniendo en cuenta que me dedico a la construcción, me ofrecí para dar una mano. En ese momento había muchos problemas con la cuestión de la electricidad, pero como tengo casi todas las herramientas a batería y un generador pudimos colaborar. Arreglamos un montón de casas, pusimos chapas, cortamos madera, fue mucho el trabajo que se hizo”.

Pablo cuenta que “ahora hemos tenido algunos trabajos de electricidad, arreglando enchufes y cosas básicas. Tengo una cepilladora de madera, entonces también la usamos para algunas puertas que no cerraban bien”.

“El que necesite una mano me puede contactar (su cuenta en Facebook es “Construcción en seco y mas") y vamos a estar disposición”.

En carne propia

Acerca de lo ocurrido tras la precipitación de hace poco más de una semana, admite que “es increíble lo que pasó”.

“Vivo en la parte media del centro y en casa el agua subió unos 30 o 40 centímetros, así que con mi señora pudimos levantar todo enseguida y zafamos bastante, pero tenemos una pollería donde hizo un desastre”.

“Hay un garaje con ocho freezers, de los cuales cinco cayeron con toda la mercadería y todavía no sé cómo hicieron para flotar. Quedaron tres dando vuelta, por lo que regalamos el pollo para que no se venciera. Ahora habrá que volver a empezar, no queda otra”, se resigna.

Al igual que otros vecinos de la localidad, Pablo también colaboró en la emergencia.

“La tía de mi señora vive en la zona de Cuatreros y nos decían que allá no se había inundado tanto, entonces quise ir a buscar a mis perros y cargué la lancha para tratar de ayudar. No pudimos hacer mucho, pero a algunas familias logramos sacar”.

“Ese día acá, en el pueblo, muchos colaboraron. Cerri dio una muestra de solidaridad bárbara”.

También sostiene que la única manera de salir adelante es “entre todos”.

“La gente todavía sigue sacando barro de las casas. Esto nos pasó a todos y quizás eso nos va a dar un poco más de fuerza para levantarnos. Cuando le sucede solo a algunos, hay gente que no se da cuenta del sufrimiento del otro. Como acá nos pasó a todos, nos vamos a levantar todos juntos”.