Bahía Blanca | Martes, 21 de octubre

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Ganadería bovina: entre la creciente demanda internacional y el desafío del estancamiento

Los presidentes de las Asociaciones de Angus y de Hereford, Alfonso Bustillo y Alejandro De la Tour, y el titular de la SRA, Nicolás Pino,  analizaron el momento excepcional del sector, pero alertaron sobre la necesidad de financiación y de políticas de Estado para revertir la caída del stock y la baja productividad.

Genética al por mayor en el ring de ventas de Bordeu 2025. / Fotos: Rodrigo García, Emmanuel Briane y Emilia Maineri-La Nueva.

La ganadería argentina atraviesa una coyuntura de precios récord y una fuerte demanda internacional, un contexto que referentes del sector consideran de carácter excepcional. Es una forma de mirar el vaso medio lleno, ya que se trata de una realidad que choca con no pocas dificultades estructurales internas, como la baja eficiencia productiva y la falta de estabilidad política que han mantenido el stock estancado (y a la caída en algunos momentos) durante años.

Justamente, este es el desafío para el sector habida cuenta de un momento coyuntural que contribuya a recuperar cabezas de ganado. Referencias: en el año 1977 había 59 millones; en 2004, 60 M/C; en 2011, 48 M/C y actualmente ronda en las 52 M/C.

La presencia de referentes del sector durante la última edición de la exposición de Bordeu que organizó la Sociedad Rural pareció el momento oportuno para tener más precisiones sobre el tema.

El presidente de la Asociación Argentina de Angus, Alfonso Bustillo, destacó que el sector está en un gran momento por los buenos precios para toda la cadena, ya sea invernada, cría y reproductores en general.

“Esta fortaleza está impulsada por las exportaciones. La alta demanda de carne en el mundo es a partir de valores importantes, con una Cuota Hilton que ha alcanzado las 20.000 toneladas”, sostuvo.

“Por otro lado, la calidad genética argentina es otra ventaja indiscutible. El rodeo es muy bueno a nivel nacional, con el 75 % de presencia de Angus, incluyendo sus cruzas. Esto asegura lo que el mundo quiere, que es calidad de carne. Nosotros la podemos producir”, indicó Bustillo, en diálogo con La Nueva.

Alfonso Bustillo, presidente de la Asociación de Angus.

Por su parte, Alejandro De la Tour, presidente de la Asociación Argentina de Hereford, enfatizó que hay un contexto internacional de muy buenos precios para todo lo referido a productos cárnicos.
“La revalorización de la carne se debe a la importancia de las proteínas animales en las dietas”, dijo.

También destacó el crecimiento de los mercados internacionales, en particular de China, que ahora demanda un producto de mayor calidad y no solo la vaca conserva.

“En este sentido no podemos dejar de lado a la genética, que es una de las inversiones más baratas que se pueden hacer cuando uno lo mira desde el punto de vista de la relación costo beneficio”, explicó De la Tour.

Pese al actual panorama internacional, se coincide en que las políticas internas han frenado la expansión.

Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), identificó como principal debilidad a las malas políticas que generan condiciones que obligan al productor a no ser más eficiente. “Este impacto se refleja directamente en los números del stock”, añadió.

Nicolás Pino, titular de la Sociedad Rural Argentina.

Bustillo advirtió, en tanto, que la Argentina está con una cantidad de cabezas estancada, algo que no es bueno.

“Incluso, el año pasado se ha perdido prácticamente el 2 % del stock por una faena importante de hembras, sobre todo de vaquillonas. Es decir, se trata de un rodeo que se está envejeciendo”, aseguró.

De acuerdo con los consultados, otros problemas de eficiencia incluyen:

—Baja faena en kilos: Bustillo considera que se debería aumentar el peso, ya que actualmente se están faenando animales muy livianos.

—Baja relación ternero-vaca: ronda el 66 %, cuando un número adecuado, no ideal, sería de entre el 75 y el 80%.

—Diferencia de índices: De la Tour señaló que los índices productivos no son buenos.

“Existe una gran diferencia entre los productores de punta, con preñeces por encima del 90 %, y los menos tecnificados, que manejan cifras del 50 a 60 %”, indicó De la Tour.

El costo de la falta de políticas claras

Los dirigentes fueron enfáticos al señalar que la ausencia de políticas de Estado a largo plazo ha sido el obstáculo principal para el crecimiento de la ganadería bovina.

Pino ilustró esta falla comparando la trayectoria argentina con nuestros vecinos productores de carne.

“En los 70 teníamos más stock que Brasil. Pasaron los años y hoy nos triplica, o más aún. ¿Qué tuvieron de diferente? Políticas claras”, sostuvo.

“La Argentina ha transitado con muchas que van de banquina en banquina sin marcar el rumbo lógico a dónde queremos llegar y, además, sin respetar los tiempos biológicos”, manifestó el titular de la SRA.

“Ahora bien, hoy la situación es otra. Este año realmente cambió y uno de los eslabones de toda la cadena ganadera que más está viendo ese cambio es el que estaba más castigado: la cría. Esto generará, seguramente, incentivos para que ese sector se pueda ir eficientizando para lograr más terneros, lo que rápidamente se traduce en una mayor cantidad de carne”, indicó.

Bustillo también utilizó el ejemplo de Brasil.

“Teníamos el mismo stock hace más de 35 años. Y hoy poseen 230 millones de cabezas, cuando nosotros estamos con el stock más bajo de los últimos 18 años. Por eso para mejorar necesitamos un mercado de capitales que pueda financiar al productor para crecer en vaca, o para retener sus vientres y aguantar el sogazo (sic) de la retención”, contó.

“También se necesita financiación para aumentar los kilos y el tiempo que un novillo pasa en el campo; por ejemplo, en una invernada pastoril, que es muy rentable. Esto permitiría sumar 50 o 60 kilos más de pasto a un animal y llevarlo a un peso de faena mayor”, agregó el presidente de Angus.

Se añadió que esta inestabilidad afecta la inversión.

De la Tour recordó que la ganadería es una actividad de largo plazo, de 16 a 18 meses desde la preñez hasta la venta del ternero de destete. “La falta de previsibilidad en el país demora las inversiones. Y esta es la principal debilidad al no tener estabilidad a la hora de proyectar hacia el futuro”, señaló.

Perspectivas y cambios de hábitos

A pesar de los desafíos históricos, el sector ganadero ve un futuro prometedor.

Bustillo afirmó que la actividad está siendo reconocida como parte de la solución del problema que vive nuestro país a nivel estructural.

“Tengo 43 años como productor ganadero; y mi padre y mi abuelo otros tantos. Y siempre pensamos que la ganadería iba a ser un buen negocio. Hoy sigo creyendo que un día lo va a ser”, expresó.

“Lo ideal es seguir este rumbo y no volver al pasado que nos llevó a semejantes fracasos”, admitió Bustillo.

De la Tour sostuvo que la Argentina puede crecer muchísimo porque hay bastante margen para mejorar los índices productivos.

“Nadie ve que esto sea una primaverita, sino que estamos pensando que es un ciclo que debería durar durante un buen tiempo en razón de los resultados que se están obteniendo”, sostuvo el titular de Hereford.

Respecto del consumo de carne interno, Pino abordó la cuestión de la percepción cultural sobre la carne vacuna y su precio.

“El mensaje de que la carne es cara y que por eso cierro las exportaciones provocó un retroceso enorme en nuestra producción”, dijo.

Alejandro De la Tour, presidente de la Asociación de Hereford.

“No obstante, destaco que la Argentina sigue siendo uno de los cinco países más importantes en el mundo en consumo de proteína animal por habitante (NdR: entre 115 y 120 k/h/a)”, explicó.

“Lo cierto es que los hábitos han cambiado. El consumo de carne bovina ha bajado y hoy ronda entre los 48 y 51 kilos (por habitante por año), mientras que en pollo y en cerdo se han incrementado”, comentó Pino.

“El pedigree, el laboratorio que provee de padres para el PR”

En Bordeu se vio lo mejor de la genética bovina. La respuesta quedó expresada en la demanda por animales trabajados en función de esas características que, luego, redunda en mejores terneros, mejores novillos y, finalmente, mejores animales terminados, ya sea para el mercado interno como para la exportación.

Uno de esos ejemplos se aprecia todos los años en la pista de la Sociedad Rural de Bahía Blanca, especialmente en el caso de los Hereford, por la mansedumbre y la excelente adaptación a los ambientes ásperos del centro oeste y sur bonaerense.

Así entonces, el Dr. Baltazar Beltrán, de la cabaña La Cassina, de Roque y Patricia Cassini, en Bonifacio (Laguna Alsina), en el distrito de Guaminí, comenzó a trabajar en dos corrientes de sangre: el Felton 480 y Alabama.

“Esas líneas aportan toros moderados, precocidad y blandura de engorde. Los toros dejaron vacas muy buenas y, más tarde, también se usaron sus hijos”, dijo Beltrán.

Con el tiempo se fue incorporando pedigree de otras cabañas importantes de la raza como Santo Tomás de la Sierra, Las Tranqueras, Jotabé de Caldenes y La Legua de Molino Nuevo. En la actualidad, el reproductor más representativo es Tanque, un toro S/.

“En pedigree siempre se buscan padres para abrir nuevas líneas de sangre, pero siguiendo los parámetros de ser moderados, con facilidad de parto, habilidad materna, precocidad y fácil engrasamiento, porque la vaca tiene que pasar inviernos duros y debe acumular grasa de cobertura, de cadera y, en lo posible, buen marbling”, reseñó Beltrán.