Bahía Blanca | Sabado, 18 de octubre

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“No me pongo un techo: trato de disfrutar a medida que van pasando los desafíos”

Nadine Blanco representó al arbitraje de la Unión de Rugby del Sur en el Nacional de Clubes femenino. También vivió sus primeros partidos en el Regional Pampeano. 

Nadine, como jueza asistente en el partido Argentino-Santa Rosa RC por el Regional Pampeano B. Fotos: gentileza Darío Alaniz y Nadine Blanco.

(Nota de la edición impresa)

Promovida como árbitro desde el equipo de rugby femenino de la Universidad Nacional del Sur, Nadine Blanco tuvo días atrás su gran salto deportivo con la convocatoria para el Nacional de Clubes (femenino) disputado en Villa Carlos Paz. A lo que se sumó posteriormente su primera designación como asistente en un partido del Regional Pampeano A.

Nadine es la segunda mujer árbitro oficial en el panel de la Unión de Rugby del Sur (la primera fue Nadia Ferenz, hoy alejada del arbitraje). Descubrió que hacer el curso arbitral lógicamente le facilitó el conocimiento del juego para su otro rol: el de jugadora (centro) en UNS.

Tiene 23 años y llegó desde su pueblo natal Quenumá -Buenos Aires- para estudiar en la UNS (hoy en 2º año de Ciencias de la Educación). El inicio de un camino que, por amistades, la condujo al rugby.

“Este año tuve la suerte de tener dos viajes, en mis primeras salidas gracias al arbitraje. Antes de participar en el Nacional de Clubes fui designada para el Regional Patagónico, en Comodoro Rivadavia. Modalidad ten, femenino. Allí estuve como réferi principal con Rocío Severini y arbitramos en mayores. Hice el 5º y 6º puesto y también el 3º y 4º. Después estuve en la final. Más tarde me llegó la invitación para ir al Nacional femenino en Carlos Paz”, contó.

-¿Qué balance hiciste de su participación en el Nacional de Clubes?

-Estuve como R2 que es, asistente del otro lado de la mesa de control. Conocí a muchas de las chicas que hoy en día son referentes del referato femenino. Por primera vez en el Nacional de Clubes dirigieron todas mujeres. Pude vivir distintas situaciones de juego que quizás acá no se dan. Vivimos un compañerismo muy grande de parte de todas las chicas, que eso también estuvo muy bueno. Las chicas que me llamaron, Amelia y Laureana, siempre me hicieron sentir muy cómoda, preguntándome cómo estuve o cómo me sentía. Fue una experiencia muy linda y el nivel de rugby que se juega en ese tiepo de competencia es increíble. Participaron los mejores equipos del país y la verdad que se notó.

-¿Cuándo comenzaste con el arbitraje?

-Hace un año y medio. Y juego al rugby hace tres. Al principio me designaron para rugby infantil. Mis primeros partidos fueron en el encuentro Iñaki Irazusta de Sportiva. La anécdota es que en mi primer partido puse la mano al revés cuando cobré penal. Es decir, levanté el brazo para el lado contrario del que atacaba. Entonces un entrenador de juveniles de Argentino, también árbitro, se acercó y me dijo: “Nadine, fíjate que estás poniendo la mano al revés. Los chicos no saben para quién es el penal”. Y bueno, nada, me reí mucho ja, ja. Ya todo este año estuve arbitrando M17 y la M18 (juveniles) y antes del viaje a Comodoro Rivadavia me tocó Preintermedia (masculino) en Argentino-Universitario. Fue mi primer partido en Primera, por así decirlo. Desde entonces vengo arbitrando en esa categoría y haciendo de lineman en Primera desde mitad de año, en el Regional Pampeano.

-Da la impresión, por su personalidad, que no tuviste dificultades para adaptarte en esos primeros pasos.

-Trato de tomarme las cosas un poco más tranquila. Yo juego al rugby desde hace poco y hay muchas cosas que no sé. Por eso hice el curso de arbitraje. Trato todo el tiempo de aprender, de mirar y consultar. La verdad que molesto todo el tiempo. Siempre hablo con la gente de referato de no perder la cabeza en situaciones que no puedo controlar o que son ajenas al partido. Aprendí a disfrutar el arbitraje. Entonces, no me centro más en  otras situaciones. Prefiero quedarme por ejemplo con una buena jugada que salió o con una buena ventaja que se dio.

-¿Cada partido tiene un perfil distinto?

-En modalidad XV me sentí mucho más cómoda en el arbitraje. En seven hay menos jugadores en la cancha entonces como que los espacios son distintos y me ahí me posiciono quizá más como jugadora que como árbitro. En XV como que ya encontré la vuelta para estar parada cerca, ver las situaciones, dónde pararme en el line. Presto mucha atención a lo que es scrum. Después, cada partido tiene su su preparación. Es decir: tengo a este equipo y a este otro equipo, ¿Qué sé de uno, qué sé del otro? ¿A quién le puedo preguntar? ¿Cómo juegan y cómo te me voy a parar dentro de la cancha? En fin, para que ambos puedan explotar lo que saben jugar. Obviamente después pueden pasar un millón de cosas... El fin de semana pasado fui con un plan de juego y estaba diluviando... No había posibilidad de que la pelota hiciera más de tres pases porque se caía y eran todos scrum. Previo a cada cada caso tenés que pensar qué es lo mejor para hacer que el juego sea dinámico. Que no se frene, no se estanque y sea lindo de ver.

-Nadia Ferenz fue la primera mujer que integró el panel de réferis de la URS. ¿Le pediste algún consejo?

-Sí, a Nadia la conozco. Cuando empecé a jugar ella era la capitana del seleccionado de la URS. Tuve la suerte de viajar al Seven de la República como ella como capitana. Y cuando arranqué a arbitrar hablé con ella, cuando se jugó en Palihue el Regional Pampeano femenino del año pasado. Me dio consejos y ropa oficial para dirigir, sino tendría que comprarla y soy estudiante, je.

-¿Ves al arbitraje como algo momentáneo? ¿Querés seguir creciendo?

-La verdad que trato de no pensar en eso. No quiero ponerme un techo ya, ahora. Trato de disfrutar a medida que van pasando los desafíos que se presentan y siempre desde un lado imparcial. Como no soy de acá de Bahía, no conozco a ninguno de los clubes de acá.

-¿Cómo toman en tu equipo, UNS, el hecho de que también seas réferi?

-Ante la primera convocatoria lo hablé con la capitana y con el grupo mis compañeras y se pusieron muy contentas, me dijeron que fuera. En UNS, en el equipo, todos me acompañan. Muchos dicen que no somos un club porque no tenemos esa representación física que quizás tiene un club, con infraestructura. Bueno, sí, si quieren dar esa definición... Para mí, somos una familia. El equipo masculino de UNS va todos los partidos del femenino y el equipo femenino va al todos los partidos del masculino. Tenemos una unión muy grande, no estamos aislados unos de otros. La gran mayoría somos estudiantes. Algunos son jugadores de otros clubes que se fueron y quisieron volver a jugar y se integraron a UNS. Y también hay mucha gente que ya no juega y sigue estando en el grupo, lo cual es increíble.