Huracán y Comercial, con desafíos y en etapa de reconstrucción

Redacción de La Nueva.

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En una etapa de desafíos y de reconstrucción se encuentran Huracán y Puerto Comercial, las dos instituciones deportivas de mayor relevancia en Ingeniero White. El “Globo” viene apuntando todos sus cañones a nuevas obras que apuntan a ofrecer un mejor servicio a sus asociados.

“Veníamos con remodelaciones en nuestra cancha, pero luego del temporal se hizo foco en la reconstrucción de lo que ya no estaba. La ayuda recibida de Profertil se volcó casi en su totalidad al complejo Salvador Cantaro, en calle Juan B. Justo, el más afectado”, dijo Pablo Roa, secretario del club.

“En la cancha, donde se cayeron dos paredones, el para pelotas que dañó el alambrado perimetral y otros inconvenientes menores los afrontamos con lo recaudado en la fiesta del Camarón y el Langostino”, apuntó.

--¿Con qué panorama se encontraron?

--Desesperante. Los árboles caídos causaron daños en todo el cerco perimetral, las torres de iluminación de la cancha oficial de menores e infantiles, la sintética, las auxiliares y los techos de los vestuarios y sala de reuniones. Recibimos ayuda de materiales y mano de obra.

“Realmente para resaltar la calidad de los materiales y el rediseño de los nuevos vestuarios. También estamos enfocados en sembrar una de las canchas de las cuatro reglamentarias que pide la Liga del Sur donde juegan los más chiquitos", aseguró Roa.

--¿El predio ya está en funcionamiento?

--Está en funcionamiento para la actividad deportiva, mientras las obras reflejan un estado muy avanzado. Teníamos instalaciones muy precarias y lo que se hizo, en un corto plazo, es para resaltar. Se levantaron nuevos vestuarios para jugadores y árbitros, cocina y sala de reuniones.

“Estamos ansiosos y expectantes para poder inaugurar estas obras. Agradecer a Profertil y a la gestión municipal, quienes tuvieron la iniciativa de darle una mano a los clubes de Ingeniero White”, apuntó Roa.

El “Coqueto” que ya no luce

El club Puerto Comercial se encuentra también en etapa de reconstrucción luego del temporal, aunque todavía queda mucho camino por transitar.

“Tratamos de priorizar el tema seguridad y en ese sentido fue primordial reconstruir los paredones que limitan la cancha de fútbol con las arterias de la ciudad. No obstante también quedaron muy deterioradas las cantinas de fútbol y básquetbol, parte del techo y toda la estructura alta del salón Coqueto, que tiene una superficie de 500 metros cuadrados, y los fogones del mismo”, señaló Pablo Reynafé, presidente de Comercial.

“Los paredones sufrieron daños irreparables, porque lo que no se rompió quedó debilitado y con peligro de derrumbe. Hubo que priorizar ese trabajo para evitar consecuencias. Fueron 340 metros de estructura con ladrillo, base con varillas hierro 12, columnas cada cuatro metros, encadenado y portones nuevos. En esa estructura se gastaron 80 millones de pesos, de los cuales un poco más del 50 por ciento fue aportado por Dow. El resto es aporte de Puerto Comercial mediante lo recaudado con el alquiler de la antena y la fiesta del Camarón y el Langostino”, remarcó.

--¿Qué quedó en pie del bello gimnasio "Coqueto"?

--Está destruido y es primordial contar con él. Lo hablamos con el Consorcio de Gestión del Puerto, que se comprometió a dar una mano porque el salón es uno de los lugares más importantes de confinamiento de Ingeniero White.

“Hoy está todo roto y si ocurre una tragedia en el estado actual no puede funcionar como lugar de confinamiento. El Coqueto siempre estuvo y estará disposición en caso de falla o escapes de gases en alguna de las empresas del Polo; de ahí la necesidad de recuperarlo cuanto antes”, expuso.

--¿En cuanto a daños, en qué porcentaje se pudieron recuperar los sitios esenciales del club?

--Recuperamos un 40 por ciento. Hay un 60%, que contempla a las cantinas y el Coqueto, que todavía no se pudo afrontar. Si depende de nuestra capacidad económica llevará años, pero si nos da una mano el Consorcio de Gestión todo se puede resolver en pocos meses.

“Hoy nos juega en contra el costo fijo que significa abrir el club, porque las tarifas de servicios sufrieron un gran incremento. La cuota social absorbe el gasto de sueldo de la secretaria y el pago de la boleta de luz, necesaria para el riego de la cancha de fútbol y la actividad en básquetbol. Con el resto de los gastos es una lucha diaria”, aseguró Reynafé.