Una torre de comunicaciones que suma diseño y admite otros usos
Una torre que es una suerte de monumento puede también ser una obra de arquitectura.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
En el imaginario de todos, una torre destinada a las comunicaciones es nada más que eso. Un elemento utilitario, de una altura importante y con una función específica. Sin embargo, desde hace un tiempo este tipo de construcciones ha ampliado sus aspiraciones. Sus proyectistas han entendido que una construcción semejante, generalmente emplazada en lugares atractivos podía ser también objeto de diseño y admitir usos adicionales.
Es el caso de la Torre de televisión y radio de Estambul, Turquía, diseñada por Melike Altınışık Architects, que comenzó a erigirse en 2015 y que alcanza los 360 metros de altura, el equivalente a un edificio de 120 pisos. De aspecto futurista, su forma genera una sensación de movimiento y ritmo con una silueta que cambia cuando se ve desde diferentes posiciones.
La obra es “una expresión de historia, cultura, comunicación e interacción”, y reflejo de su naturaleza con una estructura orgánica influenciada por factores como la dirección del viento, la topografía y los paisajes reflejados en su estructura.
Elegancia y geometría
Su arquitectura combina elegancia y belleza con matemáticas y geometría, cuyo concepto permite que contenga espacios habitables a partir de técnicas de ingeniería avanzadas en términos de diseño y construcción.
Se emplearon pruebas de viento para verificar su estabilidad, de modo de optimizar cómo actuaría la carga de la envoltura sobre el núcleo de hormigón. La ingeniería proporcionó optimización estructural y que el espacio habitable se extienda alrededor del núcleo central.
La torre alberga un restaurante de dos pisos con vista de 360 grados y una plataforma de observación con vistas a Estambul a 400 metros de alto. También hay un vestíbulo, cafetería, exposición y áreas en el podio de entrada. Ascensores panorámicos se elevan a ambos lados del edificio y permiten un viaje vertical de 180 metros.
El objetivo principal de la obra es crear encuentros sorprendentes, estableciendo relaciones sólidas con el lugar, utilizando la luz, la naturaleza y los espacios espaciales. Es más que una torre de telecomunicaciones, es un elemento escultórico con espacio interior comunitario.