La sinceridad de Diel y la historia del exfutbolista de Bella Vista que anoche la metió en Olimpo
El aurinegro venció a Pacífico, es uno de los finalistas de Primera y cruzará con Villa Mitre.
Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.
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Había clima de final antes del segundo partido de semifinales en el William Harding Green. Dos patrulleros a modo de prevención cortaron Castelli, así el numeroso público local ingresaba por ese sector y los visitantes, por Charlone. A los más nostálgicos se les vinieron imágenes de la Liga Nacional, con la cancha que explotaba.
"Competencia" de trompetistas, cánticos cruzados y mucha euforia, de los dos lados le metieron fiesta, con Olimpo sabiendo ganar y Pacífico, perder, algo que en estos tiempos es digno de destacar y ayuda a inflar el pecho. Porque en definitiva, por encima del resultado, todos pudimos disfrutar del juego en la cancha y del espectáculo en las tribunas. Hermoso ya antes de empezar. Inclusive, teniendo que esperar por el salto inicial hasta que barrieran los papelitos.
Una vez la bola al aire, contrariamente al primer juego, el que empezó con todo fue el verde, decidido y muy efectivo: 12-3 en 4m25, con 4-6 en triples (2-3 de Branco Salvatori), sumándose Iñaki Errazu y Santiago Loos.
Enfrente, un rival sorprendido, que no tenía juego colectivo ni individual, ni siquiera cuando intentó alimentar el 1x1 con Piuma, a quien el lungo Andrés Bodach le hizo modificar los tiros. Un pasaje de Julián Roumec maquilló el final del primer cuarto de Olimpo: 16-12.
El aurinegro empezó a soltarse, dominó en su tablero y aprovechó las defensas que absorbían Diel y Piuma, para encontrar liberados a los tiradores, con Roumec castigando de tres y Marroni con un tiro más cercano. Así pasó al frente 21 a 18 en 4m25 del segundo cuarto, con parcial de 16-4.
Pacífico tuvo respuestas de Valentín Cortés en la lucha aérea (9 rebotes en el primer tiempo) y Salvatori fue un verdadero "correcaminos", rompiendo y sacando faltas, con el dato negativo que tuvo bajos porcentajes en libres.
El 28-25 de Pacífico en el primer tiempo era más que auspicioso, sabiendo, claro, que Diel y Piuma habían terminado con apenas 2 y 4 puntos respectivamente. En algún momento iban a aparecer.
Así y todo, el aurinegro no perdió la línea.
"El primer partido me condicionó no encontrar la forma de poder atacar el aro y sacar foules. El tiempo que jugué creo que lo hice bien, después cometí errores y me hice cobrar una técnica, algo en lo que reconozco estuve mal, tuve que hacerme cargo y me disculpé con el equipo", admitió Diel.
"Este partido traté de venir más tranquilo, creo que lo pude hacer, aunque al principio no me salieron las cosas, pero pude mantener la cabeza fría, que es una de las cosas a mejorar", asumió, con total sinceridad y en modo autocrítica.
Para adelante Olimpo fue encontrando respuestas con Piuma-Diel, el problema se lo generaba Salvatori, atacando por el eje y recibiendo faltas en la intención de contenerlo cuando encaraba en velocidad.
"Defensivamente tuvimos momentos, podemos y tenemos que hacerlo mejor para la próxima serie. No podemos dar tantos espacios. Quizá pecamos de inexperiencia y nerviosismo, porque muchos de los chicos somos hinchas del club y a veces tomamos decisiones sin pensar bien", justificó Diel.
Lo cierto fue que en un ataque de desesperación, el Oso Santini mandó a la cancha a Santiago Kucan y Luciano Polak. Y cuando Pacífico -intentando contener a los grandes- se metió en zona, Polak rompió el molde clavando tres triples. ¿Lo tenían?
Es el mismo que jugó al fútbol, de enganche, en Bella Vista hasta los 13 años: "Lo único que hacía era pegarle al arco", recordó.
A esa edad se vinculó a Velocidad por cercanía y jugó dos partidos, hasta que Flicu Sánchez convenció a su papá -que era compañero de trabajo- para que lo llevara a Estudiantes, donde estaban sus hijos Joaquín y Nicolás.
Lucho se "internó" en el Casanova, siempre dispuesto, tirando y alcanzando la pelota, ya era parte del decorado.
"Estuve cuatro años. Después hice amistad con los chicos de Bahía Basket, con Maxi Fjellerup que es mi mejor amigo, y un 22 de febrero, Mauro Polla me preguntó si quería entrenar. Estaba Lucio (Redivo), Gasti Whelan y no dudé", recordó.
De tanto tirar y tirar fue metiendo, hasta convertirse en un tirador respetable.
"La verdad que rescato que hay que disfrutar, esto es un juego, más o menos profesional. Así que así como disfruté jugar con Pepe (Sánchez, en Bahía Basket), después en Napostá o ahora acá, el trabajo es día a día, hay que tener la mentalidad fuerte", dijo Lucho.
Y así se mostró tirando a distancia y después dándole de la misma medicina a Salvatori, atacándolo y sacándole faltas, anotando 11 puntos en el tercer cuarto.
En el otro aro, el propio Branco había tirado 6-13 en libres y completado 18 puntos a esta altura, entrando al último cuarto arriba la visita 51-48, donde Errazu, con un buen pasaje ofensivo, acompañó al base.
Por trámite y variedad de recursos parecía que Olimpo era superior, aunque Salvatori siguió sacando ventajas y Cortés estuvo a la altura, más allá de quedar a veces en desventaja física.
En medio de un trámite muy parejo, con las piernas frescas después de pasar un largo rato afuera, Piuma entró para empezar a cerrarlo junto con Diel, aunque nuevamente fue Polak el que apareció restando 49 segundos y coronando el partido más importante de su carrera, con un triple demoledor: 64-70.
"La alegría es grande por cómo volvió Lucho (Polak) y en qué instancia. Va a ser clave al igual que Marce (Piuma), Segundo (Alimenti), Alejo (Marroni), como los doce que estamos acá. Vamos a ser un equipo durísimo, con muchas rotaciones, intentando repartir el goleo y para eso tenemos que involucrarnos todos. Y tener a Marce es una seguridad; sabés que hay diez rebotes y al final no te falla", resaltó Diel.
Los amigos Mauro Richotti y Juan Cruz Santini se saludaron en mitad de cancha antes del silbato final; de las dos tribunas bajaban los cánticos, Olimpo se unió en el festejo ante su gente y, del otro lado, de espaldas, los de Pacífico, que agradecían a los muchos que habían acompañado en esta ilusión.
Olimpo se había asegurado un lugar en la final.
"Ahora está el condimento de que el rival es Villa Mitre, con todo lo que significa. Nosotros tenemos que concentrarnos en jugar al básquet, el folclore quedará en la tribuna", entendió Diel.
Ganó Olimpo (76-64) y su gente, naturalmente, lo festejó; perdió Pacífico y su público, respetuosamente, lo asumió.
Una verdadera fiesta del básquetbol.