Movimientos pendulares sobre el mapa político
La columna semanal de nuestro corresponsal en la capital de la provincia.
“Con el único que me quiero pelear es con el que está quebrando nuestro país y se llama Javier Milei”, precisó el gobernador Axel Kicilof, dejando en claro que su verdadero adversario político es el presidente libertario, y así, de algún modo, ponerle un límite a los conflictos internos en el PJ bonaerense.
Desde lo gestual, pareció enviar señales en pos de descomprimir el distanciamiento que mantiene con el jefe de La Cámpora, Máximo Kirchner, y el núcleo duro del kirchnerismo, por su no pronunciamiento en respaldo a la candidatura de la expresidenta Cristina Fernández para la presidencia del peronismo a nivel nacional.
“Nada de interna ni de quilombo”, subrayó el mandatario provincial, dando a entender que el único que gana en ese escenario político es el líder libertario. Y, en un abrir y cerrar de ojos, volvió a llamar a la unidad partidaria.
Para la Gobernación bonaerense la “motosierra” presidencial empeora todos los indicadores económicos y sociales. “Las únicas políticas que lleva adelante el Gobierno nacional son las de ajuste y despido de trabajadores”, sostuvo el ministro de Gobierno, Carlos Bianco.
“A diferencia del Gobierno nacional, que se jacta de llevar adelante una política de obra pública cero -según repasó el funcionario- el Ejecutivo bonaerense sigue impulsando licitaciones, “no solo para atender las necesidades de infraestructura que tiene la Provincia, sino porque se trata de una política de fomento a la actividad económica y la generación de empleo”.
En distintas tribus del PJ legislativo coinciden que, para poder reposicionarse dentro de la opinión pública, deben ocupar un rol claramente opositor ante una Casa Rosada que sólo promete más ajustes estructurales y fiscales como receta económica.
El desafío, tal vez, pasa por una construcción comunicacional que proporcione un mensaje alternativo y esperanzador. Es decir, que intente contener, en clave de propuesta y respuesta política, el malhumor social y la frustración de los votantes desencantados con Milei, básicamente un sector de la clase media que fue la base de sustentación electoral del libertario en 2023.
El oficialismo bonaerense deberá enfrentar un comicio legislativo en el que posiblemente se pueda encontrar con Milei y Macri juntos, tal como se viene preanunciado en los pasillos políticos, de cara al calendario electoral 2025.
En tal sentido, no pocos referentes del PRO sostienen que es inevitable la confluencia con La Libertad Avanza como única opción para poder polarizar la elección contra el kirchnerismo ante el electorado de la Provincia.
No obstante advierten que, a diferencia de LLA, el expresidente Mauricio Macri puede decidir competir como fuerza bonaerense por cuenta propia. “Tenemos aparato, experiencia y candidatos para hacerlo sin problemas”, señalan.
Pero, en líneas generales, existe un alto nivel de desilusión social con la política en general y esa sensación de desencanto es la que aprovecha Milei, aclaran visitantes libertarios en las diagonales.
Las escaramuzas políticas entre Nación y la PBA, casi igual que las internas partidarias, nunca son oportunas. Mucho menos frente a una coyuntura como la actual.
Como no podía ser de otra manera, la dinámica interna en el oficialismo se transportó puertas adentro de la Legislatura. No pocas espadas legislativas de La Cámpora aseguran que, más allá de posturas individuales, siempre acompañaron las iniciativas del Ejecutivo.
Los bloques políticos de Unión por la Patria son conducidos por el cristinismo. El diputado Facundo Tignanelli, mano derecha de Máximo Kirchner en el armado de listas de 2023, maneja la tropa K, mientras que en la Cámara Alta la bancada oficialista es guiada por la senadora Teresa García que reporta sin fisuras a Cristina Kirchner.
Encima, cuando el enfrentamiento interno parecía cosa juzgada, la leyenda escaló en términos verbales, cuando el hijo de la expresidenta no sólo volvió a cargar reproches contra el mandámas bonaerense, sino que además puso en duda que vaya a apoyarlo en una eventual carrera presidencial.
Tal vez todo eso invite a Kicillof a ejercitar alguna autocrítica porque sabe que necesita de la musculatura del oficialismo legislativo para poder seguir obteniendo las necesarias herramientas de gobernabilidad. Sabe que carece de estructura propia dentro del palacio legislativo, producto de desatenciones políticas que nunca faltan.
Ahora, deberá esperar contar con la colaboración de los diferentes sectores de UxP para avanzar en la aprobación del Presupuesto, Ley Impositiva y reforma jubilatoria del BAPRO.
En tanto, la situación financiera sigue siendo crítica para las cuentas municipales. El portavoz del Foro de intendentes radicales, Maximiliano Suescun, trasladó la inquietud por el pago de sueldos y aguinaldos de fin de año ante el ministro de Economía, Pablo López.
En calle 6 manifiestan que el presupuesto de cálculos y recursos podría asignar fondos a proyectos específicos, buscando optimizar el uso de recursos en los distritos.
Está claro que no es fácil gestionar en un contexto de crisis. La disputa entre Nación y Provincia agudiza la tensión económica. Y en ese contexto, algunos sectores tanto del radicalismo como del peronismo que no se sienten “asociados ni a la política del kirchnerismo ni a las políticas neoliberales de Milei”, continúan buscando su lugar en un cambiante mapa político.