El bahiense que completó su carrera con el básquetbol y siguió con el fútbol
Mateo Fernández Solari egresó y se mantuvo en la Universidad. Además, continúa con diferentes frentes abiertos en Estados Unidos.
Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.
Twitter: @rodriguezefe
Instagram: ferodriguez_
Mateo Fernández Solari, basquetbolista que egresó de la Universidad de Rockford hoy es el lateral derecho en el equipo de fútbol. Sí, el mismo. El que se fue de Bahía a Estados Unidos persiguiendo sus sueños y no para, busca, intenta, prueba, desafía y, por qué no, sorprende.
“Mi rutina acá es una locura, de seis de la mañana a ocho o nueve de la noche no paro. Hoy fuimos con el grupo de entrenadores a ver los entrenamientos de la Universidad de Loyola, en Chicago, de División I, así que estuvo copado el día”, cuenta, hablando con “La Nueva”.
Mateo hizo de todo un poco en estos últimos años más allá de estudiar y jugar al básquet: trabajó en la construcción, en el gimnasio de la universidad, hizo alfajores y tuvo a cargo los dormis, entre otras ocupaciones, continuando, mientras tanto, con sus emprendimientos.
“Ahora estoy haciendo mi MBA (Master en Dirección de Empresas), trabajo en la oficina de global affairs, que se encarga de los estudiantes internacionales (desde que aplican hasta que se reciben), también como asistente del equipo de básquet de la universidad, entreno un grupo de chicas U15 fuera de la Uni, sigo manejando las empresas (suplementos deportivos y de gráfica) y estoy jugando de lateral derecho en el equipo de fútbol”, resumió.
De todo este currículum, lo último, naturalmente, es lo más llamativo.
Mateo estuvo por segundo año en China, representando a Italia (con algunos otros bahienses) en una experiencia “tremenda y sumamente gratificante, inclusive, mejor que el año pasado en todo sentido”, como definió.
Al regreso, tenía la expectativa de encontrar algo que lo tentara para continuar jugando profesionalmente.
“Lamentablemente no salió nada que me tentara demasiado como para dejar de lado las oportunidades que tenía acá”, contó Mateo, quien ante esta realidad, aceptó la propuesta del entrenador de fútbol.
“La NCAA te permite durante 10 semestres participar deportivamente. Yo usé los ocho semestres para el básquet, que son cuatro años, el máximo, y me quedaban dos, por eso cuando el entrenador me contactó, sabiendo que estaba la posibilidad de hacer un master, lo consideré como un desafío, quería probar algo nuevo”, explicó.
“Es un ambiente diferente -comparó- con dinámicas distintas, y como había un montón de jugadores nuevos, el entrenador quería que yo tuviera un rol más bien de liderazgo. Definitivamente me marcaba salir de mi zona de confort, estar en un lugar y ambiente nuevo, pero creo que fue una decisión muy buena. Estoy aprendiendo en otro ambiente, diferente contexto y la verdad que lo disfruto. Es muy distinto al contexto del fútbol argentino”.
-¿De chico habías jugado al fútbol en algún club?
-Nunca jugué al fútbol seriamente, más allá de la hacerlo en la Escuelita de Palacio cuando era muy chico y en los recreos de la escuela. Pero una vez que empecé a competir un poco más con el básquet, evitaba cualquier partido o picadito, por el tema de las lesiones.
-¿Cómo es el nivel?
-El nivel es interesante. Por supuesto yo no tengo muchos parámetros para medirlo con la Argentina, porque nunca jugué. Estoy jugando de lateral derecho, porque mis habilidades con el pie no están desarrolladas. Lo mío es más bien rústico, pasa más por defender, correr por la banda y jugar físico. Lo que sí, me había adaptado muy bien, estaba muy contento y en el quinto partido me desgarré el aductor y estoy afuera desde hace casi un mes.
-¿La idea es seguir progresando con el fútbol o es más bien un pasatiempo?
-La idea era ponerme en un contexto diferente, saliendo de mi zona de confort y estar en un ambiente siendo la persona con menos experiencia y habilidad. De esta manera, encontrar cómo sumar minutos en cancha. Fue más por desafío personal. La idea no es seguir progresando con el fútbol. Cuando termine la temporada seguiré entrenando básquet, sumándome desde el staff técnico, más que nada cuando hay que preparar partidos.
Con todo esto, Mateo asegura que decidió darle un giro 360 a su vida.
“Al no tener ahora el básquet como jugador, es una etapa nueva en mi vida, en la que me estoy descubriendo mucho más, y estoy súper contento. A veces me pongo a pensar las cosas que estoy haciendo y me sorprendo un poco, pero siempre agradecido y disfrutando todo lo que me toca vivir”, reconoció.
Está claro que Mateo cada paso que da le sirve para seguir conociendo y descubriéndose.