Sorgo: ¿el cultivo que llegó para resistir el cambio climático?
El sudeste y sudoeste bonaerenses vuelven a sumar la alternativa de un producto noble y versátil. En el mercado aparecen las condiciones de precio y de comercialización tantas veces requerida.
Del Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Trabajó en la revista Encestando (1985-2000). Actualmente, desde 1987 es redactor de la sección La Ciudad del diario La Nueva Provincia. Es periodista especializado en el sector agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios (Abopa). Responsable página web de la Asociación de Ganaderos (AGA).
“Creemos que, en la medida de que haya un mercado estable para que el agricultor pueda vender la producción en los puertos con un flete adecuado y existan reglas claras sobre la comercialización, el cultivo se consolidará en la región del sudeste y sudoeste bonaerenses”.
La referencia sobre el sorgo, uno de los cultivos que mayor desarrollo promete en nuestro país en términos reales, habida cuenta de un lanzamiento varias veces proyectado (pero sólo algunas veces concretado), la hizo Mariano Gómez, gerente de Promoción Técnico Comercial de Nuseed.
“Con un puerto ubicado a 50 o 100 kilómetros se puede lograr ese objetivo. Incluso, hasta hace unos meses el sorgo estaba más caro que el maíz, cuando en realidad se realiza con un costo de producción más bajo”, añadió.
También dijo que se trata de un producto noble y versátil, que se puede hacer en campos mixtos y, además, contribuye con el rastrojo para los animales.
Por lo ya comentado, la cuestión de comercialización no es menor.
“No teníamos mercado de sorgo en los puertos de Bahía Blanca o de Quequén, pero ahora el panorama, y el precio, son otros. Lo mismo sucede respecto del puerto de Rosario”, agregó.
Mariano Gómez.
Según los datos relevados desde la Bolsa de Cereales y Productos de nuestra ciudad, Gómez comentó que se prevé un incremento de implantación del 10 % para la venidera campaña.
En la particular 2022/2023, la siembra de sorgo en el país, de acuerdo con la Bolsa de Comercio de Rosario, fue de 880.000 hectáreas (660.000 Has. cosechadas), para una producción estimada de 2,4 millones de toneladas y un rinde promedio de 36,9 quintales.
“A nivel nacional, el cultivo ha tenido altas y bajas en los niveles de producción. Lo que vemos hoy es que, respecto de la seca del año pasado, hubo muchos lotes de maíz que no produjeron grano, pero el sorgo sí. Y el productor lo aprecia”, dijo Gómez.
“¿La precampaña venidera? La arrancamos con una buena venta y apuntando a resolver el problema del pulgón amarillo con la aplicación de productos nuevos. Si se controla ya no es un tema grave para el cultivo y se puede lograr una producción más estable y de mejor rendimiento”, sostuvo.
“En la seca hubo muchos lotes de maíz que no produjeron grano, pero el sorgo sí. Y eso el productor lo aprecia”, sostuvo Gómez.
“Además, si bien el sorgo siempre se compara con el maíz, nosotros seguimos trabajando híbridos de ciclo intermedio con tolerancia a imidazolinonas, lo cual nos otorga un paquete importante para que se mejore el potencial en el campo”, aseguró.
El especialista también aludió a la evaluación del sorgo durante la terrible sequía de la última campaña, la peor desde el año 1975.
“Hemos tenido lotes vecinos donde el maíz se tuvo que picar porque no dio grano, mientras que el sorgo logró entre 2.000 y 3.000 kilos (por hectárea). Eso demuestra el aporte de las nuevas tecnologías y el manejo de densidades que nos ayudan a que el cultivo sea estable. Es cierto, con piso de rendimiento, pero también logrando un techo muy superior a lo que se venía concretando”, explicó.
“En Necochea estamos haciendo sorgos de ciclos cortos, ya que debemos adecuarnos en las distintas zonas agroclimáticas con paquetes tecnológicos y densidad en siembra para, con un adecuado manejo, lograr sorgos con estabilidad de rendimiento. Esa es la clave”, insistió.
Las conclusiones surgen de ensayos realizados, sobre todo en densidad, en la zona de Bahía Blanca, Carhué, Puan y Pigüé, con lotes de 120.000 o 130.000 plantas logradas. “¿Qué sucede? Si están dadas las condiciones, el sorgo macolla. Y acá hay que hacer hincapié en los ciclos, porque a veces los productores siembran ciclos largos que no llegan a cosechar”, dijo Gómez, en un alto de la convocatoria realizada por Pool de Periodistas, en la última edición del congreso de Aapresid en Rosario.
“Como en esas zonas generalmente tenemos complicaciones con las lluvias de enero, el sorgo se aletarga, extiende el ciclo y, cuando se tendría que llenar en el mes de febrero, en realidad sucede en marzo o abril, prácticamente con temperaturas más bajas y con un cultivo que parece que está en una heladera”, aseguró.
Los ciclos cortos se siembran en los primeros días de noviembre, entre el 1 y el 20, y con un plus hasta el 1 de diciembre. Y se cosecha en los primeros días de mayo.
“Nuestros ciclos cortos son a 55 días a floración y, aunque haya una seca en enero, tenemos el sorgo en los meses donde hay que llenarlos; es decir, cuando hace calor”, afirmó Gómez.
Una visión más orientada hacia los beneficios de la producción sorguera aportó Julián Siri, representante de Desarrollo Tecnológico de Advanta.
“Enfocamos la pata sustentable. Es algo que venimos haciendo con el desarrollo y lanzamiento de la huella de carbono neutralizada y, también, con el uso para consumo humano. El sorgo tiene muchos beneficios nutricionales, sumado a que es libre de gluten. Ciertamente, el mundo lo ve como un alimento del futuro, ya que se trata de algo sano, rico y nutritivo”, explicó.
“¿Por qué sustentable? Porque tiene posibilidades de producción, tolerancia a sequía, aportes de carbono y raíces al suelo. De hecho, se permite cultivar donde otros no lo pueden hacer y, además, insisto: está la alternativa de usar el grano para el consumo humano sano”, sostuvo.
Julián Siri.
Respecto de lo nuevo en cuanto a la producción, Siri se refirió al lanzamiento de la nueva variedad Igrowth, que llega con dos alternativas: resistencias a herbicidas y al pulgón amarillo. “De este modo podemos reducir las aplicaciones, de tres y cuatro a una o dos durante todo el ciclo de cultivo. Es claro el menor impacto ambiental”, agregó.
Sobre el futuro en el país, el experto dijo que no visualiza al sorgo sino con la incorporación de más tecnología, así como las expectativas actuales de siembra son muy buenas, especialmente por una mayor disponibilidad de semilla.
“¿La sequía reciente? Es un cultivo que resistió muy bien e hizo eficiente la utilización del agua. Lo cierto es que el productor le está encontrando la vuelta al manejo, también porque las empresas ofrecen mayor cantidad de alternativas”, expresó.
Siri coincidió con Gómez en que el sorgo se puede utilizar en regiones productivas donde las exigencias no son tantas y en suelos donde no existe tanta disponibilidad hídrica por profundidad del perfil.
“Por la fecha de siembra y por su entrada a la rotación, gran parte del sorgo hoy se hace en SD”, dijo Siri.
“Además, con los precios actuales se trata de un cultivo rentable, algo que desalentaba al productor en años anteriores. Y se está haciendo más fácil en cuanto a la logística y a la comercialización de grano”, indicó.
También señaló la importancia de que el sorgo encaje en las rotaciones agrícolas.
“Por la fecha de siembra y por su entrada a la rotación, gran parte del sorgo hoy se hace en siembra directa. Y por eso también vemos una mayor utilización de insumos y fertilizantes”, concluyó Siri.
¿Qué necesita el sorgo? Santiago Casas, gerente de Marketing de Productos Biológicos de Corteva, hizo la vinculación con el nitrógeno.
“En realidad, al productor que aplique un poco menos de nitrógeno por cuestiones económicas, si el año siguiente viene bien le va a faltar este aporte vital. Y esta bacteria (en alusión a Utrisha N), al ser foliar, genera nitrógeno y no necesita de una lluvia como todos los fertilizantes que ingresan por la raíz. Es una forma de ser independiente de la lluvia”, indicó.
“Es decir, el sorgo también necesita nitrógeno. Nosotros lo probamos con buenos resultados con casi todos los cultivos, aunque a veces los rindes no son tan altos como en el maíz y, por lo tanto, la respuesta tiende a ser de menos kilos”, explicó.
“Para el retorno económico a veces se necesita un cultivo de muy buen rinde y en ocasiones el sorgo se destina a zonas marginales, por lo que que siempre estamos más ajustados”, aseguró Casas.
Sobre las conclusiones tras la última seca, Casas admitió que ha sido más que una complicación.
Santiago Casas.
“Las respuestas logradas fueron muy erráticas. Con la bacteria hemos visto mayor rendimiento en porcentaje, pero en muy pocos kilos y con rendimientos de 15 o 20 quintales en maíz. A tal punto fue complejo el año que más del 50 % de nuestros ensayos con nitrógeno rindieron menos respecto de aquellos que no lo tenían. La seca fue un fenómeno raro; no sumó desde ningún lugar”, aseveró.
El quinto cereal más importante del mundo
El sorgo se ubica detrás del maíz, del trigo, del arroz y la cebada en la consideración de los cereales más importantes del mundo.
Respecto de la implantación en nuestro país en general, y de la región del sudoeste bonaerense en particular, están dadas las condiciones agronómicas (hoy también económicas) para un desarrollo sustentable.
Estas son algunas de las particularidades:
—El sorgo se caracteriza por ser una planta resistente a la sequía y a altas temperaturas, lo que lo convierte en una alternativa en áreas con condiciones climáticas adversas. En la Argentina, se cultiva principalmente en las regiones norte y centro del país, donde el clima es propicio para su desarrollo.
—Es una buena opción como reemplazo del maíz para la dieta nutritiva de los animales, sobre todo en las zonas más secas o en períodos de sequía.
—Dependiendo de la genética, el sorgo se utiliza para la alimentación de animales, así como para el consumo de las personas.
—Una de las grandes ventajas del grano es que posee prolaminas, proteína de los cereales, no reactivas para las personas celíacas, en contraposición a otros cereales como la avena, el trigo, el centeno o la cebada. Es decir, las personas celíacas pueden consumir sorgo.
—El sorgo es de origen tropical, pero ha sido adaptado a través del mejoramiento genético a una gran cantidad de ambientes. También se utiliza para la producción de harinas, la alimentación del ganado, generación de biocombustibles, papel, adhesivos y más.
—En la Argentina, la demanda del sorgo se compone esencialmente de la molienda, tanto para la alimentación como para la exportación. En cuanto a la molienda, la mayor demanda proviene de la producción ganadera y lechera.
—Existen cuatro tipos de sorgo dependiendo del tipo de consumo:
Granífero: Es usado para aportar energía en los sistemas de engorde intensivo y funciona como suplementación estratégica. También existen otras alternativas de destino: la exportación directa de los granos y la industria de los alimentos balanceados. También se utiliza para la alimentación de aves y panificados de consumo humano, en donde la calidad de los granos de sorgo será distinta según la demanda.
Silaje: Es una reserva forrajera que aporta un gran volumen fresco, pero tiene la limitación en cuanto a su aporte proteico y, en muchos casos, también de energía. El híbrido a elegir para hacer silaje debería de un tipo silero azucarado, BMR o de doble propósito, para obtener equilibrio entre calidad de forraje y cantidad. Las diferencias en cuanto a su composición morfológica, en la proporción de hojas, tallos, panojas que posee cada tipo podrían generar variaciones en su composición química y también en su valor nutritivo.
Diferido: En cuanto a la producción de materia seca a partir del sorgo, difiere según su genotipo y los años. Pueden ser entre unos 4.000 y 9.000 de materia seca por hectárea. Con este gran volumen de forraje podemos mantener una alta carga animal durante el período invernal, en momentos donde la producción de pasto de otros recursos está limitada por las condiciones climáticas.
Verdeo: El uso del sorgo forrajero para la temporada estival es una opción, ya que presenta una mayor producción en relación a otros verdeos, como el mijo o la moha. Se diferencia del maíz por la gran capacidad de rebrote que posee. (Fuente: www.rotoplas.com.ar).