Bahía Blanca | Jueves, 16 de mayo

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"Tenemos una forma muy diferente de vivir el automovilismo"

Sebastián Pérez finalizó la temporada 2023 de Turismo Nacional en el 7° puesto, su segundo mejor resultado de campeonato y la tercera vez que lo hace dentro de los diez. 

Fotos: Emmanuel Briane- La Nueva.

La fórmula continúa dando rédito. Ello implica, en la mayoría de los casos, remar contra viento y marea y tener que soportar simbronazos de todo tipo. Pero la familia se las sigue ingeniando para no perder vigencia.

En un mundo cada vez más profesional, no podemos pasar por alto lo hecho por Sebastián Pérez en la temporada de Turismo Nacional recientemente concluida, la cual premió el esfuerzo y desempeño con un meritorio 7° puesto.

Haciendo todo en casa, con la familia, amigos y un pequeño, pero muy capaz, grupo de mecánicos, Seba mantiene su catálogo de referente en la Clase 2 y haciendo méritos constantes para situar a su Chevrolet Onix entre las grandes potencias fecha a fecha.

“El balance es bueno, partiendo de que pudimos hacer el año completo, siendo muy complejo; incluso yendo a las carreras de Río Gallegos y El Calafate. Todo eso fue posible gracias a mi familia y a lo mucho que se trabajó, dentro y fuera de pista. Y ni hablar de toda la gente ajena al equipo que apoyó. Eso ya es arrancar ganando la temporada”, expresó.

Un podio (fue 3° en la apertura de año), una “Pole” provisional, muchos top ten y permanentes parciales de punta. Ello marca la pauta que hubo potencial de sobra durante las doce fechas del certamen.

De hecho, en algún momento del año comenzó a tomar color la idea de ser un verdadero contendiente a la corona.

“Los resultados fueron muy dispares. Sí fuimos muy competitivos durante todo el año y eso es lo que más rescato. Sacando alguna fecha, como la Paraná que nos costó, en las demás peleamos siempre entre los mejores diez y siendo muy competitivos. Lo que no tuvimos y nos faltó fue regularidad; en la mayoría de los casos, por mala suerte o situaciones ajenas a nosotros”, contó Seba, el único representante de nuestra ciudad en la especialidad.

“La rotura de los motores en Río Gallegos y Viedma, y el error mío conductivo en El Calafate (NdR: iba ganando su serie), sí fueron de nuestra responsabilidad, pero después no ligamos. Más allá de eso, el potencial fue buenísimo y, lo más importante, logramos salir de ese bache oscuro de las permanentes roturas de impulsor en el que estábamos”, destacó.

—¿En algún momento pensaste en el campeonato o deseabas más la victoria?

—Obviamente siempre es más importante el campeonato y uno empieza pensando en eso. Pero uno de los requisitos para salir campeón es ganar, aunque el título no es algo que me enloquezca obtenerlo. Sé que tanto los campeonatos como las victorias son cosas que se trabajan fecha a fecha y que, cuando tengan que darse, llegarán y serán fruto de hacer las cosas bien. Por ahí los trabajos son buenos y las victorias no llegan, como fue en este caso. Pero no hay que desesperarse, porque hay miles de factores externos.

“A principio de año siempre se piensa en hacer un campeonato regular. Depsués, el tiempo dirá si estás para pelear o no. Empezamos con un podio y muy bien, pero después, en la segunda y tercera fecha, perdimos muchos puntos y lo empezamos a ver de lejos. Pero, por potencial, estuvimos con chances. El tema es que, para llegar a la última con posibilidades, además de ganar, necesitás la regularidad que no tuvimos”, lamentó Pérez.

Luego de dicha reflexión, inmediatamente se despertó en su mente un recuerdo y la siempre inevitable comparativa. En este caso, lo ocurrido en su mejor temporada dentro del Turismo Nacional, en la edición 2019.

“Cuando quedamos con el “4” teníamos un poco menos de potencial que ahora, pero fuimos mucho más constantes durante todo el certamen, con buenos resultados y sin roturas. Creo que la peor fecha fue un 12° puesto. Ahora había más potencial, con mejores motores, un chasis bien desarrollado y mucha información sobre los circuitos”, recordó.

El lamento es parte de la competitividad propia del piloto y el inevitable deseo de constante progreso. Pues, ello alimenta el día a día e impulsa a doblegar esfuerzos en el taller y en cada competencia.

Pero, al final del show, también habrá que valorar las cosas buenas y contemplar, como se hizo en párrafos anteriores, esa cuestión no menor; un taller familiar planteándole batalla a enormes estructuras de competición, con presupuestos incomparabales y pilotos dedicados al 100%.

“Parte del año pasado y de esta temporada hicimos una amistad grande con Renzo Blotta y allí vimos más de cerca cómo trabajan los grandes equipos, cómo invierten y la tremenda dedicación. Y la realidad es que para nosotros es imposible intentar algo así. Por eso, no nos cansamos de valorar lo que hacemos con lo que tenemos”, valoró.

“Tenemos una forma muy diferente de vivir el automovilismo, pero seguimos competitivos, a la altura y, cada tanto, les damos algún susto. Creo que todavía se puede y, si tenés un año donde no pasan cosas malas, podés llegar al final con pretenciones”, argumentó.

¿Última con el Onix?

La primera puesta en pista del nuevo Toyota Etios, con su hermano Diego al volante, en el Autódromo de Viedma días atrás, ¿supone finalmente el adiós al Chevrolet Onix?

“Nos comentaron que pueden haber cambios reglamentarios importantes para el año que viene; no tanto en marcas, sino algo general para todos. Están hablando de poner un limitador de 8,500 vueltas al motor. Y si ese cambio tan grande se produce, habrá que evaluar y ver qué conviene. Si el nuevo reglamento empareja y termina favoreciendo al Chevrolet, no podemos obviarlo y claramente deberíamos esperar para poner en pista al Toyota”, especificó Seba.

“Eso nos pondría a laburar desde cero con todo, ya que nuestros elementos dejarían de servir. Pero la decisión es subirnos al Etios, y más después de la puesta en pista que hizo Diego y los datos que nos trajimos, que fueron muy buenos. Si mejoramos un poco más los motores, sin dudas afrontamos el campeonato que viene con ese nuevo auto”, contó.

—Además que Diego se dé el gusto, también importaba esa cuestión...

—Sí, por supuesto. Queríamos disfrutar el fin de semana en familia y con los dos autos en pista, que, por suerte, lo conseguimos. Ambos terminamos la final y pudimos dar un paso importante para iniciar el desarrollo del Toyota.

“Doblando va realmente muy bien, incluso mejor que el Onix. Comparamos los datos con otros autos de punta y el chasis estaba muy a la altura. Es muy fácil y cómodo de manejar, pero nos faltaba un poco de potencia. Mejorando en eso, no tengo dudas que peleará en la punta”, cerró.