Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

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Los campeones U17: "Algunos cobran en euros y otros pagan la cuota para jugar", comparó el DT Mauro Polla

Argentina se quedó con el Sudamericano, con participación de dos bahienses: el entrenador y Albano Costa.

El plantel campeón. Fotos: FIBA.

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

 

El entrenador Mauro Polla sumó otro torneo internacional al frente de la Selección argentina, que tuvo en el plantel a un bahiense: Albano Costa.

En este caso, la albiceleste consiguió el oro en el Sudamericano U17 que se disputó en Valledupar (Colombia).

“Fueron todas sensaciones y emociones muy positivas”, resumió el DT.

“Hubo muy buena preparación y energía por parte de los chicos, sobre todo -agregó- a la hora de entrenar, concentrar y preocuparse por armar el grupo, logrando algo muy compacto, lo cual pudieron llevarlo a la cancha, de menos a más”.

-¿Notás que es viable lograr algo compacto más allá de las diferentes competencias donde se están formando estos jugadores?

-Sí. Cuando llegan al Cenard se nota que quieren jugar con esta camiseta. Vienen chicos con realidades totalmente diferentes, algunos que cobran en euros y otros que pagan la cuota para jugar, chicos que están en el primer mundo y algunos que viven en ciudades pequeñas. Pero ellos están soñando con quedar entre los 12, compiten de muy buena forma para lograrlo y después lo trasladan al juego. Se nota la esencia de la camiseta.

-¿Ilusiona la talla de esta camada?

-Hay chicos con talla que por características físicas y técnicas tienen mucho más por desarrollar. Después se verá cómo trabajan ellos y de qué manera trabajan con ellos para ver si se potencian. En muchos casos está la talla, las condiciones y la llama encendida, eso es imprescindible.

-¿De los lugares de los que provienen no todos le apuntan a lo mismo con el jugador?

-No, hay chicos que todavía están muy verdes físicamente y algunos, en esta Selección, que nunca habían tocado un gimnasio. Y otros que con 16 años llevan 3 o 4 años de gimnasio.

-¿Cómo lo manejan desde la Confederación?

-Primero se baja a manera de goteo una cierta educación de la vida que debe llevar el jugador que sueña con ser deportista, y lleva, quien lo necesite, un plan de gimnasio o técnico. Pero más allá de aconsejarlo, se le trata de brindar al jugador que sabemos que no trabaja dentro de una estructura adecuada a lo que necesita.

-¿Hay algún parámetro de cómo están individualmente según su procedencia?

-Los que están en Europa vienen todos muy bien laburados. Entre los de acá también hay chicos muy bien trabajados y algunos que no, desde lo físico sobre todo. La variabilidad más grande se ve en el trabajo físico y desde ese punto está todo muy cuantificado. Hay exámenes, pruebas, mediciones, test...

-¿Entendés que a esta edad es fundamental empezar a construir a partir del físico?

-Sí y mucho antes también. Con el staff de CABB estamos hablando de empezar a identificarlos desde los 12 años, y en el caso de los varones, cuando tengan su desarrollo hormonal ya estén acompañados de una memoria motriz más integral, y nadie está hablando de que se pongan a hacer pesas, sí de un trabajo acorde a la edad y el desarrollo.

-¿En lo específicamente táctico, pudieron empezar a construir una idea de juego que nace desde lo individual y se traslada a lo colectivo?

-Tenemos pautas de juego libre y demás, que los chicos ya van absorbiendo con distintos procesos, y lo están haciendo muy bien. En este proceso, quizá el equipo no corrió lo suficiente como pretendíamos. Pero es un equipo que tuvo cuatro de los cinco partidos cerrados, jugando más contra defensa zonal que individual. El primero fue Colombia y nos puso en problemas, un partido que teníamos por 20 en el primer tiempo lo cerramos ajustado, pero después, y lo que valoro es la comprensión de los chicos, todos nos siguieron marcando zona con distintas formaciones y pudimos desarrollarlas muy bien, terminando el torneo con muy buenas ofensivas. Y defensivamente planteamos diferentes acciones en los distintos juegos y los chicos asimilaron y ejecutaron a la perfección. Terminamos haciendo nuestro mejor juego en la final, sobre todo defensivamente.

-A diferencia de lo que marca gran parte de la historia, el equipo predominó en talla respecto de los rivales.

-Sí, salvo Brasil, éramos el equipo más alto, y le doy muchísimo valor, porque a esta edad los centímetros no te hacen ganar, todavía el interno de dos metros quizás te saca más diferencia que el de 2m10.

-Bueno, de alguna manera lo vivieron.

-Sí, claro. Y en algún momento para quebrar el juego tuvimos que bajar la talla y jugar con algún alero de cuatro para equiparar. Pero no fue el factor común del torneo. El equilibrio dependía de la decisión del cuerpo técnico, entre proyección de altura y realidad.

-Me imagino que no debe ser sencillo no caer en lo contradictorio en este sentido.

-No es fácil y, aparte, ese equilibrio no es lo mismo para vos que para mí, ni para un entrenador u otro, por más que todas sean personas muy capacitadas o no. En este caso, Mariano Marcos como coordinador tiene una cierta línea que vamos viendo entre el cuerpo técnico completo. Todos apuntamos a jugar con chicos de proyección, pero sabiendo que para que eso suceda tienen que clasificar al Premundial del próximo año y que le de mayor competencia. Fuimos con cinco internos, con algunos que tienen más proyección que realidad, otros de más actualidad que proyección y terminó siendo un equipo largo.

-Entiendo que en esta categoría la polifuncionalidad de varios jugadores alarga el equipo. ¿Es así?

-Sí, y el claro ejemplo es Albano Costa. Fue como tercer base.

-¿Qué le dio al equipo?

-Albano nos dio una polifuncionalidad que la tiene desde el torneo local y pudo llevarla a la Selección, ingresando como base. Desde el primer partido que sufrimos la lesión del base suplente Albano se hizo cargo de esa situación . Tuvo minutos, partidos con muchas decisiones ofensivas y gol, en otros partidos cumplió el rol de hacer jugar a los aleros y en la final defendió al mejor, sin dejarlo tocar la pelota. Un poco la charla previa con él, una vez que quedó entre los 12, fue intentar explotar esa polifuncionalidad no solamente en posiciones, sino también en roles. No queríamos de él un base de 20 tiros, porque ya los teníamos con Sucatzky y Díaz Giménez.

-¿A quién ves con mucha proyección?

-El caso de Felipe Minzer, que ya juega en ACB con 16 años. Es de esos jugadores que puede no estar tan bien un día, pero te llenó todas las casillas de juego y ocupa espacios. Hay muchísimas más cosas que no se ven de las que sí en su juego. Tiene una competencia innata que, en muchas oportunidades, me recordaron a Bolmaro.

-¿En lo personal, con mayor experiencia, disfrutaste un poco más este torneo?

-Sí. Más allá que el anterior fue un Mundial U19. Pero en este torneo no hubo ningún mal rato, porque el equipo no perdió, fue superior a los rivales y el grupo humano fue excelente. Y deportivamente volvió a ser una aventura espectacular, en preparación, ejecución, resultado y en la consecución de objetivos.