Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Sorgo: aunque no lo veamos, siempre está (¿también para el SOB?)

Las exportaciones se potenciaron con el reciente ingreso de China dentro de los mercados abastecidos por la Argentina. También suman las mejoras de las cotizaciones locales e internacionales y la introducción de híbridos óptimos.

Producción de sorgo en el SOB. / Fotos: Pool de Periodistas

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   Varios son los factores que aparecen en el horizonte y prometen un futuro promisorio para la producción de sorgo en la Argentina.

   Veamos cuáles son las razones:

—Las mejoras de las cotizaciones locales e internacionales le han brindado una mayor competitividad y es el soporte para la producción local.

—Las exportaciones locales se potenciaron con el ingreso de China dentro de los mercados abastecidos por la Argentina, aunque sea una historia relativamente reciente.

—Con un consumo interno constante, la exportación se erige como la principal dinamizadora de la gramínea argentina.

—A pesar de la ampliación de la superficie sembrada, la caída de rindes en un complejo contexto climático dejaría al país con una producción similar entre esta campaña y la anterior.

—Anexo: Las mejoras en términos productivos por la introducción de óptimos híbridos —provistos principalmente por empresas del sector—, y la detección temprana de plagas, enfermedades y malezas también brindan factores positivos que solidifican los cimientos del entramado productivo, dando lugar a un amplio espectro de crecimiento para las campañas venideras.

   Estas son las conclusiones publicadas por Emilce Terre, Alberto Lugones, Federico Di Yenno y Guido D’Angelo, en el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (CR).

   En la misma línea, Orlando Vellaz, gerente de Desarrollo de Nuseed, explicó las razones del incremento de superficie.

   “En los dos o tres últimos años, el área se duplicó de la mano de la demanda de China, que hizo incrementar los precios en el margen bruto para el productor quien, como se sabe, reacciona por rentabilidad”, dijo Orlando Vellaz, gerente de Desarrollo de Nuseed.

  “Estamos cerca del millón de hectáreas sembradas en la Argentina pero, además de ese crecimiento en cantidad, lo más notable es el incremento en calidad”, añadió.

   “Las nuevas hectáreas que se han ido incorporando en el país vienen de la mano de agricultores, que piensan en el sorgo como cultivo para grano, en base a la rentabilidad y no tanto para hacienda, como era años atrás”, explicó.

“Además del crecimiento en cantidad de sorgo, lo más notable es el incremento en calidad”, dijo Vellaz.

   Este es el panorama global del sorgo en la Argentina, particularmente para el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, donde siempre ha tenido una cabida importante; en especial, el forrajero por la demanda ganadera.

   “Hace muchos años, la zona cercana a Bahía Blanca era muy sorguera pero luego, siempre por cuestiones comerciales pero no del cultivo, fue reduciéndose”, añadió Vellaz, en diálogo con Pool de Periodistas.

   “Nosotros tenemos tecnología, de ciclo corto, adaptada al sudoeste bonaerense y al sur de la provincia de La Pampa. Ahora, si no tracciona la parte comercial es muy difícil crecer en cuanto a lo granífero”, comentó.

   La campaña de sorgo 2020/21 tuvo un excelente rendimiento, con 3,3 millones de toneladas, de las cuales se exportaron unas 2,2 M/T; esto es, el 67 %.

El incremento del consumo interno se genera —principalmente— por la mayor utilización dentro de la producción ganadera. 

   De acuerdo con la Bolsa de Comercio, la clave fue el fuerte empuje de la demanda externa y un considerable incremento en la superficie destinada a la gramínea, donde en buena parte de los casos el pulgón fue la mayor complicación del ciclo pasado.

   No obstante, se concluyó que el sorgo se muestra como un cultivo con siembra bien distribuida entre las provincias de la región centro, acumulando el 73 % de la superficie total entre las provincias de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires.

   El resto de las provincias que completan el área total se sitúa por debajo del 10 %, destacándose la participación de Chaco, con el 7 % del territorio nacional.

   Desde la Bolsa rosarina se consideró que la vara quedó elevada para el ciclo 2021/22, puesto que se dio una merma en la superficie implantada por las casi 500.000 hectáreas respecto al ciclo previo.

   Además, la fuerte sequía del verano se deriva en estimaciones de menor producción por caídas de rindes y de superficie.

   No obstante, debe aclararse que las condiciones naturales de este cultivo, que le dan una mayor resistencia ante sequía en comparación con otros cultivos de verano, amortiguaron los descensos en los rendimientos y, si se supone un nivel de recolección (área cosechada/sembrada) similar al promedio de las últimas cinco campañas, se concluye que, en promedio, la caída de los rindes se acercaría al 7,3 % respecto a la cosecha 2020/21, pasándose de 44,3 quintales por hectárea a 41,1 Q/H.

Las estimaciones preliminares de producción arrojan un total de 2,8 M/T de grano producido en el corriente ciclo. De esta cantidad, el 53,6 % del total será destinado a la exportación, mientras que el 46,4 % restante será para el consumo interno.

   Estos guarismos señalan un incremento del consumo interno, lo cual se genera —principalmente— por la mayor utilización dentro de la producción ganadera; es decir, para consumo animal. 

   En comparación con la campaña pasada, las exportaciones disminuyen su participación sobre la producción, aunque actualmente se lleva un buen nivel de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), teniendo en cuenta las toneladas que, se estima, se remitirán al exterior.

   En este sentido, si bien se tiene que, hasta este 23 de junio se han declarado poco más de un millón de toneladas de mercadería, implicando un descenso del orden de las 500.000 toneladas, se presenta una comercialización al exterior equivalente al 69 % de las exportaciones estimadas para el período 2021/22, cuando el año pasado se tenían DJVE equivalentes al 71,3 % de las exportaciones totales de la cosecha 2020/21. 

¿El potencial del puerto bahiense puede potenciar al sorgo?

   “Estoy convencido de que si hubiera compradores en el puerto de Bahía Blanca aparecerían hectáreas para sembrar sorgo en el sudoeste bonaerense; es lo que se necesita”, aseguró Orlando Vellaz.

   E insistió: “No es un problema agroecológico. El sorgo granífero se adapta perfectamente al sudoeste bonaerense y sería una herramienta más para mejorar los sistemas de producción, ya que el productor tendría variantes de siembra y podría diversificarse, con todos los beneficios que ello conlleva”.

   También se refirió a las exigencias de los mercados.

   “Debemos asegurar calidad de sorgo, a los chinos o al mercado que surja. La idea es mejorar lo que entregamos, porque el mundo está cada vez más competitivo y no debemos cometer errores del pasado”, comentó.

   “China nos compra a nosotros, pero también a los Estados Unidos, a Australia y, ahora, a Uruguay”, agregó.

   “¿La cercanía del puerto por los fletes? Es un desafío para la cadena. Estoy en Asagir (Asociación Argentina de Girasol) desde hace muchos años y en la comisión de sorgo de Maizar; es algo que planteamos en forma permanente”, dijo.

   “Tiene que haber un ensamble, una mejor comunicación entre las cadenas, entre los proveedores de productos o de insumos, o de sorgo o semillas, en este caso, y la industria y la gente que tienen que exportar. Ahora: Es siempre lo mismo: el huevo o la gallina”, sonrió Vellaz.