Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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La onda expansiva de la bomba de Carrió llegó hasta Bahía Blanca

La líder de la Coalición Cívica disparó contra sus socios de Juntos por el Cambio y agitó la interna. En nuestra ciudad, donde los lilitos pretenden competir por la intendencia, también se intensificaron las diferencias.

Andrés de Leo y Nidia Moirano. (Fotos: Municipio y La Nueva)

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   Pese a que todos los manuales recomiendan no interrumpir al adversario mientras se está equivocando, Lilita Carrió sacó por un momento del foco la crisis del Frente de Todos y sacudió la interna de Juntos por el Cambio.

   Su primera ráfaga de ametralladora tuvo lugar la noche en que Patricia Bullrich pasó por Bahía Blanca. Y uno de los principales apuntados por Carrió por presuntos manejos turbios con el peronismo fue Emilio Monzó, que tal como detalló La Nueva. la semana pasada se convirtió muy recientemente en uno de los principales cerebros de la exministra de Seguridad en su carrera presidencial.

   Por eso no extrañó que una de las primeras en responder haya sido la propia Bullrich. "Como presidenta del Pro no puedo ver con buenos ojos el espectáculo degradante de Elisa Carrió, al golpear a dirigentes de Juntos por el Cambio objetando sus conductas éticas. Y esto sin mirar la propia y la de sus aliados. Basta, Carrió", reclamó, para luego sugerir que las expresiones de la exdiputada tienen más que ver con mejorar sus posicionamientos dentro de la alianza que con una preocupación real por la transparencia.

   Lejos de arrepentirse, Carrió subió la apuesta tratando de imbéciles a quienes no comprendieron su mensaje y manifestando que "lo que causa escándalo es la verdad". Transparencia y verdad son las ideas platónicas absolutas que siempre buscó encarnar la titular de la Coalición Cívica (CC).

   Esta grieta dentro del principal espacio opositor del país provocó fuertes movimientos de cúpula pero también repercutió en otros niveles. El presidente de la CC bonaerense y potencial candidato a intendente de Bahía Blanca, Andrés de Leo, salió a bancar a su líder. "Decir la verdad es revolucionario", tuiteó, acompañando la frase con el hashtag #YoEstoyConLilita. Su equipo de trabajo, entre ellos los concejales Andrea Pace, Gonzalo Vélez y Carlos Antunes se pronunciaron en sentido similar.

   Una peculiaridad es que este nuevo capítulo de internas nacionales dio marco a un episodio de corte local que ocurrió dos días después y volvió a dejar a la vista ciertas desavenencias en el oficialismo municipal. En este caso, el tema que originó el cruce no tuvo que ver con una batalla ontológica sino que se trató de un cortocircuito en torno al proyecto para declarar a Bahía Blanca como ciudad Pet Friendly, para que bares y restaurantes acepten el ingreso de gente con sus mascotas a cambio de beneficios fiscales.

   Las diferencias en el bloque de Juntos en el Concejo Deliberante surgieron porque los integrantes de la Coalición Cívica sintieron, y no es la primera vez que lo manifiestan, que desde el Pro se envió un proyecto sin consenso previo, con el "agravante" de que aún se estaban discutiendo los detalles cuando --según afirman-- se los empezó a apurar desde los medios de comunicación. La ordenanza finalmente se aprobó la semana pasada, luego de dos meses de trabajo desde que el secretario general de la comuna Pablo Romera la presentó en público y envió a Sarmiento 12.

   "Los consensos se concretan en los ámbitos de debate y nunca por imposición a través de los medios", expresó en las redes De Leo, en modo Lilita, mientras felicitaba al concejal Vélez "por su firmeza" al impedir la aprobación a libro cerrado de la iniciativa. La diferencia con el proyecto original era que Vélez pedía especificar con mayor precisión la duración de las exenciones por adherir a la normativa, algo que según la comuna estaba debidamente explicado en la reglamentación.

   Existe un antecedente de la Coalición Cívica plantándose en el Concejo. En junio del año pasado los ediles que responden al senador provincial se negaron a firmar un despacho por el cual se iba a tratar un aumento en la tarifa de colectivos propuesto por el Municipio. "Habíamos pedido una semana más para analizarlo y no había pasado por la Comisión de Transporte. En las reuniones previas a la sesión ya habíamos planteado esa postura porque creíamos que algo tan sensible como esto requería de un análisis más pormenorizado", justificó, en aquel momento, Marisa Pignatelli.

   Es decir, ya van dos veces que los lilitos piden en público que el Pro no los tome como meros burócratas a su servicio. El mensaje por el boleto había sido para Fernando Compagnoni; el de las mascotas, para Romera.

A la izquierda, los concejales lilitos Vélez (de pie) y Antunes.

   Hasta aquí, lo anecdótico. Lo interesante de este asunto es que los socios menores de Juntos vienen dando señales de que no quieren ser llevados de la nariz por el Pro. En el caso del Concejo, la alianza oficialista cuenta con supremacía de 14 bancas sobre 24. No obstante, de ese total, 7 son ediles amarillos, 4 de la UCR y 3 de la CC. Esta última mitad, cada vez que puede, da señales de que no siempre está dispuesta a aceptar alegremente los pedidos del Ejecutivo y entonces muestra que, si lo desea, puede hacer valer sus votos y dejar al bloque sin mayoría automática.

   Pero el entredicho en la alianza tiene una veta más profunda: en distintos sectores hay una presunción de que el camino hacia 2023, si bien asoma muy favorable para Juntos por el Cambio en Bahía, no parece tan allanado como en ocasiones anteriores para el tridente dominante, conformado por los amarillos Nardelli-Moirano-Gay.

   El radicalismo, tras las elecciones legislativas 2021, siente que está en condiciones de competir; y los lilitos tienen en De Leo al único dirigente de esta zona que se sienta en la mesa nacional de Juntos. Le falta pelo, pero no mañas ni información privilegiada o contactos.

   Hoy, tanto él como Nidia Moirano aparecen como probables competidores el año próximo. La otra pata, llegado el caso, la deberá resolver el radicalismo. En un escenario de PASO, nadie parte como favorito obvio sino que dependerá de cómo queden alineados con las boletas nacionales.

   Dicho de manera muy simple: el que vaya colgado en la lista del mejor precandidato a presidente partirá con ventaja, por el peso que hasta ahora ha demostrado el arrastre en las listas de Cambiemos. Ningún nombre propio local asegura, por sí mismo, un torrente de votos. A diferencia de elecciones anteriores, el final está abierto.

Local partidario de Ritondo y Alvarez Porte.

   A propósito de radicales, tres apostillas. La primera es la apertura de un local de campaña en Las Heras al 100 que promueve las candidaturas del macrista Cristian Ritondo a gobernador y del expresidente del comité de la UCR bahiense Emiliano Alvarez Porte como intendente.

   Ritondo, otro de los apuntados por Carrió, quedó mal pisado en las últimas horas por una declaración de la jueza Sandra Arroyo Salgado, que dijo en La Nación+ que un alto funcionario del Ministerio de Seguridad durante la gestión de Ritondo, Marcelo D'Angelo, ahora es abogado de una banda de policías acusados de narcos, los cuales habrían cometido los delitos mientras el actual diputado gobernaba a la Bonaerense. Por si fuera poco, Salgado agregó que otro exfuncionario de esa cartera, Marcelo Rocchetti, asesora legalmente a un representante de futbolistas investigado por lavado de activos. María Eugenia Vidal, una de las que salió a reprochar a Carrió, aún no dijo nada sobre este tema.

   Por otro carril, Martín Salaberry avanza en sus reuniones de trabajo para llegar competitivo a las horas de definiciones de candidaturas. Crítico de la gestión Gay desde siempre, piensa poner el foco en la agenda productiva, en especial en temas vinculados con la economía del conocimiento, así como estudia un proyecto para bajar los sueldos de la planta política municipal. Un tópico de campaña que deberá disputar con De Leo, quien propuso que los concejos deliberantes fijen esos salarios de acuerdo con la realidad de cada distrito.

   El tercer punto es que la UCR convocó a elecciones internas para el 13 de noviembre. Tras unos controvertidos comicios en marzo de 2021 (la votación se debía hacer el año anterior pero se pospuso por la pandemia), en Bahía Blanca quedó como presidenta del comité Silvina Cabirón mientras que Alvarez Porte, su compañero de fórmula, terminó yéndose de la comisión directiva. Este fin de año volverá a ser movido en calle Donado.

   Por sobre todas las cosas, a nivel nacional, el radicalismo deberá decidir si se lanza a pelear por la presidencia o, tal como se comenta en los pasillos, posterga las aspiraciones de Facundo Manes y se conforma con ponerles los vices a las fórmulas que encabecen Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en las primarias.  

   De esa definición de la UCR central dependerá en gran medida lo que ocurra aquí abajo con los boinas blancas, que el año pasado tomaron coraje con la performance de Manes en la Provincia y, a nivel regional, con el triunfo sobre el Pro en la Sexta Sección. ¿Podrán aprovechar ese envión o un arrugue en la cúpula los obligará a negociar otra vez desde un segundo plano?

   Una vez que pase la espuma del Mundial de Fútbol, quienes realmente aspiren a competir deberán empezar a trabajar de lleno en la precampaña. Y Juntos, al margen de nombres y mediciones, necesitará plantear con toda claridad un plan de gobierno, una hoja de ruta, un conjunto de medidas que tracen el horizonte común por si le toca regresar al poder en Nación y Provincia. Sin ese programa, quedarán reducidos a una mera construcción electoralista. Y ya se sabe cómo terminan esas experiencias.