Joaquín Volpe: "Sé que no gané ni saqué ventaja por la compresión del motor"

Redacción de La Nueva.

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Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com

   La amargura es inevitable. Pero la satisfacción gana la pulseada de sentimientos en la mente del bahiense Joaquín Volpe, luego de su protagonismo excluyente el pasado fin de semana en Toay (La Pampa), en su vuelta a la competición en la quinta fecha del Turismo Pista.

   El simbronazo final, luego del revés técnico que le quitó de las manos el logro más preciado para todo piloto, no empaña lo hecho durante la programación competitiva, como así tampoco los trabajos a contrareloj para poner en pista el Ford Fiesta Kinetic 0 km.

   “Veo el vaso totalmente lleno, porque sé que no gané por la compresión y que no saqué ventaja de eso. El jueves de la semana anterior el auto estaba pelado y el equipo laburó tres días seguidos hasta las 3 am para terminar de armarlo. El viernes se lo tiró en pista y era un misil, y el sábado gané la serie más rápida. ¡Una locura!”, sostuvo el bahiense, ganador en pista de la final de la Clase 3.

   “Si bien era nuevo, había mucha confianza en el auto. El viernes, después de los entrenamientos, me bajé y le dije a mi viejo que era el auto de carreras más rápido de mi vida. No pude demostrarlo en clasificación, pero en la serie hice un carrerón y resultó la más rápida. Eso me dio un empujón anímico enorme. Y qué decir de la final, fue una carrera impresionante. Estoy seguro que iremos a San Nicolás igual de competitivos y con grandes chances de ganar”, agregó Joaco, ausente en la pasada carrera tras destruir su anterior unidad en Concordia.

   —¿Qué pasó en la técnica?

   —Midieron la compresión del motor y no pasó por 0.1 centímetros cúbicos de diferencia de lo reglamentario. Imaginate que recién 0.3 de diferencia puede llegar a hacer un caballo de potencia. Y es imposible que un cilindro dé 10.6 y otro 10.5, como dio en la medición, porque habría un centímetro entre uno y otro, y ningún motorista podría lograrlo. Todos tienen que estar a la misma altura.

   “Cuando llegamos a la técnica fueron derecho a la compresión. Sabían que días antes de la carrera habíamos medido los motores en el taller. Y mirá que hay carreras que ni miden eso, pero creo que fue un poco apuntado a (Rubén) Guerini, nuestro motorista. Ponele que en el armado final algo que no quedó bien, pero él siempre lo mide, incluso con un líquido que siempre es más fiable que la máquina. Pero bueno, en el reglamento se dice otra cosa”, detalló Joaco.

   A dar vuelta la página y pensar en lo que viene. En condiciones normales, el nacimiento de un auto conlleva tiempo, y unas cuantas competencias, de desarrollo; algo que, como se vio en Toay, parecería ser asignatura aprobada. Será cuestión de esperar e ir por la revancha a San Nicolás.

   “Estuve dos meses parado y volví en un circuito que no conocía y con un auto totalmente nuevo. Pasó el fin de semana y no se cayó ni una rueda, solo hubo un temita de frenos el viernes que se solucionó rápidamente. Y el domingo el auto fue un avión, nunca en mi vida manejé algo tan rápido”, agregó Joaco, el principal referente de Bahía y la región en la especialidad.

   Al respecto, ante la gran concurrencia de representantes locales, Volpe destacó, especialmente, lo hecho en tan poco tiempo por el J2 Touring Car, el equipo bahiense que, en un puñado de competencias, ya se hizo notar.

   “No me creo un referente pero tal vez lo sea por todos los años que llevo en la categoría. Pero Eloy (Huarte) anduvo muy bien; de hecho largó primero en la serie el sábado y anteriormente ya había sido protagonista. Estoy seguro que, más allá de lo competitivo que es el Turismo Pista y que resulta todo nuevo, podrán estar a la altura. No hay dudas que Bahía Blanca tiene un enorme potencial en el automovilismo zonal y nacional”, cerró.