Un edificio centenario. en Chiclana y Donado
Con un siglo de uso, el edificio sigue sirviendo a sus necesidades originales.
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Mario Minervino / mminervino@lanueva
Hace cien años, en junio de 1922, inauguró sus nuevas dependencias el banco Anglo Sudamericano, en el sobrio y elegante edificio de Donado y Chiclana, un inmueble que hasta la fecha siguen funcionando como entidad bancaria.
La monumental obra dejaba en claro el progreso de esta institución de capitales ingleses que comenzó a operar en 1904 con el nombre de Banco de Tarapacá y Londres, ocupando un atractivo edificio en Chiclana 172.
La necesidad de disponer de más espacio y comodidad llevó a la construcción de una nueva obra, con un diseño de "lineamientos severos", con un aspecto de "elegancia y solidez" inspirado en modelos clásicos griegos, readaptados de acuerdo al renacimiento italiano, de modo de brindar una sensación de seguridad y seriedad en el manejo de las finanzas.
La obra estaba preparada para recibir ampliaciones, de modo que podía sumar hasta tres pisos más. Por otra parte, la entidad adquirió el terreno vecino, sobre Donado.
La construcción estuvo a cargo de la firma local Pedro Cabré Salvat, con un proyecto elaborado por la empresa Fredk. Sage y Cía, con casa central en Londres. La planta baja estaba destinada a las operaciones bancarias, gerencia y dependencias de los empleados. En la planta alta se ubicaban las habitaciones del gerente y su familia.
El Anglo operó en el lugar durante 15 años. En 1937 se trasladó, luego de fusionarse con el Banco de Londres y Río de la Plata, al edificio de Alsina y Chiclana. El edificio de Donado y Chiclana lo ocupó un tiempo un organismo provincial y en 1943 recuperó su destino bancario, ocupado por el Banco de Italia. En 1987 se convirtió en sede de la Banca Nazionale del Lavoro y desde 2006 funciona en el lugar el HSBC. Es uno de los ejemplos de arquitectura bancaria más relevantes que cuenta la ciudad.