Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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"Cuando miro la medalla es como que veo una mini película de mi vida", contó Valentina Costa Biondi

La bahiense subcampeona olímpica con Las Leonas dio sus sensaciones luego de Tokio 2020 en un extenso mano a mano con La Nueva.

Emoción pura: Valentina se abraza a Rocío Sánchez Moccia. Foto: Martín Waichman.

Por Mikel Iñurrategui / minurrategui@lanueva.com

 

   En el 2010 Valentina Costa Biondi le dijo a su familia que no quería fiesta de 15, que ella prefería irse a Rosario.

   ¿A qué?

   A ver el Mundial de hockey. A ver a Las Leonas.

   Más de una década después, la nena que soñaba desde Villa Rosas con ponerse la camiseta de la selección argentina es la primera mujer bahiense en traer una medalla olímpica a la ciudad, tras conseguir el segundo puesto en Tokio 2020 con esas mismas Leonas.

   “Cuando estaba en la tribuna alentando en Rosario, el equipo transmitía algo increíble que te daban ganas de agarrar el palo y meterte adentro de la cancha a jugar al hockey y darle para adelante con ellas. Ver como le metían garra, sacrificio o se tiraban por una bocha o como lloraban de alegría... te hacían llegar todo eso. Creo que viene más por ese lado el legado y la historia que tienen Las Leonas y todo lo que conlleva ese nombre”, le contó Valentina a La Nueva. mientras transita los primeros días de cuarentena en Buenas Aires.

De la incertidumbre a la esperanza: la olimpiada más corta y el milagro nacional

   Hace apenas unas horas, Las Leonas consiguieron la medalla de plata en la capital japonesa y se subieron por quinta vez al podio olímpico en las últimas seis presentaciones.

   Un legado de logros y valores que trascendió y trasciende generaciones. Y que además cambió la historia de la disciplina en todo el país. Un legado del que también es parte Valentina.

   —¿Vas cayendo un poco de todo lo que te tocó vivir?

   —No sé, a mí me tiraron y estoy en caída libre, no sé si en algún momento voy a caer de lo que conseguimos. Habrá que ir cayendo de a poquito. De a poco vas tomando dimensión de lo que se logró a nivel nacional. Porque Las Leonas por ahí nos tienen mal acostumbradas que siempre están arriba del podio y uno como que lo naturaliza eso, pero primero no cualquiera va a un Juego Olímpico y menos gana una medalla. Es muy loco.

Las Leonas medallistas en Tokio 2020.
 

   —¿Cómo se hace para que ese legado de Las Leonas sea una motivación y no se transforme en presión o exigencia desmedida?

   —Desde que nos fuimos al torneo, que primero fuimos unos días a España, desde ese momento fuimos viviendo el día a día y pensando solo eso. Creo que eso nos ayudó mucho a no tener esa presión de tener que ir a ganar una medalla. Si bien uno tiene ese anhelo y sueña con jugar una final o meterse en el podio, ir día a día nos ayudó bastante para no presionarnos y poder disfrutar. Igualmente cada una sabía lo que conlleva ser Leona y el valor que tiene ese legado y esa historia. Poder haber logrado esa medalla le da más valor a todo eso.

   —¿Qué te pasa cuando ves la medalla?

  —Justo en la final no me tocó jugar y tuve el honor de que la medalla me la entregue una compañera la medalla (Agostina Alonso). Cuesta llevarla porque es pesada, así como costó obtenerla, cuesta llevarla. Cada tanto la agarro, la miro... el primer día dormí con ella más o menos, para caer un poco pero cuesta, cuesta caer.

   —¿Qué simboliza esa medalla para vos?

   —En el momento en el que la agarro, la miro y se me hace como una mini película de mi vida, con los lindos momentos y con los no tan lindos que a uno le toca pasar y vivir. Y ahí pensás: ¡pucha valió la pena tanto esfuerzo, tanto sacrificio! Se hizo esperar el fruto pero la verdad que valió la pena. Es una felicidad inmensa, es un estado puro de alegría constante.

Valentina y esa medalla tan soñada.
 

 

Un sueño interminable

   Con su participación en Tokio, Valentina se transformó en la primera bahiense en disputar la cita máxima de la disciplina, tras las participaciones mundialistas de las montehermoseñas Giselle Juárez (La Haya 2014) y la bahiense Bianca Donati (Londres 2018).

   Además, la exjugadora Atlético Monte Hermoso se convirtió en el sexto deportista bahiense en logar un medalla olímpica, entre los 16 que lograron disputar un Juego Olímpico.

   —¿Cómo se vive lo extradeportivo, el día a día en la Villa Olímpica?

   —En la Villa se puede hacer de todo. Con el tema del COVID nos teníamos que cuidar muchísimo, porque si llegaba a pasar algo perjudicabas a todo el equipo. Manteniendo los cuidados necesarios tratamos de disfrutar mucho. Encima para el que le gusta el deporte como a mí, es increíble. A mí me tocó estar del otro lado, de levantarme a las cinco de la mañana a mirar la tele por horas, pasar de eso a estar comiendo al lado de un tipo que tenía no sé cuantas medallas y cuatro Juegos Olímpicos era todo una locura. Estaba todo el tiempo googleando o viendo quién era cada uno para sacarme una foto. Me saqué fotos con Pau Gasol, (Luis) Scola, (Facundo) Campazzo... una locura. Con todos los que pude, me saqué foto.

   —Me imagino que llegaba un momento que apagabas todo y te ibas a dormir, ¿Qué se piensa ahí, estando en una Villa Olímpica a horas de jugar por una medalla?

   —No sabes qué pensar. Es una ansiedad constante. Dejas el celular, dejas todo y decís me voy a dormir y al rato te das cuenta que es imposible. Como dormíamos de a dos, le preguntas a tu compañera si puede dormir y está en la misma que vos. Te terminas durmiendo a cualquier hora, pasada de vueltas. Pero es eso lo que genera. Es como que estás viviendo un sueño con los ojos abiertos todo el día. Estas haciendo algo que anhelaste toda la vida.

   —¿Qué te sorprendió de todo lo que viviste?

   —Me sorprendió mucho el lugar, que los japoneses son muy serviciales, muy respetuosos y súper educados. De los Juegos el día a día. Siempre iba viviendo algo diferente que me hacía pensar que yo eso antes lo veía por la tele. Todas las cosas que había por detrás de un partido, las cábalas, los rituales, o cosas en la Villa que por la tele no las entendías y estando ahí decís: ¡Ah, era esto! Te vas sorprendiendo de todo. Yo trataba de estar en todos lados, quería mostrarles algo por WhatsApp a mis amigas pero a la vez quería estar ahí sacándome la foto. Quería estar en todos lados, quería repartirme y no podía. Era increíble todo. Yo decía estoy en un cumpleañito (sic.) como que no caía.

   —Como siempre, la gente se fue prendiendo mucho con el equipo, ¿Cómo se vive ese apoyo a la distancia?

   —Toda esa energía de ese apoyo constante, te juro que se siente. Mucha gente me decía que transmitíamos mucha garra o pasión y creo que eso llevaba a que se levanten y nos siga aunque tuvieran que pasar de largo o madrugar para ver el partido. Creo que eso era recíproco, por lo que transmitíamos nosotras y lo que nos llegaba. Era algo mutuo que nos ayudaba a todos los días a seguir metiéndole para dejar a Argentina en lo más alto.

   —¿Y con la familia y las amigas, cómo lo viviste?

   —Uno cuando está feliz quiere compartirlo con sus seres queridos, las personas que están siempre. Ellos están mas chochos que yo todavía. Me pedían que les muestre cosas pero a veces les tenía que cortar para poder disfrutar yo el momento para después poder contárselo a ellos. Toda la gente que me acompañó a mi en todo este trayecto y recorrido que yo un día decidí recorrer están muy felices. Mi familia me apoyó, mis amigas, mi pareja y toda la gente que está por detrás que uno a medida que va pasando el tiempo le va dando más importancia a esas personas. Cada una puso su granito de arena y me ha ayudado en diferentes cosas.

   Las Leonas comenzaron el torneo con una sorpresiva derrota ante Nueva Zelanda (por 3 a 0), de la que se repusieron con tres victorias consecutivas ante ante España (3 a 0), China (3 a 2) y Japón (2 a 1) para finalizar terceras en la fase de grupos tras perder ante Australia (2 a 0) en la última fecha.

   Luego, en los cruces, eliminaron a Alemania (por 3 a 0) e India (2 a 1) y cayeron en la final ante Países Bajos (3 a 1).

   —¿Cómo viviste el torneo, crees que fueron de menor a mayor por la falta de rodaje?

   —Sí, tal cual. Nos jugó en contra no haber tenido competencia en la previa. Solo tuvimos a principio de año con India y después esos amistosos en Europa. Los partidos te dan la posibilidad de ir midiendo al equipo y ajustando detalles. A lo largo del torneo eso quedó reflejado, el primer partido nos tocó perder con Nueva Zelanda que fue un golpe duro pero nos sirvió para darnos cuenta que teníamos que ser efectivas adentro del área y que teníamos que hacernos fuertes en los pequeños detalles. El equipo fue super de menor a mayor a lo largo del torneo y creo que lo culminamos con ese gran partido en cuartos, que nos sirvió para darnos cuenta para qué estábamos. En la final por ahí te gana un poco más la pasión, lo sanguíneo y perdés un poco más la paciencia para jugar.

De Villa Rosas al mundo

   Sofía Maccari, una histórica de Las Leonas y compañera de Valentina en San Fernando, fue una de las jugadoras del plantel que más activa estuvo en las redes sociales mostrando algunos de los increíbles momentos que vivió el plantel durante esos días en Tokio.

   Tras ganar la semifinal ante India y asegurar una nueva medalla, Maccari sumó a Valen a su transmisión en vivo y la llenó de elogios. Y entre ambas graficaron el camino recorrido por la bahiense hasta llegar a ser medallista olímpica.

   "De Villa Rosas, de Atlético Monte Hermoso, de la Intermedia de San Fernando al mundo", bromeó Valen.

   —¿Cuál crees que fue el momento clave de tu carrera que te hizo llegar hasta acá?

   —Si tengo que elegir una puntual no sé bien cual sería. Pero desde el día que me decidí venirme a Buenos Aires todos ellos (familiares y amistades) me apoyaron y creo que eso fue re importante. Después me ayudó mucho empezar a disfrutar más las cosas porque a veces uno quiere todo ya. Si bien me lo empecé a tomar todo más tranquila, después empecé a no disfrutar tanto porque me exigía demasiado, soy muy autoexigente y no los disfrutaba. Y cuando lo empecé a disfrutar es cuando uno realmente empieza estar mejor y eso se ve en la cancha y en la vida cotidiana. Creo que ahí está realmente el quiebre, en disfrutar las cosas más allá del resultado. Si uno lo disfruta, sea bueno o malo el resultado, te vas a quedar con esa sensación del disfrute.

Valen, abajo a la derecha, y algunas de Las Leonas durante uno de los primeros entrenamientos en Tokio.
 

   De Lucía Pereyra "la primera Leoncita bahiense" convocada en 2001, a Valentina, Bárbara Dichiara y Bianca Donati (quienes también formaron parte de este proceso del Seleccionado) pasaron y —posiblemente— pasarán muchísimas jugadoras de la Asociación Bahiense de Hockey por los combinado nacionales. Otro legado del que también lo toca ser parte.

   —¿Logras caer de que sos un espejo para muchas chicas y lo importante que es eso para ellas y el hockey de la ABH?

   —Sí, recibo muchos mensajes de gente de Bahía agradeciéndome o diciéndome que soy un ejemplo. Pero yo no tomo dimensión de eso. Yo sigo tomando como ejemplo a las que eran mis compañeras en Monte o acá mismo en San Fernando con muchas Leonas. Pero después me pongo a pensar un poco y así como Yiyo o Gaby o todas las que les tocó venir a distintas concentraciones, que nos allanaron un poco el camino para las que vinimos después como Bianca, Barbi Dichiara o yo, hoy nos toca agarrar esa posta a nosotras y allanar el camino a las que vienen atrás. Para que se den cuenta que si realmente se lo proponen se puede lograr. Que no tengan miedo y que aprovechen que mediante nosotras por ahí se ve reflejado eso que ellas sueñan. Que se animen a hacerlo, después puede salir bien o salir mal. O bien y después mal y después de nuevo bien, como me pasó a mí. No se tiene que rendir.

   Belén Succi, Noel Barrionuevo y Delfina Merino fueron campeonas del mundo en Rosario 2010, donde Valentina estuvo presente como hincha, y también medallistas en Tokio 2020, donde Costa Biondi ahora las disfrutó como compañeras.

   "La verdad que no tomo dimensión, pero en uno de los últimos partidos que me tocó jugar la agarré a Noe Barrionuevo y a (Belén) Succi y les dije que era un orgullo y un honor jugar con ellas. Y pensar que las fui a ver a Rosario... Son campeonas del mundo, un montón de medallas olímpicas, más de 300 partidos en Las Leonas. Una las tiene como referentes y es un honor compartir cancha con ellas y con todas las chicas, porque cada una tiene su mística diferente".

   "Pero la verdad que es una locura, miraba a Noe que tiene más de 300 partidos y casi 200 goles y decís '¡A la mierda hermana, tenés una trayectoria y una historia!' En el día a día uno lo naturaliza, no se da cuenta. Me pasaba cuando Yiyo o Gaby estaban en Las Leonas y venían a jugar con nosotros a Monte, uno no caía o lo tomaba natural", admitió Costa Biondi, quien tras respetar los siete días de aislamiento por haber regresado del exterior se sumará a su club para disputar el Torneo Metropolitano.

   "Me cuesta caer —agregó—, pero a medida que me va pasando el tiempo voy tratando de poner los pies sobre la tierra y disfrutar de todo lo que está pasando. Hace un ratito hablaba con mi vieja y mi viejo y me decían: '¡Qué linda medalla trajeron! Date cuenta de todo lo que lograste'. O mi hermano me decía '¿No te das cuenta que sos una bahiense que trajo una medalla, para Bahía, para Argentina? Y yo tipo... como que voy recolectando datos para después cuando me desconecto un poco caigo. Después que le respondí el mensaje a mi hermano me empecé a dar cuenta qué era algo importante.

   —Entonces... ¿valió la pena perderse la fiesta de 15 e irse para Rosario?

   —¡Más vale que valió la pena! Por ahí hay cosas que no se vuelven a vivir pero no me arrepiento para nada haber pedido ese viaje a Rosario.


Un breve repaso por su historia

    Valentina nació en nuestra ciudad el 13 de septiembre de 1995 y comenzó a jugar al hockey a los seis años.

   Luego de dar sus primeros pasos en Deportivo Whitense a los 12 pasó a Atlético Monte Hermoso, donde formó parte de la época dorada del club.

   Con el Atlético, Costa Biondi fue multicampeona a nivel local y regional y hasta llegó a ser subcampeona nacional en 2012.

   En el año 2015, siguió su carrera en San Fernando donde continúa hasta el presente disputando el Torneo Metropolitano.

   "Yo decido quedarme acá en Buenos Aires para jugar el Metropolitano, porque tengo un compromiso conmigo y también con el club. Sanfer fue uno de los clubes que me dio la posibilidad de estar acá y es parte importante de todo el proceso que me permitió estar en Las Leonas. Disfruto de jugar con ellas y quiero estar, me quedaré un tiempito más en Buenos Aires y prontito iré para Bahía", contó Valen.

   Pese a que se fue de Monte, siguió sumándose al equipo cada que vez que fue convocada a disputar un torneo nacional o regional. Tal como lo hiciera la última vez en 2019, cuando el albirrojo se consagró campeón del Argentino de Clubes "B" disputado en Mendoza.

Valen con la de Monte en el Campeonato Argentino de Clubes B de 2019.
 

   Ese compromiso demostrado con su querido club, también lo tuvo siempre con el seleccionado de la Asociación Bahiense de Hockey con el cual ostenta una marca histórica.

   Ya que Valentina estuvo presente en seis de los siete podios que consiguió Bahía  a nivel nacional, teniendo en cuenta todas las categorías:

   Con el Mayor consiguió dos terceros puestos en 2019 y 2018; también fue bronce con el Sub 21 en 2016; con el Sub 18 fue segunda en 2012; tercera otra vez en 2011 con el Sub 16 y con el Sub 18 en 2010.

Valentina y Hebelen Cornejo, en la redacción de La Nueva. en la previa al Campeonato Argentino de Sub 21, en 2016
 

   Con la celeste y blanca, Valentina debutó en febrero de 2013 -junto con la montehermoseña Bárbara Dichiara-, en un cotejo amistoso de un seleccionado Sub 18, frente a un combinado cordobés.

   Además, participó de la Copa Patagonia de nuestra ciudad con Las Leoncitas, en el 2016.

Valentina, junto con Bárbara Dichiara (Monte Hermoso) y las bahienses Bianca Donati y María Azul Rossetti, tras ganar al Copa Patagonia 2016 con Las Leoncitas.
 

   Con Las Leonas el estreno para Valen fue en febrero de 2019, ante Estados Unidos y en Córdoba por la FIH Pro League.

   Ya instalada definitivamente como parte del plantel albiceleste, también formó parte del equipo que consiguió la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y, además, se clasificó para Tokio 2020.