Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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Escenario político: sin liderazgos indiscutibles, cómo se ordenará Juntos por el Cambio

Es su primera elección luego de dejar los gobiernos nacional y provincial. Hay figuras de peso, pero nadie tiene ganada la conducción de cara a lo que viene. Los intendentes del Pro, incluido Gay, quieren mayor espacio en las decisiones en suelo bonaerense.

Bullrich, Macri, Larreta y Vidal por zoom.

Maximiliano Allica / [email protected]

   Confirmado el calendario electoral 2021, siempre que la pandemia lo permita, con PASO el 8 de agosto y generales el 24 de octubre, hay una fecha anterior que es el primer mojón relevante del año político. El sábado 19 de junio es el día de presentación de las listas. A más tardar ahí se sabrá con toda certeza quiénes conformarán las boletas de cada partido y también estarán despejadas las dudas de si habrá competencia interna en las principales coaliciones del país, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.

   Parece una fecha lejana, pero no lo es, en especial para el mayor espacio opositor del país. El peronismo tiene una conducción definida dentro de sus alianzas, el kirchnerismo, que funcionará como ordenador. Pero del otro lado los liderazgos son más brumosos y nadie va a ceder tan fácil.

   Ya fuera del gobierno, que es un estructurador natural, no está clara la manera en que se va a organizar la coalición entre el Pro, la UCR, la Coalición Cívica y el denominado peronismo republicano para enfrentar una elección que supone dos enormes desafíos. Primero, el propio resultado, que determinará la conformación del Congreso, las Legislaturas provinciales y los Concejos Deliberantes. Segundo, más importante aún, empezar a delinear los liderazgos de cara a 2023. 

   No es deseable llegar a los comicios ejecutivos con el peso de la conducción tan disperso: Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal, radicales como Mario Negri y Martín Lousteau o figuras que parecen demodé pero que siempre tallan como Elisa Carrió y Miguel Pichetto. ¿Quién manda?

   Por encuestas, Rodríguez Larreta es el mejor perfilado ante la gente para ponerse al frente de JxC, pero cuentan quienes merodean los círculos de poder que no tiene aún el reconocimiento interno, el de la política. Al menos hoy, el jefe de Gobierno porteño no está en capacidad de ser el gran ordenador, como lo fueron Macri a nivel nacional y Vidal en el provincial. 

   Juntos por el Cambio tiene la conducción y los objetivos en disputa. Y una muestra se vio en Bahía Blanca hace pocos días, en el encuentro de intendentes Pro.

   A Héctor Gay le tocó ser anfitrión de estas reuniones itinerantes que convocan a dirigentes de importancia en suelo bonaerense. Los intendentes Jorge Macri (Vicente López), Julio Garro (La Plata), Guillermo Montenegro (Mar del Plata) y Néstor Grindetti (Lanús) son algunos habitués.

   ¿Cuál es uno de los intereses del bloque? Que las decisiones sobre la Provincia se tomen en función de criterios acordados con los dirigentes que viven, caminan y gobiernan dentro de la Provincia. En otras palabras: que no sigan bajando armados prefabricados desde la Ciudad de Buenos Aires y se respete a quienes cuidan los porotos en el territorio.


Reciente reunión de intendentes Pro en Bahía.

   No cuestionan la posibilidad de que la cara principal de la lista para diputados nacionales de este año sea Vidal y tampoco pondrían mayores trabas a las pretensiones del vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, que comenzó a tantear el terreno de la General Paz para acá desde fines del año pasado. No es un mero problema de nombres sino de formas. Y también de metas: a los alcaldes, en especial a Jorge Macri, les gustaría que se empiece a trabajar en un perfil de candidato a la Gobernación que tenga arraigo provincial. 

   Sin importar color político, a la jurisdicción más grande del país hace rato que no la gobiernan funcionarios realmente bonaerenses. No lo fueron Daniel Scioli ni Vidal y no lo es Axel Kicillof. Si bien el certificado de nacimiento no alcanza para diseñar un buen proyecto de gobierno, también es verdad que es más difícil entender lo que no se conoce.

   ¿Será candidata Vidal este año? ¿Lo hará por la Provincia, donde el camino es más hostil pero puede apuntalarse como jefa indisputable de la oposición en el lugar donde electoralmente se cocina la Argentina? ¿O irá en la Ciudad, donde el triunfo está garantizado pero tiene que competir por el tope de boleta con Patricia Bullrich, es decir, el ala dura de la alianza? Por el momento, ni sí ni no ni blanco ni negro.

   Más aún, ¿puede la oposición prescindir de Vidal? Un dato, que no es una encuesta, pero tal vez sirva para graficar su relevancia: su aparición de hace unas horas afirmando que Cambiemos cometió errores fue una de las noticias que mejor rendimiento tuvo ayer en las redes. Probablemente no por la afirmación en sí, que no tiene nada de extraordinario, sino porque su figura mueve el aire como no cualquiera puede hacerlo.

   Rodríguez Larreta-Vidal son el eje dialoguista del Pro, Macri-Bullrich los halcones. Por si fuera poco, este año hay que atender desde un lugar de menor diferencia de jerarquías a los socios radicales y de la Coalición Cívica.

   ¿Por qué son relevantes estos ordenamientos, pensando en Bahía Blanca? Porque es muy probable que los caminos que tomen las conducciones centrales de cada espacio tengan su correlato a nivel local. Todavía es una etapa embrionaria, pero si el Pro expresa divisiones que generen corrientes internas, esa lógica se transferirá a las ciudades dando margen a diferentes alineamientos. Quizás sea improbable en el horizonte inmediato, pero es el destino inexorable de cualquier partido que crece. 

   Menos improbable para el futuro cercano es que la UCR baje un mandato de ir a primarias este año en todos los distritos donde haya un comité, con la premisa de discutir el liderazgo de la alianza. Lo mismo en la Coalición Cívica, aunque esta opción hoy suene a más bajo volumen. Al menos, en ambos sectores existen los amagues. 

   Dirigentes experimentados consideran que lo mejor es llegar a acuerdos y evitar la puja en las PASO. Tomando el caso del radicalismo, no faltan quienes observan como una buena señal el triunfo en la Provincia del diputado Maximiliano Abad, presidente del bloque de JxC en la Legislatura y de vínculos mucho más próximos con la cúpula del Pro que su rival, Gustavo Posse.

   La decisión de alentar primarias dentro de Juntos por el Cambio o tratar de socavarlas dependerá de las negociaciones entre las distintas fuerzas, lo cual también se puede medir en fechas límite. El 14 de junio las alianzas deben informar a la justicia electoral sus reglamentos. En comicios recientes, JxC había establecido que si dos líneas internas competían en primarias, por ejemplo en el tramo de concejales en un distrito como Bahía Blanca, la lista perdedora debía obtener un mínimo del 30% de los votos de la coalición para ubicar un candidato en el cuarto puesto de la boleta final.

   Si se mantuvieran este año esas reglas y el radicalismo pretendiera medirse contra el Pro, debería conseguir un piso de 23-25 mil votos para meter un candidato a concejal en el puesto 4 de la lista de octubre, con el riesgo de quedarse sin nada si está por debajo de esa cifra. En la última legislativa, de 2017, el acuerdo fue que la UCR tuviera los lugares 3 y 6 (Federico Tucat y Gabriela Schieda) y, en 2019, le dieron el 4 y el 9 (Silvina Cabirón y Antonio Mollo). Con esos parámetros sería demasiado desgaste ir a internas para tratar de obtener algo que, con un mínimo de negociación, ya está dado.

   En cambio si se establece como regla interna que las listas finales de octubre, luego de primarias, se conformen por algún sistema de reparto proporcional en función de la cantidad de votos de agosto, sin exigir pisos, se puede pensar que la idea de la coalición opositora es promover el uso de las PASO en todo el territorio bonaerense. Sería una forma concreta de saber en qué lugar está parado cada partido.

   En el radicalismo varios se ilusionan con una primaria de proyección nacional entre Vidal y Facundo Manes, quien coquetea cada vez más con una candidatura, en especial luego del triunfo de Abad, uno de cuyos principales laderos es el hermano del neurocientífico, Gastón Manes.

   En esa hipótesis, seguramente llegará la orden de la UCR de salir a defender la boleta en todos los distritos y nadie podrá negarse a armar listas propias que respalden a Manes. ¿Es el momento del partido centenario para dar esa disputa o todavía le falta músculo para chocar con los tanques del Pro? Las opiniones están divididas.


Alvarez Porte en el comité.

   En cuanto al resultado de la interna radical en Bahía, pese a que ganó con claridad la lista de Emiliano Alvarez Porte, los reglamentos partidarios indican que el aspirante a una reelección necesita el 55% de los votos para seguir al frente del comité. Como obtuvo alrededor del 50%, la presidencia quedaría en manos de su compañera de fórmula, Silvina Cabirón, y Alvarez Porte ocuparía el puesto de vocal primero. 

   La junta electoral de la Provincia deberá expedirse. En el entorno del subsecretario municipal de Seguridad inicialmente confiaban en que le darían la derecha para que siga como titular del partido, atendiendo el caudal de votos y "respetando la voluntad del afiliado". Pero con el correr de las horas se van amigando con la idea de que Cabirón presida.

   Hubo una declaración encriptada de Alvarez Porte el lunes, en LU2, donde dejó entrever que si le cerraban el acceso a la presidencia le abrirían la puerta a buscar una candidatura. Ante una pregunta por supuestos personalismos en la conducción del comité, dijo: "El proyecto no es personal, es colectivo. Si se tratara de proyectos personales por ahí sería más fácil no ser presidente y ser candidato a algo, que en definitiva a veces los presidentes no lo son".

   Hay que deconstruir la frase. Se podría leer: "Si no me dejan ser presidente, función por la cual no me correspondería aspirar este año a una candidatura, y me toca quedar como vocal tal como establece el reglamento interno, entonces voy a pelear uno de los lugares que tenga el radicalismo en las listas de Juntos por el Cambio". Es una opción.

   Desde el possismo local, con Patricia Piersigilli y Fernando Roig como caras visibles, interpretan que lo de Alvarez Porte el domingo fue una victoria pírrica. Ganó, pero no consiguió todo lo que quería, ni asegurarse la presidencia del partido ni ofrendarle un triunfo contundente en Bahía a Abad. Todavía no hay acuerdo sobre cuál fue el resultado final entre Abad y Posse en la ciudad, la única coincidencia es que fue muy parejo, con una leve luz en favor del diputado.

   También se mostró satisfecho por la performance de la línea possista el exconcejal Martín Salaberry, a quien se lo ve muy dispuesto a regresar al ruedo desde el radicalismo por un andarivel nada despreciable: alguien tiene que ser la cara de Lousteau a nivel local.

   La UCR busca volver a ser lo que fue. No parece su momento todavía, pero es una buena gimnasia mostrarse vivos.