Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Mayor Buratovich: cómo fue el regreso del pueblo al estado de cuarentena total

En los últimos 15 días se detectó una veintena de casos positivos de coronavirus entre empleados del parque eólico cercano y sus contactos. Esta semana la comuna de Villarino decidió aislar a la población por dos semanas. “Hay miedo”, reconocen los vecinos. 

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Hernán Guercio / Pablo Presti
Enviados especiales
Audionota: Guillermo Crisafulli (LU2)


   En Mayor Buratovich no anda un alma en la calle. O casi.

   Después de la confirmación de más de una veintena de casos positivos de coronavirus Covid-19 durante las últimas dos semanas, el día a día de esta población del sur del distrito de Villarino cambió por completo: el temor al contagio, tal vez a un nivel que no había alcanzado desde que se desató la pandemia, ganó las calles de golpe. 

   La enfermedad viral que viene poniendo en jaque a todo el planeta desde hace meses finalmente había llegado a un minúsculo punto de la provincia de Buenos Aires.


En los principales accesos a la localidad, hay fuerzas de seguridad y personal sanitario realizando controles.
 

   "La población tiene miedo. Muchos se habían relajado hasta que apareció el primer caso en el pueblo, pero hoy 'Burato' tiene miedo", cuentan los vecinos.

   Por si fuera poco, a mediados de esta semana el municipio de Villarino determinó que toda la localidad volviera a la primera fase del protocolo sanitario por pandemia. Sin vueltas y hasta, por lo menos, el 1 de junio próximo. En pocas palabras, otra vez a cumplir horarios a rajatabla, olvidarse de los paseos y salidas recreativos, y a salir sólo para comprar comida o remedios. Casi todos los comercios están cerrados, y los galpones de empaque, en plena temporada de cebolla, tuvieron que apurarse para despachar la producción ya vendida, porque debían cerrar.

   Hoy entrar en Mayor Buratovich no es fácil; al menos, no por las vías más utilizadas. En los dos accesos principales desde la ruta nacional 3 sur se agolpan personal municipal, policías, inspectores, enfermeros y efectivos de patrulla rural. Todos hacen guardia. 

 

Ya son 22 los contagiados por el brote en el parque eólico 

 

   Cada persona que quiere ingresar debe mostrar su permiso de circulación y el DNI. Y después someterse a un escaneo de temperatura corporal para verificar que no sea mayor a los 37,5ºC. Aún pasando todas las pruebas, hay que explicar para qué se quiere entrar en la localidad. 

   Los restantes accesos públicos están cerrados o clausurados, con vallas y cintas policiales. Quien quiere salir también debe presentar papeles en regla.

   Ya en el ejido urbano cuesta encontrar transeúntes en calles donde normalmente circulan autos, bicicletas y gente. Quienes caminan lo hacen con la cabeza gacha y los pasos cortos y apurados, con el barbijo casi tapándole los ojos. 


Una postal del jueves. No hay nadie en la calle de Mayor Buratovich.
 

   Algún ciclista sin tapabocas ni casco cruza la plaza, es cierto, pero no se puede estar controlando constantemente cada punto del pueblo. “Estas cosas también dependen mucho de la propia responsabilidad”, no se cansan de repetir desde el municipio.

   Los rubros esenciales se encuentran habilitados para funcionar de 10 a 17. El cajero automático está habilitado hasta las 22; el delivery, hasta las 23. Todo negocio que no comercialice un insumo de primera necesidad deberá permanecer cerrado por un par de semanas más.

   “Tuvimos que tomar una medida prosanitaria que coarta a los sectores económicos -reconoce el subsecretario de Gobierno, Martín Ravanesi-. Muchos pequeños negocios que habían reabierto sus puertas apenas diez días atrás tuvieron que volver a cerrar. Pero el objetivo de todo esto es frenar al virus”.

   Lo mismo ocurre con el parque eólico Vientos del Secano, el foco del problema y el causante de que el número de casos positivos en Villarino haya dejado de ser cero. Allí, a  pocos kilómetros de Mayor Buratovich, solo queda una tranquera cerrada con candado y una mínima dotación de una empresa de seguridad privada. La obra de los aerogeneradores y la subestación eléctrica están detenidas, y todavía no hay una fecha clara para que todo arranque de nuevo.

 

En Villarino reconocen que no buscan saber quién tiene la culpa del brote. "Nadie quiere contagiarse a propósito".

 

   Mientras el resto de las localidades de Villarino siguen avanzando en la flexibilización de la cuarentena, en la comuna saben que cortar la circulación en una población es prácticamente imposible. Por lo bajo, los funcionarios reconocen que alcanzar un acatamiento que ronde el 80% sería todo un logro.

   “Esta decisión tenía condicionantes técnicos que apuntalaron nuestra medida. Es muy probable que la medida sea positiva, que se corte la circulación viral, y todos los vecinos se encuentren en una nueva etapa positiva de cuarentena, pero con muchos más cuidados, teniendo en cuenta el distanciamiento social y el uso constante de alcohol en gel y tapabocas”, advierte Ravanesi.


Martín Pacheco (izq.), Gonzalo Silva, Martín Ravanesi y Silvia Haure, del comité de crisis de Villarino.
 

   Según la secretaria de Salud, Silvia Haure, más allá de la decisión de volver a la fase 1 de cuarentena en esta localidad, no se puede prever qué es lo que ocurrirá en los próximos días.

   “Más allá de las medidas que uno tome, todo esto se resume a la responsabilidad individual. Y a veces es lo más difícil, porque tenemos que cambiar hábitos”, dice.

 

Un informe, ocho empresas  y una limpieza semanal

 

   Un informe municipal elevado al Concejo Deliberante de Villarino el 11 de mayo, al que tuvo acceso "La Nueva.", indica que el director del parque eólico Vientos del Secano, Lucas Troitino, había anunciado a principios de abril que se reanudarían las tareas en forma paulatina, con personal reducido, a un ritmo inferior al usual.

   A requerimiento de la comuna, la empresa contratista informó en los días posteriores qué personal estaría afectado a las labores, las empresas empleadoras, el lugar de hospedaje de todos y el protocolo sanitario a aplicar. Al 21 de abril, las empresas que estaban trabajando allí eran Tel3, Civilpro, Flexwind, Ventus, Ferrerira, Electrodocta, Securitas y Life Medical.

   El 8 de mayo se registraron los dos primeros casos positivos en el parque, tras lo cual se dictaminó el cierre preventivo de la obra por 14 días. Los trabajadores infectados trabajaban para Tel3 y Electrodocta.


El parque Vientos del Secano permanece cerrado, al menos hasta los primeros días de junio. Solo hay una dotación de la empresa de seguridad privada.
 

   Según se indicó desde la comuna, en una recorrida de obra se constató que el personal infectado por coronavirus se encontraba en un obrador apartado. Allí había un container -dispuesto a manera de oficina- exclusivo para su descanso y almuerzo, al que no ingresaban personas ajenas a la empresa contratista.

   El informe también señala que la empresa contratista realizaba la desinfección de los espacios comunes en forma constante -una vez por semana- mientras que diariamente se realizaban controles sanitarios.

   Por ahora, siempre que no aparezca ningún nuevo caso positivo en este ámbito o en la población, el parque eólico se encuentra con cierre preventivo por 14 días. 


Qué dice el protocolo de Envision, la dueña del parque eólico

 

   El protocolo de Higiene y Seguridad en la Emergencia Sanitaria del Covid-19, presentado por la empresa Envision al municipio de Villarino, señala que entre los objetivos se encontraban prevenir el contagio del Covid-19 entre el personal laborando en el proyecto Vientos del Secano y detectar en forma temprana los posibles casos sospechosos para evitar o mitigar el riesgo con la mayor eficiencia posible, asegurando el bienestar e integridad física de las personas que trabajan en el proyecto.

   El texto, al que pudo acceder en forma exclusiva “La Nueva.”, señala que -como en todos los casos- los trabajadores del parque deberán respetar un distanciamiento interpersonal de un metro; lavarse las manos con agua y jabón en forma frecuente; usar elementos de protección, como barbijo o mascarilla higiénica sin válvula, y alcohol en gel. También deberán ventilar su lugar de trabajo, y desinfectar los objetos y herramientas que utilicen.

   Además, señalaba que se determinaba el uso de mascarillas higiénicas en el parque. También se establecía un plan de funcionamiento diario del lugar, en el que se determinaba que los medios de transporte debían circular al 50% de su capacidad, la toma de temperatura corporal de todos los trabajadores, el establecimiento de turnos para el almuerzo y el incremento de las frecuencias de limpieza y desinfección, entre otras cuestiones.