Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Se cumplen 19 años del “Topo Gigio” que inmortalizó Riquelme

Fue una más de las tantas creaciones del 10 xeneize. Un festejo desafiante que quebró su relación con la dirigencia del club y aceleró su salida de Boca a principios de la década de 2000.

Fotos: NA

   No fue tan solo un grito de gol. Fue una escena emblemática. Un festejo que marcó una época. Un rito replicado en todo el mundo. Quizás una síntesis de lo que Juan Román Riquelme representa; talento, creatividad, rebeldía y agallas.

   Lo cierto que es que un 8 de abril como hoy pero del año 2001, con la Bombonera como escenario, se enfrentaron por la décima fecha del torneo Clausura el xeneize comandado por Carlos Bianchi y el River de Américo Rubén Gallego.

   En épocas donde el conjunto auriazul era una verdadera pesadilla para el Millonario, el resultado no generó demasiadas sorpresas: rotundo 3-0 en favor de los locales. Tampoco sorprendió que Román sea la figura excluyente del clásico, en aquél entonces, el 10 pasaba por un momento fantástico.

   Lo llamativo de aquella noche iba a comenzar a gestarse apenas pasado el minuto 70 de juego. Penal para Boca que ya ganaba 1-0 con un gran gol de Hugo Ibarra. Sin dudarlo, Riquelme tomó el balón y decidió rematar fuerte y cruzado. Franco Costanzo tapó pero no pudo contener, Román cabeceó y gol. Después Guillermo marcaría el tercero, pero a esa altura, igualmente, se hablaba de un solo tema.

   El 10, fiel a su estilo, planificó cada paso de ese festejo. Corrió hasta la mitad de la cancha, detuvo furiosamente su marcha, puso sus dos manos detrás de sus orejas y se mantuvo inmóvil en esa posición escuchando el alarido de la multitud. Su mirada desafiante apuntaba a un sector estratégico; el palco oficial, donde a excepción de Mauricio Macri, presidente del club en ese momento, estaba gran parte de la comisión directiva.

   La bronca del 10 hacia la CD del club estaba centrad en un pedido del futbolista; quería un reconocimiento de dinero importante, algo más de 2.000.000 de pesos o dólares --en aquél entonces eran exactamente lo mismo-- por los logros obtenidos. Recordemos que Boca venía de ganar tres torneos locales, dos Libertadores y una Intercontinental. Por entonces, su entorno aseguraba que la prima del 10 era igual a la de un juvenil del plantel: 240.000 pesos.

   Macri argumentó que el contrato firmado y vigente había sido acordado por ambas partes y no ameritaba modificaciones.

   Otro punto importante del conflicto se produjo cuando del lado del presidente circuló la versión de un adelanto de 500.000 dólares a favor del futbolista para que pueda comprase una casa. Dicho dinero figuraba como pérdida en el balance anual del club.

   "El festejo es para mi hija porque le encanta el Topo Gigio", fue la irónica respuesta ante la pregunta obligada sobre tamaño festejo. Lo cierto es que la relación entre la dirigencia y el jugador ya estaba absolutamente rota.

   Los 26 millones de dólares que el Barcelona pagó por su ficha, récord hasta ese momento para el fútbol argentino, más la decisión de Macri de anunciar un techo salarial inamovible para el plantel, aceleraron la salida del ídolo de la institución. Una partida que a esa altura, pese a tantos éxitos deportivos obtenidos ya tenía carácter de impostergable.