Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Coronel Suárez: investigan a una ex del trabajador rural asesinado

Los delincuentes que ultimaron a José Baier (58), durante un robo en un campo de Pueblo Santa María, le habrían dicho a los dueños del lugar que los enviaba una mujer. Creen que conocían a la víctima.

El homicidio en ocasión de robo se cometió en el campo San Luis, en Pueblo Santa María.

   Los asaltantes que asesinaron de un tiro al peón de un campo en Pueblo Santa María, y golpearon brutalmente a los dueños de la propiedad durante un intento de robo, tenían información previa de la víctima fatal porque, según manifestaron, los había enviado una expareja de él.
   Los delincuentes que hace dos semanas irrumpieron armados en el establecimiento rural San Luis y mataron a José Baier (58) sabían, además, que iban a asaltar el campo de los hermanos Antonia (99) y Pedro Pugliese (89), según confirmó una fuente del caso.
   “Hubo una data previa vinculada con dirigirse a un lugar en el medio de la ruta 85, porque sabían a qué campo iban. De hecho, cuando ingresaron a la vivienda les dijeron a los Pugliese 'matamos a Rulo y nos mandó... (nombraron a una mujer)', en alusión a una expareja de Baier”, afirmó el vocero.
   “Por eso se trabaja sobre la línea de los allegados que puedan aportar información sobre la vida de la víctima fatal y también de los hermanos Pugliese, pero todavía no surgió nada de interés para la investigación”, agregó.

 

Las cámaras

 

   Entre otras diligencias, la policía analiza imágenes captadas el día en que se cometió el delito, el domingo 25 de octubre, por cámaras de seguridad “aledañas y zonales”, aunque hasta ahora no se encontró registro fílmico de los malvivientes.
   El fiscal de homicidios Jorge Viego, a cargo de la causa, aguarda los resultados de pericias realizadas por la Policía Científica e informes sobre el análisis de imágenes grabadas por cámaras instaladas en una estación de servicio, emplazada a unos 700 metros en línea recta del predio de los Pugliese.
   “Actuaron al menos dos ladrones pero no se descarta la posible participación de un tercer delincuente, porque es muy poco probable que hayan llegado al campo caminando 15 kilómetros como mínimo desde Coronel Suárez y portando armas de fuego”, opinó el informante.


   Los responsables del sangriento episodio, consumado alrededor de las 21, aparentemente conocían el sitio donde iban a robar porque se desplazaron sin dificultad a pesar de la oscuridad de la noche, de acuerdo con estimaciones del investigador consultado.
   “Prueba de esto también es que hayan escapado por la inmensidad del campo, en un lugar inhóspito. Tenían una vía de escape prevista porque sabían perfectamente qué dirección tomar para darse a la fuga. Escaparon a campo traviesa, en dirección a las sierras”, precisó.

 

Sospecha desacreditada

 

   Para el investigador no es sospechoso que los autores del homicidio en ocasión de robo hayan podido huir a pie a campo traviesa, teniendo en cuenta que los policías intervinientes se movilizaban a bordo de patrulleros.
   “La fuga de los asaltantes se vio favorecida por la oscuridad y porque ese es un lugar con mucha maquinaria, alambrados y árboles, que impidieron la circulación de los móviles. Además el personal policial que concurrió ignoraba que adentro había una persona muerta”, indicó.
   Instantes previos se había producido un “intercambio de palabras” entre los malhechores y los funcionarios policiales. “Los asaltantes constantemente les decían que apagaran las luces de los móviles, pero los efectivos hicieron caso omiso”.
   Luego -dijo- los ladrones llevaron a Pedro al umbral de la puerta, utilizándolo como “escudo”, dispararon contra los uniformados y escaparon por los fondos de la finca.
   “Después sí hubo un despliegue policial, pero no quiero opinar sobre el accionar de la policía porque no me corresponde. Hay que estar en el lugar y en la situación”, consideró.
   Tras matar a Baier de un disparo en la zona de la garganta con una “escopeta tipo recortada calibre 16”, los asaltantes agredieron físicamente a las personas de avanzada edad y les exigieron la entrega de dólares que al parecer había en el inmueble, pero fugaron sin robar nada a raíz de la rápida intervención policial.
   La fuente consultada ignora si en el domicilio de los Pugliese había dinero en moneda estadounidense.
   Sobre el arma de fuego mencionada, el informante indicó que sería la misma que se observa en poder de los homicidas al momento de su huida.

 

El terror, en primera persona

 

   “Sigo muy nerviosa por lo que pasó; no entiendo cómo puede haber bestias como estas que nos atacaron. Me pegaron de una manera terrible a pesar de tener casi 100 años, entraron con un tiro y mataron a un trabajador, lo agarraron a mi hermano y le pegaron por todos lados”, relató Antonia.
   Agregó que “rompieron un vidrio y dispararon desde ahí, mataron a José y vinieron directo a pegarnos y a pedirnos la plata, todo el tiempo nos pedían dólares, que nosotros no tenemos en casa”.
   La mujer dejó bien en claro que no regresará a su establecimiento rural.
   “Esa gente va a volver, yo vivo con miedo, de noche me despierto temblando, cualquier ruido que siento pienso que es un tiro. Me acuerdo que al lado mío tiraron un tiro y dijeron que iban a matar a mi hermano”.


   “Hace 10 años nos habían robado, pero no eran personas tan violentas, ahora casi le rompen el hígado a mi hermano con un puñetazo”, concluyó Antonia.
   Pedro, por su parte, señaló que “desde hace 10 años esperamos justicia, pero no creo que llegue. Trabajamos toda la vida para tener una vejez tranquila y ahora no podemos vivir bien”.
   Las víctimas aseguraron no tener enemigos y se refirieron a la posible intervención de un “entregador con un dato erróneo”.

Mientras hablabapor teléfono

 

Llamada. Al momento del hecho Pedro Pugliese estaba hablando por teléfono con un amigo de Guaminí.

Aviso. El amigo, en un momento, escuchó el disparo a través de la comunicación y dio aviso a la policía de Carhué, que a su vez alertó a la fuerza suarense.

Residencia. Los investigadores no descartan que los atracadores vivan en el partido de Coronel Suárez, donde se ubican las instalaciones agrarias de la familia Pugliese.