Escenario político: reelecciones indefinidas, una batalla que Bahía mira de cerca
Por una ley de 2016, los intendentes y legisladores bonaerenses solo pueden tener dos mandatos consecutivos. Pero en todos los espacios políticos hay quienes pulsean para eliminar ese límite. Las proyecciones sobre nuestra ciudad.
Maximiliano Allica / [email protected]
"Hay que terminar con los políticos que se eternizan en el poder", dijo en 2016 el ahora presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa. Eran las vísperas del tratamiento en la Legislatura bonaerense del proyecto que limitaba a solo dos períodos consecutivos los cargos electivos en la provincia de Buenos Aires. Es decir, el fin a la reelección indefinida.
Massa, en tándem con la gobernadora María Eugenia Vidal, logró que ese año se convierta en ley la iniciativa que venía impulsando desde 2013. Y que hoy vuelve a correr riesgo, por el interés de decenas de intendentes, en especial del Conurbano, que no quieren saber nada con ese techo.
El momento para discutirlo, por parte de quienes pretenden derogar la norma, es ya mismo. Lo ideal es hacerlo antes de una elección legislativa y no de la ejecutiva de 2023, donde sonará más grosero el intento de perpetuarse.
Por estos días no se escuchó la voz del tiempista Massa sobre el tema. Es esperable que defienda, al menos en público, su posición de los últimos años.
La pregunta es si existen acuerdos para que diputados y senadores bonaerenses modifiquen la ley, que los afecta directamente porque la limitación de dos períodos también corre para los cargos legislativos, incluyendo concejales y consejeros escolares. Y acá existen dos factores clave. Uno de ellos, La Cámpora.
La agrupación que lidera Máximo Kirchner se encuentra con un dilema. Puede ser la principal beneficiada con el tope de dos mandatos, por su intención de disputar los principales lugares de poder en el Conurbano, pero salir a bancar la ley vigente con su tropa de legisladores chocaría con su posición histórica.
Para el camporismo, "el límite a las reelecciones no es otro que la voluntad del pueblo", según un editorial de 2016 en su página web institucional, que sentaba postura durante aquel debate.
Allí se pedía, en un palazo a Cambiemos y el massismo, evitar un "reduccionismo que responde más a una consigna de campaña electoral y posicionamiento mediático de los partidos cogobernantes que a una verdadera vocación de debate de cara a una real transformación política e institucional en la Provincia". Fuentes bien informadas agregan, como dato de color, que ese editorial se escribió en Bahía Blanca.
No obstante, el escenario cambió. En aquel momento, el de mayor solidez de la sociedad Vidal-Massa, la negativa de La Cámpora no alcanzó para detener la ley. Pero en el actual contexto sí tiene fuerza de árbitro para subir o bajar el pulgar. ¿Qué hará?
La respuesta aún no es evidente, aunque la idea de Máximo sería no tener que pagar el costo político de reponer la legislación anterior. ¿Que se ocupe Massa de resolver el “problema” que generó y desactive el reclamo? ¿Que los intendentes y legisladores de Juntos por el Cambio se hagan cargo de su viraje ahora que no quieren soltar la silla?
El proyecto de La Cámpora, esto no es un secreto, es Máximo presidente. Puede ser candidato en 2023, 2027 o 2031. Es joven (43 años) y no tiene urgencia. En cualquier caso, cada vez está más claro que las elecciones nacionales se ganan en el AMBA y ahí es donde necesita hacerse fuerte, y donde viene caminando casi a diario desde diciembre. Los barones del Conurbano pueden ser un obstáculo a remover.
El otro factor relevante en torno a la eventual modificación de la norma, más aún que el anterior, es el grupo de intendentes y legisladores de Juntos por el Cambio que en su momento se sumaron a la campaña en favor de los límites y hoy quieren girar en U. Más de la mitad de los 95 jefes comunales que no pueden renovar si no cambia la ley son de esa coalición.
Para la mayoría no va a ser fácil reconocerlo de manera abierta, aunque están trabajando en un acuerdo con colegas del FdT para tratar de modificar el actual estatus. Es un típico caso donde la conveniencia política crea lazos más fuertes que las posiciones partidarias. Ocurre más seguido de lo que parece.
¿Qué dirá Vidal, cuando los re-reeleccionistas salgan del clóset? En voz alta debería cuestionarlos, en especial si intentan voltear la ley por vía judicial planteando la inconstitucionalidad. Suena a recurso extremo, pero no es imposible.
En los pasillos, dirigentes muy experimentados de las principales coaliciones políticas no se ponen de acuerdo respecto de las chances reales de que la iniciativa de reinstaurar las reelecciones indefinidas prospere. Desde el peronismo local, uno de sus principales armadores le dice a La Nueva.: “Para mí claramente va a haber reelecciones, ya existe el acuerdo porque los más perjudicados en cuanto intendentes y bancas son los de Juntos por el Cambio”.
Otro legislador de amplia trayectoria, también del Frente de Todos, cree que la discusión se parece al intento re-reeleccionista de Carlos Menem en 1999 y que, al igual que en ese caso, no existe suficiente consenso político ni clima social favorable para que progrese la idea. “No veo que en la Legislatura estén los votos y no me imagino que Juntos por el Cambio pueda dar semejante voltereta. Aunque, claro, nunca se sabe”.
Uno de los observadores más agudos de JxC cree que el escenario todavía es difuso, pero los principales interesados deben apurarlo. “La discusión es fuerte por 2023, no por 2021. Pero si no logran destrabar el tema ahora, difícil que puedan más adelante. Y a esto agregale otro debate denso: ¿va a haber PASO? Sin primarias y sin re-reelección es muy complicado ordenar las listas”.
¿Cuál sería el impacto en Bahía Blanca de un cambio de criterios? Héctor Gay transita su segundo mandato y hoy no tiene opción a reelegir, por lo que se abre naturalmente el camino para quienes pretendan disputar la sucesión. Hay varios dirigentes de Juntos por el Cambio que pueden aspirar a ese lugar. Si bien el 2023 está políticamente muy lejos, la construcción de quienes quieran anotarse en la carrera tiene que empezar ahora.
En esa línea de largada es posible imaginar a los amarillos Adrián Jouglard, Pablo Romera o Nicolás Vitalini, así como al “lilito” Andrés de Leo o hasta el radical Emiliano Alvarez Porte, quizás el único que hoy por hoy se muestra públicamente con ganas de escalar posiciones frente a la voluntad popular.
Pero la posibilidad para Gay de aspirar a otro período aportaría un elemento nuevo. La postura del intendente bahiense sobre este tema hasta aquí no tuvo fisuras, apoyó el fin de las reelecciones indefinidas y no parece estar empujando para nada el carro de los jefes territoriales que buscan renovar in eternum.
No obstante, la política es dinámica. Si Juntos por el Cambio es una fuerza competitiva en 2023 va a necesitar a sus mejores candidatos en todas las líneas. Hay que ver quién mide más para ese momento. Aun si Gay no lo desea, un llamado de las altas esferas para pedir el “esfuerzo” de un mandato más es casi imposible de rechazar.
Sino que le pregunten al puntaltense Mariano Uset, que esperaba que lo releven de la responsabilidad de ir por un nuevo período en 2019 y sin embargo tuvo que competir. O al propio Gay, que no estaba convencido de ser el aspirante a la jefatura comunal en 2015 pero debió rendirse ante las encuestas que le mostraba la cúpula.
No por nada en política se hablar de “militar”. Cuando el comando central baja una orden, se la acata o se desafecta a quien no pone el cuerpo y, con él, a todo el entorno que no se quiera alinear.
Bonus track: un WhatsApp filoso
“Profecía autocumplida: volvió el Coprotur”. La ironía corre en el WhatsApp de los dirigentes locales del Frente de Todos.
Se refieren a las declaraciones de Gay en la campaña 2019, acerca de que su gobierno podía tener aciertos y errores, pero “acá no hay Coprotur, no hay Astilleros ni funcionarios que aprieten a los dueños de carritos del Parque”.
La reciente designación en el Municipio de Silvio Rauschenberger en un rol vinculado al Turismo y la Producción motivó el comentario. Rauschenberger era subsecretario de Coordinación del gobierno de Cristian Breitenstein durante el funcionamiento de aquel ente de promoción de actividades culturales que terminó en escándalo político por supuesto mal uso de fondos públicos.
Vale aclarar dos cosas. Una, el nuevo funcionario nunca estuvo imputado en la causa judicial, o sea que ni siquiera se le adjudicó la sospecha de alguna acción reñida con la ley penal; dos, más allá de la polémica pública, la Justicia no encontró irregularidades en el manejo de aquel organismo y archivó todas las actuaciones.