Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Walquiria junta tapitas para operarse del corazón y solo tiene un gran deseo

El martes cumple 12 años y todas las mañanas sale a juntar cartones y latitas con su mamá, pero cada vez que vuelve a su casa, algo les robaron. "No busco que nos regalen nada, pero alguien debe tener una casa para vendernos en muchas cuotas", se pregunta Walqui.

Mamá María y Walquiria, con las tapitas que le dona la gente. Fotos: Jano Rueda - La Nueva

Laura Gregorietti

lgregorietti@lanueva.com

 

   "Inocente, buena, tierna, agradecida con la vida, siempre con una sonrisa, educada. Esa nena es una regalo de la vida".

   Quienes la conocen, no dudan en definir a Walquiria de los Milagros Coustes, de 11 años -cumplirá 12 el martes 27- como una nena ejemplar y con un claro objetivo en su vida: conseguir una casa para vivir con su mamá María Luisa, de 52.

   "Lo que más quiero es un hogar porque acá nos hacen la vida imposible. Nos roban todo constantemente, por eso me gustaría saber si alguien tiene una casa que nosotras podamos pagar en cuotas, como si fuera un alquiler", se pregunta "Walqui", con la ingenuidad típica de una niña de su edad.

 

   Cuando nació Walquiria, María vivía todavía con el papá de sus hijos. El más grande tenía 14 -cumplió 15 en septiembre, un mes antes de nacer su hermana- y el 27 de octubre llegó por cesárea la "peque" de la familia, luego de un embarazo muy cuidado y con diversos monitoreos por un problema cardíaco que se gestó en el embarazo.

   "Ella estuvo siempre tan bendecida, desde que nació. Muy contenida, con sondita nasogástrica, intubada por el ombligo y en incubadora. Su diagnóstico: estenosis pulmonar valvular del ventrículo izquierdo. Era muy vivaz, a pesar de tener guantes en sus manitos, se sacaba las sondas, pero pronto comenzó a comer y a salir adelante. Con Walqui y mi hijo pasamos un montón de situaciones, una vida complicada que se agravó cuando me separé del papá de los chicos. Me enteré de que tenía otra mujer y más hijos y varias cosas más por lo que decimos seguir nuestra vida solos".

   Por ese tiempo, María trabajaba limpiando casas de familia y a Walquiria la cuidaba su hermano. Con el tiempo, consiguieron mudarse.

   "En esa casa nos cobraban un pequeño alquiler y como mi hijo ya era grande, empezó a hacer su vida y ya no podía cuidar a su hermana, por lo que comencé a salir a juntar cartones para sobrevivir. Gracias a Dios comenzamos a salir adelante y a mis hijos nunca les faltó un plato de comida. La gente nos empezó a ver por la calle y comenzaron a ayudarnos, porque ese es mi trabajo y la gente me respeta mucho. Gracias a eso a Walquiria nunca le faltó nada, cuando pidió para Navidad el bebote, se lo compré, también la tablet y la notebook, junté la plata y de a poco fue teniendo todo".

   Pero, en ese contexto de puro esfuerzo de María, cada vez que llegaba a su casa, algo le faltaba. Con los días le fueron robando la tablet, la notebook, la bicicleta y otras tantas cosas más.

   "Nos barretearon la puerta infinidad de veces, nos robaron todas las cosas de Walqui, inclusive los juguetes, los bebotes de cuando era chica y hasta el celular con WhatsApp con el que la nena mandaba las tareas al colegio. Juntaba pesito por pesito para que a ella ni en Navidad, Reyes o el Día del Niño le faltara un regalo", cuenta María entre lágrimas.

   Cuando Walquiria cumplió dos años, su mamá comenzó con una cruzada solidaria con el objetivo de que, llegado el momento de viajar para operar a su hija, no les faltara nada.

   "Desde que me dijeron de su problema cardíaco, comencé a juntar cartones y tapitas porque el Municipio, al momento de operar a Walqui se iba a borrar, como hace siempre. Me cansé de golpear puertas para conseguir una vivienda, un terreno, no pedía nada gratis, pero tampoco me escucharon. Yo solo quiero que mi hija tenga lo necesario para vivir en caso de que a mí me pasara algo", dice emociona.

   En plena pandemia, las puertas nunca se abrieron para ellas.

   "Gracias a Dios nunca nos faltó nada, porque cuando ni salir se podía los camiones de ayuda de la Municipalidad por acá nunca pasaban. Entonces tomé más conciencia de que con las tapas me iba a proveer yo misma de la ayuda que necesitaba, porque nadie me iba a dar una mano".

   Walquiria tiene estenosis pulmonar valvular del ventrículo izquierdo, la valvulita que oxigena la sangre y va del corazón al pulmón está semi tapada.

   "Con el correr del tiempo la válvula se fue destapando pero le tienen que mandar a hacer un stent, que no se lo pueden hacer porque las paredes del corazón son muy finitas y pueden hacerle más mal que bien, por lo que por ahora están esperando su evolución y el momento adecuado para intervenirla. Con la venta de las tapitas trataré de solventar los gastos de la permanencia en Buenos Aires".

   María tiene su economía organizada de manera tal que con la venta de las latitas de aluminio solventa el costo del alquiler y con los cartones la comida.

   "Gracias a Dios la gente nos ayuda un montón con ropa y mercadería. Ella come saludable, nunca le ha faltado un plato de carne en la mesa y sé que 'El de Arriba' me da fuerzas para salir adelante con mi hija".

   Entre los planes de cualquier madre figura el deseo de que los hijos puedan tener todo lo que necesiten para realizarse como personas de bien y sean felices.

   "Siempre le recomiendo que pase lo que pase, ella siga estudiando. Creo que la Base Naval Puerto Belgrano es el lugar ideal para continuar con su educación porque ahí le podrán dar todo lo necesario para salir adelante. Por ahora no tiene muy en claro qué carrera seguir, sí le gusta mucho la veterinaria y la medicina, pero es chica y no se ha decidido todavía. Yo quiero que sea feliz y mientras yo tenga fuerzas a ella no le faltará nada".

   En este momento una situación desvela a María y es la necesidad de buscar un lugar seguro donde vivir.

   "A Walqui ya le sacaron sus juguetes, una bici, la tablet, computadora, de todo. Como toda nena adolescente, quiere su habitación para ella sola, su espacio para poner sus cosas y me consta que no pide nada, se las rebusca para conseguir lo que quiere. Por ejemplo ahora está juntando papel blanco para vender, porque quiere comprarse unas zapatillas con luces y lentejuelas. De todos modos es una nena muy buena, que no hace problema por nada, y que a pesar de su problema de salud, hace vida normal, anda en bici, juega y patina. A la mañana, como no quiero dejarla sola en casa, viene conmigo a juntar cartones, tempranito, porque vamos juntas a todos lados", refirió.

   Mientras tanto, para el martes Walquiria ya recibió un regalo por adelantado. Luciana Andrade, dueña del negocio "Algo bonito" la vistió completa para el festejo: le regaló un par de crocs, una jumper de jean, una remera haciendo juego, ropa interior y hasta una caja con pulseritas.

Walquiria de estreno para su cumple

   Quien pueda colaborar con María y Walqui, podrá comunicarse al celular de Ana Inés Zanconi, 291-5776522, quien recolecta las cosas para llevarle.