Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Alberto no le suelta la mano a Kicillof

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   Tras una reunión fuera de agenda realizada a media mañana entre el presidente Alberto Fernández y el ministro de Hacienda, Martín Guzmán, una alta fuente de la Casa Rosada aseguró que la decisión "política" está tomada: la Nación no dejará que la provincia de Buenos Aires declare el default de su deuda con acreedores privados.

   "La respuesta rotunda es no, no vamos a soltarle la mano a Axel, la provincia no caerá en default y se van a reprogramar los pagos de los bonos que vencen el 26 (de este mes)", aseguró el vocero del sector presidencial ante una consulta puntual, luego que se dispararan los rumores tras la afirmación de Guzmán, refrendada horas después por Alberto, sobre que no habrá auxilio financiero a la provincia para saldar sus compromisos con los tenedores de bonos.

   Los voceros fueron más allá y aseguraron que el acuerdo para postergar el pago del bono por 275 millones de dólares que vence el 26 de enero "está concluido en un 75 por ciento" y será ofrecido a los acreedores por el ministro de Economía de la provincia, Pablo López, en las próximas horas y una vez que se hayan terminado de pulir los últimos detalles de la propuesta.

   Cerca del presidente fueron más allá en el intento por aventar cualquier rumor sobre supuestas rupturas entre la Casa Rosada y el Palacio Dardo Rocha y aseguraron que el análisis y posterior confección de a propuesta para patear hacia adelante el vencimiento del bono del 26 de enero "fue realizado en conjunto, coordinado por los ministros" Guzmán y López. También descontaron que en el medio de ese trabajo Fernández y Kicillof se comunicaron en varias oportunidades ayer y durante el fin de semana.

   La pregunta en los ambientes de la política sobre si lo que estaba ocurriendo con el no pago del bono del 26 de enero y la negativa del gobierno nacional a auxiliar a la provincia parecía configurar una clara decisión de la Casa Rosada de dejar que Buenos Aires caiga en default fue lo que disparó esta mañana aquella rotunda negativa.

   Tanto fue el celo puesto por los funcionarios nacionales, que el propio ministro Guzmán se apresuró a cruzar desde el Palacio de Hacienda hacia la Casa Rosada para entrevistarse con el presidente, a quien le presentaría los avances de la propuesta a los bonistas. Sin embargo, Alberto no estaba en la Casa Rosada y no tenía agendado ese encuentro. De allí que la reunión se demoró más de una hora hasta que finalmente Alberto y Guzmán se encontraron en el despacho presidencial para revisar el avance del acuerdo.

   Un funcionario del área presidencial que reporta al Jefe de Gabinete de Asesores, Juan Manuel Olmos, respondió a esa misma hora otra duda que flotaba en el ambiente y que había alimentado aquella versión de la posibilidad de un default de la deuda provincial. "El acuerdo para reprogramar los pagos está, ahora hay que llamar a los tenedores y esperar que lo acepten, solo en caso contrario se estirará el vencimiento unos meses, lo que no habilita de hecho a hablar de un default sino un diferimiento del vencimiento".

   Todo se disparó en las últimas horas luego de dos hechos puntuales que alimentaron la usina de rumores. Por un lado aquel primer aparentemente distanciamiento de la Casa Rosada sobre los problemas de Kicillof para conseguir que la Legislatura provincial le aprobara la ley de emergencia económica, y más acá en el tiempo el duro cruce entre Sergio Berni, que sólo reconoce a Cristina Fernández como su "única jefa política", y su par de Seguridad en la Nación, Sabina Frederic, y el propio Fernández.

   La reunión de esta mañana entre Fernández y Guzmán, y las llamadas que se cruzaron Fernández y Kicillof, en medio de las cuales se asegura que también intervino Cristina Fernández, recién regresada de su nuevo viaje a La Habana, habría logrado calmar los nervios y aventar las versiones sobre el presunto default.