Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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A 20 años del cero a cero más aburrido del deporte bahiense

Toda una curiosidad: Sociedad Sportiva y Universitario no abrieron el marcador en la final regional de 1999. La elección de la cancha. El factor climático. La perla del tercer tiempo. ¿Quién fue el campeón?

Fotos: Archivo La Nueva.

Por Ricardo Sbrana - rsbrana@lanueva.com

(Nota de la edición impresa)

   Los formadores dicen que el rugby es un deporte inclusivo, en el que para todos hay un rol según su perfil físico. Una diversidad que también se promueve desde las reglas. Por ejemplo, se puede ganar un partido gracias a un try (5), un penal (3), un drop (3) o una conversión (2). Vemos en ocasiones finales de partido en el orden de los 20, 30, 40 o 50 puntos en alguno de los equipos.

   En el rugby bahiense de mediados de los '50 -los inicios- este deporte era muy luchado. Rozaba lo violento. Partidos escasamente técnicos y sin grandes emociones para los que observaban. Eran frecuentes resultados tipo 9-3, 6-0, 3-3...

   Pero bastante más acá en el tiempo el historial entre Universitario-Sociedad Sportiva, clásico bahiense que el año pasado celebró 60 años de vigencia, ostenta un 0 a 0 para la historia.

   Fue en la última fecha del regional 1999. Palomas y Pirañas llegaron a ese partido con campañas idénticas y mismo puntaje. Y en medio de una rivalidad extrema, tenían que jugar la revancha del que había sido triunfo de Uni en la primera rueda (22-17, del 16 de junio). Aunque como en toda final, el pasado poco importó.

   A qué punto llegaría la rivalidad “de barrio” que no se pusieron de acuerdo en el día de disputa. Los demás participantes jugaron la última fecha el sábado 24 de julio. Sin embargo para el clásico un club pidió “sábado” y el otro “domingo”. Al final, la Unión de Rugby del Sur lo reprogramó para el sábado siguiente, 31 de julio.

“Viento y frío”

   Tarde soleada en La Carrindanga. Pero muy ventosa y fría. En rugby, el viento siempre es factor estratégico. Pero ese día los aperturas no pudieron convertir a los palos por las fuertes ráfagas: un intento para el local, dos en la visita. Nada de nada.

   “Hubo un viento tremendo que no permitió jugar. Además de que hacía mucho frío. Pero también recuerdo que habían llegado personalidades de UAR, creo que (Angel) Guastella y (Rodolfo) Michingo O'Reilly... Alguien importante para buscar gente para alguna selección del Interior. Y estábamos todos pendientes de mostrar nuestro mejor rugby. Y salió el peor partido que ví en mi vida”, recordó Atilio Giannoni, exhooker de Uni. Basta con mirar las fotos del clásico (ver la versión web) para verificar la vehemencia con la que se jugó.

   “Fue un día particularmente ventoso. Nosotros veníamos con la historia de ser multicampeones y Universitario quería ganarnos a toda costa. Se jugaba un rugby muy lento, era otra época. La batalla de los forwards fue dura e importante. Se dio un partido muy estático, jugado con los dientes apretados y siempre por el lado de los delanteros. Muy físico y con más ganas de pasar por arriba al rival que de jugar. Es muy extraño el resultado, pero producto de la fricción. En suma, fue una obra maestra del aburrimiento”, recordó Damián Salloum, hooker de Sportiva.

   Ese año Mariano Minnaard fue capitán de Universitario.

   “Imposible olvidar que hubo mucho, mucho viento... El (Alfredo) Ruso Köhler había errado un par de penales abajo de los palos (para Sportiva). Y nosotros no teníamos al pateador (NdR: Martín Natali) y las que tuvimos también las erramos por el viento”, dijo.

   “En un momento tuvimos un penal abajo de los palos, unos cinco metros corrido de la hache. Pero como veníamos errando, yo pedí scrum y lo perdimos... Si hubiéramos elegido patear y la metíamos, ganábamos... Fue un día horrible, de mal juego y mucho viento. No pudimos hacer puntos ni con los pies”, agregó el ex segunda línea.

   Lucio Mariani, ex segunda en Sportiva, coincidió con Giannoni al recordar la visita de los DT de UAR.

   “A ese partido vino, no sé por qué, (Angel) Papuchi Guastella. Se cagó de risa del rugby deslucido y violento que jugábamos. Y también Alex Avila, un entrenador de Pueyrredón de Buenos Aires y de juveniles en UAR. El partido fue un espanto: cerrado, deslucido, agresivo...”, recordó.

   Mismas sensaciones para Martín Horvath, exwing Paloma que consideró que aquella tarde, se sintió un espectador más.

   “Hubo un huracán en La Carrindanga. El partido fue mezquino, guerra de forwards y nada más. Los tres cuartos no tocamos la pelota. Diría que ni transpiramos. Fue el único cero a cero en rugby que escuché en mi vida...”, afirmó.

   Para Gerardo Cutrin buena parte de la suerte de Uni en el clásico estuvo dada por una baja clave.

   “La semana previa nos enteramos que Martín (Natali) no iba a poder jugar. Un problema de salud lo dejó afuera. Ese fue para nosotros un cambio importante en el equipo”, dijo el ex centro del Rojo.

   “Fue un día de mucho viento, difícil para jugar abierto... Si de por sí una final entre nosotros era más cerrada que cualquier otro partido, con el viento esa tarde se dificultó más el llevar a cabo un juego con más posibilidades de marcar”, agregó.

   “Hubo algunas patadas a los palos fallidas, que nos hubieran dado el triunfo. Pero recuerdo bien una del Ruso Köhler cerca del final. Pateó con el viento cruzado, la pelota hizo como una comba y pegó en el palo... Un partido aburrido para nosotros, los que jugamos de backs”, concluyó.

   En Las Palomas se lo perdió el tercera línea Juan Pedro Harriet -hoy vigente en el plantel superior que afronta el Torneo del Interior- quien en esa oportunidad se encontraba en Uruguay formando parte del combinado Barbarians de la URBA.

Así lo vivió el árbitro

   Santos Del Brío fue el árbitro de la final. Pertenecía a la Unión de Alto Valle y lo convocaron para la definición bahiense.

   “Antes del partido hablé con los capitanes y les propuse elegir alguna de las canchas. Porque si jugábamos en una, cada equipo tendría un tiempo el viento a favor. Jugar en la otra, era tenerlo cruzado. Eligieron esto último y creo que fue peor, porque ese día hubo un viento terrible. Se jugó sólo en una franja de 15 o 20 metros”, recordó Del Brío.

   Su mejor decisión: declararlos campeones a ambos, ya que la final no clasificaba a otro torneo.

   “Cuando fuimos al tercer tiempo aparecieron los jugadores de Sportiva con un enano de cerámica, que los de Universitario les habían enterrado en la cancha ja, ja... Y todos nos empezamos a reir. Creo que ese partido marcó un hito, porque las broncas y diferencias entre ellos eran muy grandes. Pero el tercer tiempo fue divertidísimo y creo que ahí empezó una mejor relación”, afirmó Del Brío.

Protagonistas

   Esta es la síntesis del partido, disputado en cancha de Sociedad Sportiva (La Carrindanga):

   Sportiva (0): Juan Robles, Damián Salloum (64m expulsado), Santiago Fidani (59m Martín Azpiroz); Claudio Grippo y Lucio Mariani (38m Pedro Lacana); Federico Robaina, Juan Manuel Doria (50m Raúl Rivas), Francisco Inchausti; Mariano Gutiérrez (capitán) y Alfredo Köhler; Martín Khoury (64m Gabriel Jurado) (74m Marcelo Constantino), Juan Cruz Rigal, Francisco Bermúdez, Martín Horvath; Diego Samuel. Entrenador, Fernando Azpiroz.

   Universitario (0): Sergio Bacasún (50m Eduardo Vera), Atilio Giannoni (70m Mauricio Scilingo), Cristian Fredda (58m Fabio Sauco); Diego Appignanesi y Mariano Minnaard; Javier Fernández, Ernesto Farías (75m Carlos Buscarini), Roberto Schmidt (38m Paulo Bodernea); Horacio Ocampo y Fernando Ramírez; Maximiliano D'Onofrio, Gerardo Cutrin, Javier Rodríguez; Jonatan Missora. Entrenadores: Néstor Vanzini, Guillermo Ruiz y Antonio Soriano.