Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Videojuegos: cómo ganar plata desde Bahía Blanca en una industria que no tiene techo

Algunas firmas locales ya se están subiendo a la ola de un negocio que mueve miles de millones de dólares en todo el mundo.

Fotos: Jano Rueda-La Nueva.

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

     Son el entretenimiento preferido de los adolescentes -y no tanto- pero también un fabuloso negocio a escala internacional: con una facturación que es más del doble que la del cine y la música consideradas en conjunto, la industria de los videojuegos no tiene un techo definido.

     Pero ¿es posible que aquello que para muchos padres es un verdadero dolor de cabeza pueda ser, a la vez, una lucrativa profesión para sus hijos?

      Si. Y no sólo eso. Se puede hacer desde Bahía Blanca.

     La frutilla del postre es que no solamente necesita de programadores, sino que, además, el desarrollo de un videojuego requiere de diseñadores gráficos, artistas, perfiles comerciales y financieros y, además, músicos.

     “Es una industria en dónde hay lugar para todos y el mercado es a escala global. Bahía Blanca tiene todo lo necesario y con una calidad de excelencia”, destaca el coordinador del Club de Emprendedores local, Martín Virdis.

     Agregó que el verdadero potencial de esta industria queda afuera del radar de los mayores, simplemente porque no saben de que se trata, ya que, extrañamente, pasa desapercibido para el ojo adulto.

     “Los ídolos de nuestros hijos no son más el jugador de fútbol o el actor de cine. Hoy concentran su atención el e-sporter (N de R: un jugador profesional de videjuegos) o el streamer (N de R: personas que a través de las redes sociales explican jugadas o comentan nuevos lanzamientos, por ejemplo), figuras que ni aparecen por la televisión”.

     “El mundo de la comunicación y el entretenimiento están cambiando a pasos agigantados y la industria del videojuego tiene un potencial enorme, aunque no se perciba”, explica Virdis.

     Las cifras dan cuenta de este auténtico fenómeno. El año pasado, 200 millones de personas de todo el mundo siguieron la final del Campeonato Mundial del League Of Legends, un juego  multijugador que contaba con alrededor de 3.000.000 de jugadores activos, según datos del mercado.

     En 2018, la final del Super Bowl de fútbol americano -el evento deportivo más convocante del mundo- apenas pasó los 100 millones de espectadores.
Made in Bahía

     Por increíble que parezca, algunos emprendedores locales ya están subidos a esta ola gigantesca de negocios, que proyecta una facturación de 152 mil millones de dólares para este año.

    Se trata de la pyme tecnológica bahiense Rookbird Games, que desarrolla y comercializa videojuegos a cinco países, entre ellos, EE.UU., el Reino Unido y Canadá.

     Lo mejor de todo es que sus dueños hace apenas un año y medio dieron vida a la firma, que, pese a su corta antigüedad, incrementó notablemente su facturación y su cartera de clientes.

    Tanto, que en sus oficinas del centro de nuestra ciudad cuenta con un plantel que va de 10 a 15 personas, dependiendo del proyecto.

     “Cuando empezamos fue un enorme desafío, porque no conocíamos nada. Poco a poco, nos fuimos metiendo y aprendiendo, a punto tal que hoy, hasta tiro ideas en la parte musical, además de ser el responsable de la comercialización. Mi socio se encarga de la programación”, señala Luciano Rizzo cofundador de Rookbird Games.

     Rookbird tiene hoy entre 6 y 8 proyectos de videojuegos de Canadá, EE.UU., Reino Unido y Panamá.

     Cada proyecto equivale a un juego o a una aplicación, como por ejemplo, una que les solicitaron para hacer traducciones del español al inglés, en forma oral, pero adaptado para el oculus (un casco de realidad virtual para videjuegos, cine, etcétera) de una Universidad de los Estados Unidos.

     La firma local se especializa en el segmento mobile (N de R: juegos para celulares) que explica nada menos que 45% de las ventas totales del mercado de los videojuegos en este año.

    “La cadena de valor está dominada por grandes empresas globales que realizan productos muy conocidos y de alto consumo, que insumen niveles de inversión altísimos”.

    “Yo siempre les aclaro los interesados que no van a desarrollar el nuevo Fortnite de la noche a la mañana, pero si pueden empezar a buscar pequeños nichos, orientados a los juegos para celulares, donde las grandes firmas no tienen interés”, advierte Virdis.

     Y hay ejemplos nacionales: la empresa líder en trivias para celulares inteligentes es argentina (hizo el Preguntados) y la encargada de llevar juegos tradicionales de mesa a la pantalla de los móbiles también.

    “Estamos hablando de firmas argentinas, que en una ronda de inversores pueden levantar entre 500.000 y 1.000.000 de dólares para aplicar a proyectos”, destaca Virdis.

    Precisamente, ese es el nicho de Rookbird, que inclusive llegó a realizar un videojuego, con fines promocionales, por pedido de uno de los organizadores del Cheese Rolling británico, un convocadísimo evento tradicional que consiste en arrojar un queso desde lo alto de una montaña, a modo de competencia, entre varios participantes.

Cadena de valor

    La estructura del mercado ayuda a definir el modelo de negocios, algo que, muchas veces, le cuesta a los emprendedores.

    Precisamente, una iniciativa del municipio local, el Club de Emprendedores Bahía Emprende, ofrece valiosa ayuda para quienes deseen insertarse en este u otro rubro.

    “Nosotros ayudamos a definir el modelo de negocios, que se amplíen las chances de poder vender. No es lo mismo hacer un producto para una consola, donde el margen se reduce considerablemente, porque hay muchos intermediarios, algunos de ellos, gigantes del entretenimiento y la tecnología (como Sony) que se quedan con la parte del león. Por eso, es conveniente empezar con proyectos para mobile, donde los márgenes son mayores, sencillamente, porque hay menos intermediarios”, explica Virdis.

    La otra alternativa es la comercialización a través de canales propios o de terceros.

     “Actualmente, estamos trabajando en nuestro propio videojuego. La idea es venderlo nosotros mismos, a través de un importante proveedor nacional de contenidos infantiles, con quienes estamos negociando en la actualidad”, señala Rizzo.

     En Bahía hay unas 30 a 50 profesionales de la comunidad de desarrolladores, entre los que se cuentan estudiantes, emprendedores e interesados en general en los videojuegos.

    “Nos juntamos en forma regular y estamos en contacto permanente para contarnos nuestros proyectos. La parte blanda existe, no todo es estar encerrado programando”, dice Rizzo.

     Sin embargo, hay algunos requisitos. Hablar un impecable inglés es fundamental para quienes deseen tener un futuro en este mercado, entre otros.

     Sigue la charla sobre proyectos, ideas y tendencias de este mundo que resulta totalmente desconocido para este cronista que ya pasó las cuatro décadas, que propone como desinteresada contribución, el relanzamiento del básquet de la cónsola Dynacom.