Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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Horneros, entre caríatides y atlantes

Dos pisos de barro entre cariátides de travertino

Foto: Pablo Presti / Texto: Mario Minervino

 

Eficientes constructores, autores de obras sostenibles y resueltas con materiales del lugar, los horneros suelen ubicar sus reconocibles nidos de barro en lugares a veces insólitos.

En este caso, el ojo del fotógrafo los encontró entre las cariátides del monumento a Rivadavia, ubicado en el centro de la plaza homónima.

La particularidad de la obra es que además está organizada en dos plantas, habitante los horneros del nivel superior, desocupado el inferior luego de haber sido utilizado en años anteriores.

Una vuelta al monumento y se encuentra una propuesta similar en los hombros de los atlantes, repitiendo el interesante contraste con la piedra travertina.

El nido es un horno de barro, reforzado con paja y raíces. Su interior tiene una pared divisoria: la pareja que aves --que se mantiene unida toda la vida-- usa un ambiente para dormir y el otro para depositar los huevos.

El hornero, ave de color terroso con distintas tonalidad de marrones, es el pájaro nacional, elegido para ilustrar los flamantes billetes de mil pesos.