Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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Cuando la única luz son los sueños

El clásico de humor nacional “Venecia” ha sido todo un hallazgo en la cartelera teatral local. Últimas dos funciones.

Se vienen las dos últimas funciones de Venecia, la obra de Jorge Accame, que sus responsables promocionan así: “Si la viste, recomendala. Si no...¿qué estás esperando?

La penúltima irá mañana, a las 21.30, en la sala Variette (Villarino 214), con entrada anticipada a 70 (en la isla de Alsina 157) y 90 pesos (en puerta).

El elenco está integrado por Juan Ignacio Fernández, Gabriela Grossi, Luz Guerrero, Marisa Moreno y Patricia Salamoni, con dirección y puesta en escena de Fernando del Bello, y escenografía de Carla Pisani.

Se trata de un clásico del humor nacional que cuenta la historia de una madama que quiere cumplir su viejo sueño de viajar a Venecia y pedir perdón al amor de su vida.

¿Alguna vez soñaste con cumplirle el sueño a otro? Las tres chicas que conviven en ese prostíbulo marginal de Jujuy y el cliente amigo del lugar, se embarcan en una tierna fábula.

Venecia es un acto de amor, son seres primarios a quienes les da un ataque de amor por cumplir el sueño de una persona.

Habla de la solidaridad y también de que ellas, en el fondo, quieren salir de ese lugar para ir a un lugar mejor, a un lugar soñado. Que en principio parece ser Venecia, pero en realidad es un lugar mejor, distinto.

La última entrega de esta obra bien argentina está programada para el sábado 28, en el mismo espacio teatral.

La solidaridad y el humanismo

Venecia apela a un lenguaje simple y directo, irrumpe el humor y los vestuarios de colores y la música. Si bien transcurre en una zona marginal de Jujuy, no hay una voluntad de componer un alegato social.

El autor elige contar una historia en la que la imaginación y la solidaridad del grupo juegan un papel decisivo, para lo cual prevé un quiebre en el desarrollo costumbrista del planteo inicial.

Cuando los personajes deciden idear un viaje a Venecia para que la "Gringa" se reencuentre con su Giacomo, el plan los obliga a cumplir con una serie de preparativos ridículos con el que se irán involucrando cada vez más hasta quedar instalados, en el mundo ficticio que construyeron.

"La elección de la obra fue unánime. Al grupo los personajes les sentaron inmediatamente. El público la entiende, se pone en el lugar de los protagonistas e inmediatamente empatiza con ellos. Hemos trabajado con total libertad", dice su director Fernando del Bello.

"El resultado ha sido fabuloso, nos ha ido muy bien, con funciones a sala llena. La respuesta ha sido increíble", agrega.

Según su autor, Jorge Accame, la historia de esos tiernos y patéticos personajes, son llevados "hacia la única posible epifanía, hacia la única luz que les está permitida, que es la de sus sueños".

“Es también una metáfora del teatro, que puede llevar a los espectadores, aunque fugazmente, a vivir otros mundos y otras experiencias".

Para Accame, la obra divierte y emociona a todos porque no cae en el pintoresquismo ni en el grotesco.

"Los personajes son seres sencillos, a veces hacen reír, pero tienen que ser tratados con dignidad”.

Por su parte, el investigador teatral Jorge Dubatti, dice que “la obra Venecia defiende los conceptos modernos de la utopía como motor del deseo, la necesidad de la solidaridad y el humanismo, la posibilidad de encontrar mecanismos para construir un lugar en el mundo que haga más digna la vida".