Bahía Blanca | Sabado, 04 de mayo

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Murió Alejandro Puccio a causa de una enfermedad

Alejandro Puccio, condenado a reclusión perpetua por integrar un clan que secuestró y asesinó a tres empresarios, murió a los 49 años por problemas de salud, mientras gozaba de libertad condicional. Miguel Buigo, abogado del ex rugbier, informó ayer que el sujeto tuvo un problema de salud el jueves pasado, por lo que fue internado en un sanatorio de la localidad bonaerense de Avellaneda, donde dejó de existir el viernes a la noche.

 BUENOS AIRES (Télam) -- Alejandro Puccio, condenado a reclusión perpetua por integrar un clan que secuestró y asesinó a tres empresarios, murió a los 49 años por problemas de salud, mientras gozaba de libertad condicional.


 Miguel Buigo, abogado del ex rugbier, informó ayer que el sujeto tuvo un problema de salud el jueves pasado, por lo que fue internado en un sanatorio de la localidad bonaerense de Avellaneda, donde dejó de existir el viernes a la noche.


 El letrado no precisó las causas del fallecimiento, aunque aseguró que se trató de una muerte por causas naturales.


 "Alejandro padecía de convulsiones y estaba medicado. Y una de esas convulsiones derivó en la internación y en una infección generalizada", explicó.


 Buigo recordó que las convulsiones le surgieron a Puccio después del incidente que tuvo a fines de 1986 en el Palacio de Tribunales, cuando se arrojó desde un quinto piso con intenciones de suicidarse.


 El abogado aclaró que Puccio gozaba de libertad condicional desde hacía 8 meses, ya que le dieron por cumplida la pena.


 "Estaba por dos años bajo el control de Patronato de Liberados y un asistente social lo visitaba mensualmente para verificar que efectivamente vivía donde se había obligado a hacerlo y con quién lo hacía", precisó.


 Puccio estuvo alojado en el penal bonaerense de Florencio Varela hasta noviembre de 2007, donde purgaba una pena de prisión perpetua por pertenecer a una banda dedicada a los secuestros extorsivos de empresarios entre 1983 y 1985.

Desalmados delincuentes




 El denominado clan Puccio, liderado por el padre del ex rugbier, Arquímedes Puccio, fue hallado culpable de los secuestros de los empresarios Eduardo Aulet, el 5 de mayo de 1983; Emilio Naum, el 22 de junio de 1984; Ricardo Manoukian, el 22 de julio de 1982, y Nélida Bollini de Prado, el 23 de julio de 1985.


 Además de Arquímedes, un contador público y ex diplomático, la banda era integrada por Gustavo Contepomi, el coronel retirado Rodolfo Victoriano Franco, Guillermo José Luis Fernández Laborde, el albañil Herculeano Vilca y Roberto Oscar Díaz.


 Alejandro Puccio --quien era uno de los más jóvenes del grupo-- fue detenido por primera vez el 23 de agosto de 1985 y el 26 de diciembre de 1995 los malvivientes fueron condenados a reclusión perpetua por esos secuestros extorsivos seguidos de muerte, a excepción del caso de Bollini de Prado, quien fue rescatada sana y salva y posibilitó el desbaratamiento del grupo.


 En el caso de Alejandro, éste fue condenado a prisión perpetua por el secuestro seguido de muerte de Maounkian y el intento de secuestro contra Naum.


 Además de Alejandro, también estuvieron presos otros dos hijos de Arquímedes, Daniel y Silvia, aunque ambos fueron desligados de todos los crímenes.


 Puccio estuvo preso hasta el 7 de abril de 1997, cuando fue excarcelado bajo una fianza de medio millón de pesos, pero luego de permanecer 30 meses fuera de prisión, volvió a quedar detenido el 28 de septiembre de 1999.


 En la cárcel, el ex rugbier estudió Psicología, y en septiembre de 2000, a los 41 años, le otorgaron salidas laborales, pero la por entonces jueza de Transición de San Isidro, Andrea Pagliani, le revocó el beneficio por no cumplir con las obligaciones que le fijaron.


 Meses después, la defensa volvió a pedir el beneficio de las salidas laborales, pero en enero de 2001, el entonces juez de Transición 2 de San Isidro, Eduardo Lavenia, se lo negó.


 A mediados de 2002, Pagliani le dictó a Puccio la pena única de reclusión perpetua más reclusión por tiempo indeterminado por los dos casos, por lo que Alejandro debía pasar otros 15 años más en la cárcel.


 Entonces, el defensor Buigo apeló el fallo de Pagliani y, el 17 de diciembre de 2002, Puccio estuvo en condiciones de recuperar la libertad, ya que le redujeron esa pena única de reclusión perpetua más reclusión por tiempo indeterminado, a la de prisión perpetua.


 El fallo fue dictado por la Sala III de la Cámara de Apelaciones de San Isidro, que integraron los jueces Raúl Borrino y Margarita Celia Vázquez.


 Sin embargo, esta reducción fue apelada y Puccio continuó en la unidad carcelaria de Florencio Varela hasta el año pasado.