Bahía Blanca | Miércoles, 25 de junio

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Cornalitos para ser feliz

Ya se sabía que tienen un efecto protector del aparato cardiovascular, pero el dato que acaban de publicar en el portal de la Universidad de Navarra (España) es un poco más sorprendente. Los ácidos grasos poli-insaturados omega-3 que contiene el pescado poseen, al parecer, ciertas propiedades protectoras también contra los desórdenes neuropsiquiátricos.

 Ya se sabía que tienen un efecto protector del aparato cardiovascular, pero el dato que acaban de publicar en el portal de la Universidad de Navarra (España) es un poco más sorprendente.


 Los ácidos grasos poli-insaturados omega-3 que contiene el pescado poseen, al parecer, ciertas propiedades protectoras también contra los desórdenes neuropsiquiátricos.


 Es más: reducirían el riesgo en un 30 por ciento, cifra bastante significativa, teniendo en cuenta que no se trata de un medicamento ni una terapia específica sino de un alimento que es la base de la dieta de muchas familias españolas.


 Otro aspecto curioso es que no se habla en este caso de manifestaciones de demencia senil ni de enfermedades degenerativas, sino de trastornos de ansiedad, bipolaridad y depresiones, básicamente en personas jóvenes.


 Justamente el estudio, conducido por el doctor Miguel ngel Martínez González en el marco del programa SUN de la Facultad de Medicina de la mencionada universidad española, fue realizado sobre una población de universitarios jóvenes.


 Participaron también del experimento los doctores Patricia Henríquez, Francisca Lahortiga, Felipe Ortuño y Almudena Sánchez-Villegas.


 Juntos realizaron un seguimiento de dos años a 7.903 licenciados universitarios, entre los cuales terminaron registrando, en ese tiempo, 173 casos nuevos de depresión y 335 cuadros médicamente diagnosticados de trastornos de ansiedad.

"Requiere más estudios"




 "Los ácidos grasos omega-3 --se explica en el sitio de Internet de la Universidad de Navarra, donde puede accederse al texto del estudio, denominado Ingesta de ácidos grasos omega-3 de larga cadena, consumo de pescado y desórdenes mentales en el estudio SUN, en inglés-- se encuentran presentes en el sistema nervioso central e intervienen en procesos relacionados con la comunicación interneuronal y el impulso nervioso".


 Por otro lado, durante el análisis de los datos se observó también que así como los niveles moderados reducían el riesgo, en cambio un consumo muy alto de estos alimentos junto con un incremento en la ingesta durante el seguimiento se asociaban con una mayor probabilidad de sufrir depresión.


 Una posible causa de esto, según apuntó Martínez González, sería el mercurio presente en el pescado: se conoce que en exceso puede provocar daño neurológico.


 "Hay evidencias de que los componentes de esta sustancia tienen efectos negativos en Alzheimer, pérdida de memoria, autismo o depresión", recuerda el médico, quien desde luego admitió que esta hipótesis requiere confirmación y futuros trabajos.

En la dieta




 Pero en España el pescado es base de la dieta, mientras que en la Argentina el precio de este alimento es muy elevado.


 Ahora bien, ¿habrá que evaluar su costo en comparación con las sesiones de psicoterapia y con los fármacos?


 En principio, el pescado (y en especial los de mar, más que los de río) están indicados en las guías alimentarias como fuente natural de omega-3 para la población en general.


 Y a los pacientes con enfermedad coronaria o exceso de triglicéridos en la sangre se les aconsejan suplementos dietarios de este ácido graso.


 Previamente a este estudio ya existían otros que había investigado por diferentes vías las relaciones entre el omega-3 y la esquizofrenia, la bipolaridad, la depresión en adultos y en niños, la depresión postparto e, incluso, la agresividad y la ansiedad.


 Estos estudios de la Universidad de Navarra fueron diseñados junto con la Escuela de Salud Pública de Harvard, de Boston (Estados Unidos).


 Entre los participantes, todos graduados universitarios, se fueron consignando, además del consumo de pescado, la ingesta de calorías diarias, el uso de fármacos, la historia clínica previa de salud mental.


 ¿Cómo se averiguó lo que comían? Periódicamente se le realizaba a cada uno un cuestionario de 156 preguntas previamente validadas.


 ¿A qué se llamó en este estudio "consumo moderado" de pescados y mariscos? A la franja que respondía, en el cuestionario, haber comido, haciendo un promedio semanal, entre 83 y 112 gramos de pescado diarios.


 Sorpresivamente, las personas con un consumo alto estable entraron, según los resultados, entre las de mayor riesgo, al igual que los que habían incrementado el consumo durante los dos años de seguimiento.

Entre pescados y mariscos




 De acuerdo con la clasificación que se utilizó en el estudio de la Universidad de Navarra, el contenido de omega-3 de cada pescado o marisco por cada 100 gramos de carne es:


 * Merluza, mero, lenguado o dorada marina: 0,62 gramos.


 * Salmón, caballa, tuna, bonito o sardina: 1,87 gramos.


 * Salmón o arenque ahumado o salado: 4,44 gramos.


 * Ostras, mejillones: 2,20 gramos.


 * Bacalao, abadejo: 0,70 gramos.


 * Langosta, langostino: 0,90 gramos.


 * Pulpo, calamar: 0,71 gramos.